Ola de calor y cambio climático
La ola de calor con la que ha comenzado el verano y las temperaturas extremas que se han registrado, y que han batido todos los récords históricos, confirman que el calentamiento global está detrás de todos esos fenómenos inusuales que siembran la alarma y disparan las alertas. Las catástrofes naturales, inundaciones, sequías o huracanes provocan daños irreparables en el ecosistema, elevados costes y afianzan la certeza de que el cambio climático es una amenaza real cuyo impacto económico y social es incalculable. No hay que confundir el tiempo con el clima, como hacen los políticos negacionistas para justificar su inacción. El lapso de tiempo que se mide es distinto. Cuando nos referimos a la situación atmosférica puntual estamos ante olas de frío o calor coyunturales. Sin embargo, el clima abarca un periodo más largo en el que es previsible que se registren cada vez más frecuentemente picos concretos que causen un aumento en la temperatura global. Todo lo que está pasando no es más que un reflejo de lo que nos espera, una advertencia de que el tiempo se agota. En esta edición de Cambio16, que tradicionalmente dedicamos a detallar la mejor oferta cultural y de ocio para las vacaciones, también advertimos de que este puede ser uno de nuestros últimos veranos. Y lo decimos con toda la crudeza, conscientes de que se acaban las oportunidades para revertir esta tendencia al holocausto climático. Desde este convencimiento, abordamos reportajes que reflejan el caos: el descabellado proyecto de robar un iceberg en la Antártida y remolcarlo hasta Sudáfrica para abastecer las necesidades de Ciudad del Cabo, asolada por la sequía, o el drama del Everest, donde los turistas se agolpan en colas interminables para hacer cumbre en la cima más alta del mundo entre selfies y basura.
En Ciberestado de sitio contamos cómo los hackers pueden controlar las infraestructuras críticas de una ciudad y secuestrar a sus ciudadanos. También visitamos la ciudad del futuro de Google en Toronto (Canadá) y su inquietante gobierno tecnológico. En el empeño por reciclar, ya hay empresas que impulsan el tratamiento de los cadáveres humanos, cuyo ‘compostaje’ se traduce en mucha más vida después de la muerte.
También reflejamos la lucha de la mujer por poner coto a la discriminación en el deporte, en un momento en el que sus triunfos comienzan a quebrar este techo de cristal. Por Gorka Landaburu