El Economista - Buen Gobierno y RSC
Todas las empresas actuando bajo las mismas reglas
El bloqueo institucional que vivimos desde hace, al menos, dos legislaturas podría llegar a su fin con la celebración de elecciones. La inoperancia de los líderes políticos para formar un Gobierno no debería tener cabida en la próxima legislatura, sean cuales sean los resultados que salgan de las urnas. Resulta urgente dotarse de un Gobierno estable que tome decisiones legislativas, máxime, a la vista de los síntomas de desaceleración económica que hoy en día comienzan a detectarse en todo el mundo lleguen a convertirse en una tormenta perfecta para el país.
En los últimos meses, los llamados viernes sociales, instituidos por Pedro Sánchez, y la transposición de algunas directivas importantes, bajo las amenazas de sanción por los retrasos, no dejan de ser un exiguo balance.
Un buen ejemplo de las reformas que se precisan en muchas áreas, es el de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Se trata de una reforma que ha permitido perseguir abusos con la temporalidad y la precariedad laboral. Estas actuaciones han pretendido acabar con el fraude y la competencia desleal. La coordinación de reformas legislativas, estructurales, de medios humanos y tecnológicos han permitido que los dos primeros planes de choque iniciados en 2018 hayan obtenido unos resultados de lucha contra el fraude históricos. De ahí la importancia de los dos nuevos planes puestos en marcha hasta 2020. La propia Inspección reconoce que, a pesar de ello, aún queda mucho por hacer.
El afloramiento del empleo irregular, regularizando las condiciones de trabajo y la generación de recursos económicos a la Seguridad Social (SS), es su principal objetivo. Pero no menos importante, es combatir las prestaciones por desempleo en fraude de ley, particularmente en supuestos en que se constituyen empresas ficticias para acceder a aquellas, o donde se compatibiliza de manera irregular su percepción con el trabajo por cuenta ajena o por cuenta propia. Casos de falta de alta en la Seguridad Social de trabajadores, y en el acceso y la percepción de otras prestaciones del sistema de la Seguridad Social, con la marginalidad que conllevan, también están siendo combatidos, como también, los supuestos de aplicación y obtención indebidas de bonificaciones o reducciones de cotizaciones empresariales. Es un paso para que todas las empresas actúen con las mismas reglas.