El Economista - Buen Gobierno y RSC
Los delitos medioambientales socavan los fundamentos de la vida en democracia
La Unión Europea está dando pasos significativos hacia una mayor protección del medio ambiente. En esta ocasión, se plantea una propuesta para ampliar los tipos penales relacionados con delitos medioambientales, como parte de un esfuerzo conjunto por fortalecer la legislación y disuadir conductas que atenten contra la naturaleza
El crimen organizado desempeña un papel significativo en los delitos medioambientales, ya que ve en estas actividades ilícitas una oportunidad para obtener ganancias lucrativas mientras evita las regulaciones y controles gubernamentales. El incumplimiento de las leyes y el abuso de los recursos naturales se impulsan con delitos como el blanqueo de capitales o la desertización de territorios, que arrinan a las poblaciones locales y extienden la pobreza de los habitantes.Algunas formas en las que el crimen organizado interviene en los delitos medioambientales incluyen el tráfico ilegal de especies, puesto que las organizaciones criminales están involucradas en el tráfico ilegal de animales y plantas protegidas, incluidos marfil, cuernos de rinoceronte, pieles de animales exóticos y maderas preciosas. Estas actividades generan enormes ganancias, a expensas de la biodiversidad y la conservación de especies en peligro de extinción.
El crimen organizado supone una amenaza significativa para el medio ambiente al involucrarse en actividades ilegales
El crimen organizado está detrás de actividades industriales que contaminan el medio ambiente, como la descarga ilegal de desechos tóxicos o la operación clandestina de vertederos ilegales. Estas prácticas no solo causan daños ambientales directos, sino que también pueden tener efectos devastadores en la salud humana y la calidad de vida de las comunidades locales.Están involucrados en la tala ilegal de bosques, ya sea para obtener madera para el comercio ilegal o para liberar tierras para otros fines, como la agricultura o la minería ilegales. Esta actividad también tiene impactos graves en las comunidades indígenas y locales que dependen de los bosques para su sustento. Por otro lado, cultiva la pesca ilegal, actividad que no solo agota los recursos pesqueros y daña los ecosistemas marinos, sino que socava los esfuerzos de conservación.
En resumen, el crimen organizado representa una amenaza significativa para el medio ambiente al involucrarse en una variedad de actividades ilegales que causan daños ecológicos y socavan los esfuerzos de conservación y sostenibilidad, mediante el blanqueo de capitales, la competencia ilícita, el fraude y el apoyo de las redes criminales, con el consiguiente aumento de la corrupción y la violencia que suele conllevar.
Combatir estos delitos requiere una respuesta coordinada a nivel nacional e internacional, así como medidas efectivas para desmantelar las redes criminales y fortalecer la aplicación de la ley y la regulación ambiental.