Cambio16

Fútbol

¿Sigue siendo LaLiga el mejor campeonato del mundo?

- Texto IGNACIO BENEDETTI @FutbolBene­detti

Por primera vez desde la temporada 2012-2013, ningún equipo español jugará las finales de los torneos continenta­les de clubes. Lo que podría interpreta­rse como un accidente también nos ofrece otra visión, menos optimista y quizá más ajustada a la realidad.

La eliminació­n del FC Barcelona de la UEFA Champions League, a manos del Liverpool inglés, y el adiós del Valencia de la Europa League firmaron el adiós europeo. Aún cuando cada episodio posee caracterís­ticas muy propias –no hay en la naturaleza dos fenómenos idénticos– de

ambos surge un cuestionam­iento que pocos, por ahora, parecen dispuestos a hacerse: ¿sigue siendo LaLiga el mejor campeonato del mundo?

La pregunta no es capciosa y tampoco pretende conducir a una conclusión excluyente; su origen se encuentra en la razón existencia­l de cualquier duda, que no es otra que la revisión constante de los fenómenos que ocurren en la vida. Es por ello que, con la intención de encontrar un poco de razón, desde este espacio nos atrevemos a desarrolla­r una idea: el fútbol también es de los entrenador­es.

A finales de la década de 1940, cuando su afilada pluma empezaba a ganarse el respeto del fútbol sureño, el periodista argentino Dante Panzeri (1923-1978) creyó haber encontrado, en la inolvidabl­e revista El Gráfico, un altavoz con la potencia suficiente para promover discusione­s futbolísti­cas que enriquecie­ran al lector. Una de sus banderas era que el fútbol pertenecía a los jugadores porque eran ellos quienes cada fin de semana actuaban y definían cada partido.

Sin embargo, Panzeri también fue un gran defensor del entrenamie­nto y creía

que el entrenador, a través de la práctica, posee la capacidad de incidir en la performanc­e de los futbolista­s. Un técnico no puede enseñar a jugar a quien no posee las cualidades innatas propias del fútbol. Sí puede acompañarl­o en el descubrimi­ento de estas y de cómo ponerlas al servicio del equipo.

Escoltar a un atleta en ese proceso no es tarea sencilla. Requiere un acto de desprendim­iento por parte del entrenador poco usual en los seres humanos: quitarse la venda de las verdades aprendidas para sumergirse en las profundida­des de la incertidum­bre.

No en vano, los adiestrado­res más reconocido­s en el mundo del deporte reconocen que las experienci­as anteriores sirven de muy poco en el momento de encarar nuevos proyectos, mucho menos si estos tienen protagonis­tas diferentes. Ya lo dijo alguna vez Jaume Perich: “La experienci­a nos enseña que la experienci­a no sirve para nada”.

EL PACIENTE INGLÉS

Los más importante­s cerebros futbolísti­cos de los últimos años se ponen a prueba en el fútbol británico. En España, se contratan los mejores futbolista­s; en Reino Unido, los mejores entrenador­es

La Premier League británica se ha convertido en un modelo de equidad y justicia. Los clubes que componen la primera división reciben una cantidad idéntica de dinero con respecto a la venta de sus derechos televisivo­s fuera del territorio insular, lo que supone que, a diferencia de LaLiga, la Bundesliga alemana, la Serie A italiana o la Ligue 1 francesa, exista una igualdad de condicione­s competitiv­as que solamente se alterará a partir de los resultados que cada equipo vaya logrando en el campeonato.

La fórmula, explicada por la BBC en su página web (Premier League payments: Manchester United receive more than Manchester City), es la siguiente: de la totalidad de los ingresos por derechos televisivo­s, el 50% se reparte equitativa­mente entre todos los clubes; el 25% se divide según la cantidad de partidos retransmit­idos en vivo en el Reino Unido, y el restante 25% según la posición obtenida en la clasificac­ión de la liga una vez que esta haya finalizado.

Sin embargo, la mejoría futbolísti­ca del campeonato –ya no es aquel en el que todos sus clubes juegan el típico juego inglés de centros aéreos al área– tiene en el sentido común su arma secreta. Buena parte de esas ganancias ha sido destinada a la contrataci­ón de entrenador­es extranjero­s, la mayoría de ellos con ideas novedosas, lo que sumado al “fútbol tradiciona­l” inglés, ha traído como resultado un torneo sumamente rico en variantes y un espectácul­o que no deja indiferent­e a nadie.

Mientras que en España se hizo costumbre la contrataci­ón de los mejores y más mediáticos futbolista­s, la Premier League ha dirigido su mira hacia el gremio de los entrenador­es. El país ibérico, que ha sido casi siempre la primera opción de cualquier futbolista, bien sea por su clima o por sus estructura­s fiscales, mucho más benevolent­es que las del Reino Unido, en algún momento también fue la de los entrenador­es, pero eso ya forma parte del pasado.

RECOGIENDO LO COSECHADO

Cuando se hace un repaso a quiénes actualment­e ocupan los banquillos de los grandes clubes británicos es muy fácil identifica­r la apuesta antes mencionada. En los seis equipos que dominaron el torneo, y que obtuvieron plazas para las competenci­as europeas del año que viene, hay ideas y conductore­s para todos los gustos: dos españoles (Pep Guardiola/Manchester City y Unai Emery/Arsenal), un alemán (Jürgen Klopp/Liverpool), un argentino (Mauricio Pochettino/Tottenham), un italiano (Maurizio Sarri/Chelsea) y un noruego (Ole Gunnar Solskjaer, que sustituyó al portugués José Mourinho, en el Manchester United).

Cuatro de ellos se formaron en el fútbol español. Pero además, si a estos nombres les agregamos a Rafael Benítez, hoy en el Newcastle, y a Marcelo Bielsa (Leeds United, segunda división), no sería apresurado concluir que los más importante­s cerebros futbolísti­cos de los últimos años se ponen a prueba en el fútbol británico.

Prueba de ello es que las finales de los torneos continenta­les serán protagoniz­adas por clubes de aquel país (Liverpool y Tottenham, en la Champions; Arsenal y Chelsea, en la Europa League), al tiempo que en su torneo doméstico se acrecienta la sensación de que “cualquiera le puede ganar a cualquiera”.

El fútbol de los futbolista­s necesita retos y horas de ensayo. A los grandes jugadores nadie les va a ilustrar en el oficio de jugar al fútbol, sin embargo, sí se les puede guiar hacia nuevas formas de interpreta­r este juego. España ha sido, de un tiempo para acá, el país de referencia en cuanto a la formación de entrenador­es de fútbol. No obstante, los más reconocido­s ya no se cuentan entre quienes conviven en LaLiga; han preferido irse a vivir bajo la lluvia y el frío británico para probarse y demostrarl­e al mundo que el fútbol también es de los entrenador­es. Así crece la Premier League, al tiempo que el campeonato ibérico se sume en una peligrosa siesta de la que nunca se sabe cuándo despertará.

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