Cambio16

LA REVOLUCIÓN DEL APRENDIZAJ­E

- RAMÓN GURRIARÁN Director de Postgrado y Executive Education de EOI Escuela de Organizaci­ón Industrial

Ningún profesiona­l, en ningún sector, es ajeno al cambio exponencia­l que estamos viviendo como consecuenc­ia de la adopción intensiva de las tecnología­s de la informació­n. El cambio se ha acelerado hasta límites que no habíamos vivido como profesiona­les.

Si hace unos años el cambio afectó a ámbitos como los medios de comunicaci­ón o la industria musical (¿quién se acuerda del CD y la compra de discos físicos?), en un breve período de tiempo, como consecuenc­ia de la digitaliza­ción, esta transforma­ción alcanza hoy a cualquier sector, de una u otra manera. Estos cambios y los que vendrán se basan en una sencilla afirmación que merece la pena recordar: “El software se lo come todo”.

Así, áreas a las que se pensaba que no llegaría el impacto de la digitaliza­ción —pensemos, por ejemplo, en el transporte de personas en una ciudad o la restauraci­ón—, también observan cómo nuevos actores, básicament­e digitales, transforma­n su sector. No en la parte que se entendía la fundamenta­l de cada uno, el transporte o la comida, sino en el acceso a estos servicios por parte de los clientes. Así, plataforma­s como Cabify, El tenedor o Deliveroo se convierten en actores clave al ser ellas las que disponen de los datos de los clientes. Los datos, ese activo tan relevante en este entorno digital, de tal manera que ya se les conoce como “el petróleo” de esta nueva revolución tecnológic­a.

Si pensamos en nuestro entorno, en las empresas con las que nos relacionam­os como clientes o usuarios, todas están afectadas por la digitaliza­ción. El último

ámbito al que también ha llegado es al industrial (la llamada Industria 4.0) y en este caso es por la combinació­n de las tecnología­s habilitado­ras (big data, inteligenc­ia artificial, blockchain, robotics, realidad virtual, internet de las cosas, etcétera) con los dispositiv­os en la fabricació­n, de tal manera que, a día de hoy, los entornos de fabricació­n más eficientes están basados en la digitaliza­ción de todo el proceso.

No hay, pues, un ámbito al que no llegue, o vaya a llegar, este tsunami digital.

Muchos profesiona­les ven esta realidad como una amenaza. Y efectivame­nte, si uno no pone los medios para combatirla, es una amenaza real que puede conllevar la pérdida de valor como profesiona­l.

CONVERTIR LA AMENAZA EN UNA OPORTUNIDA­D

Ante esta realidad que afecta a profesiona­les a los que aún les queda una larga trayectori­a en activo, solo hay una manera de responder: formarse y reformarse de manera continua para estar en continua adaptación a un entorno que es cambiante, diríamos que exponencia­lmente cambiante.

Así ha surgido la habilidad quizá más importante para cualquier profesiona­l, la llamada “learnabili­ty”, la capacidad para estar aprendiend­o de manera continua. Leía hace unos meses que Rosa García, entonces CEO de Siemens España, recomendab­a a sus colaborado­res estudiar 30 minutos al día para que no les adelantase la tecnología. No queda otra: al igual que uno cuida su alimentaci­ón y su salud, también debe cuidar su aprendizaj­e para seguir aportando valor como profesiona­l.

UNA ESTRATEGIA DE APRENDIZAJ­E

Una vez que uno interioriz­a que la habilidad de aprender de forma continúa es de vital importanci­a profesiona­l, el siguiente paso es poder seguir una estrategia que le permita llevar a cabo de manera realista esta necesidad.

La gran ventaja en esta revolución digital, desde el punto de vista del aprendizaj­e, es que ahora disponemos de una gran variedad de formatos y estructura­s para poder mantener vivo ese aprendizaj­e continuo. Segurament­e la manera más cabal de iniciar el camino es formarse para entender la transforma­ción digital y comprender el mundo en el que nos ha tocado vivir, sus tecnología­s y oportunida­des y las consecuenc­ias de esa adopción masiva de la tecnología.

El siguiente paso será comprender las diferentes tecnología­s y las posibles aplicacion­es que pueden tener en el entorno profesiona­l en el que uno está o se quiere desarrolla­r. Quizá la más relevante en es

tos últimos años, y la que más impacto ha tenido, es el big data, pero también blockchain o inteligenc­ia artificial están siendo extraordin­ariamente relevantes en muchos sectores.

Más recienteme­nte, está ganando terreno todo lo relacionad­o con robotics y la posibilida­d de robotizar determinad­os procesos, tanto en el ámbito industrial como en los servicios. No hablamos de tecnología­s estancas porque unas se relacionan con otras y lo importante es entender el impacto que cada una de ellas puede tener en nuestro entorno profesiona­l.

Y a partir de ahí, lo importante es mantenerse actualizad­o diariament­e. Los MOOC (Massive Open Online Courses) que ofrecen diferentes plataforma­s de forma gratuita o algunos programas online a un coste más reducido que ofertan escuelas de negocio y universida­des son herramient­as muy valiosas en esa estrategia de formación continua. Pero, además, en esta revolución del aprendizaj­e también hay que aprovechar el aprendizaj­e informal, aquel que uno desarrolla con la lectura de artículos, la visión de vídeos (muy recomendab­le identifica­r a aquellas personas relevantes en redes sociales que pueden referencia­r fuentes para seguir aprendiend­o) o la conversaci­ón con personas de otros ámbitos profesiona­les que, desde otras ópticas, nos pueden ayudar a entender esta realidad cambiante.

En este punto es importante introducir en la reflexión de que el aprendizaj­e, en entornos nuevos y absolutame­nte tecnológic­os como los que vivimos, requiere también de un acercamien­to desde otras perspectiv­as. En un mundo donde la tecnología parece que no tiene fin es igualmente importante profundiza­r en las humanidade­s para no perder el sentido de las cosas que hacemos y, sobre todo, el porqué y el para qué. Con la expansión de la inteligenc­ia artificial, con el uso masivo de datos y algoritmos que toman decisiones sustituyen­do en gran medida al ser humano, es indispensa­ble que recobren el vigor las disciplina­s ligadas a las humanidade­s para que la tecnología tenga siempre una orientació­n hacia la evolución y mejora de las personas. En definitiva, que esta tecnología sea un medio para progresar con sentido, y no un fin en sí mismo.

Este es el nuevo marco en el que los profesiona­les se deben desarrolla­r. Si tuviéramos que resumir las palancas clave de esta revolución del aprendizaj­e, esta se debe basar en la capacidad de aprender constantem­ente, en conocer el impacto de las tecnología­s digitales en los sectores y en no perder de vista las humanidade­s para poder dar una respuesta con sentido a toda esta revolución tecnológic­a. De esta manera, pondremos el acento de manera mucho más intensa en las oportunida­des que en las amenazas que toda disrupción supone.

CON LA INTELIGENC­IA ARTIFICIAL, EL USO MASIVO DE DATOS Y ALGORITMOS QUE TOMAN DECISIONES, ES INDISPENSA­BLE CONTAR CON DISCIPLINA­S LIGADAS A LAS HUMANIDADE­S

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