TRES FORMAS DE DESCUBRIR LOS SECRETOS DE UNA CUEVA ÚNICA
La cavidad, uno de los recursos turísticos más singulares de Cantabria, acaba de estrenar una nueva ‘Visita Minera’ que se suma este verano a las visitas ‘Turística’ y de ‘Turismo Aventura’.
Situada entre los municipios de Valdáliga, Herrerías y Rionansa, la cueva El Soplao se desarrolla en su totalidad en la denominada Sierra de Arnero, que a su vez está encuadrada en la Sierra del Escudo de Cabuérniga. Es una maravilla geológica internacional, con grandes superficies tapizadas de aragonitos, helictitas, pisolitas gours, estalactitas, estalagmitas y excéntricas, que provocan un juego de luces y sombras, sensaciones y olores. Un lujo para los amantes de las bellezas subterráneas que descubrirán aquí lo caprichosa que ha sido la naturaleza.
La que fuera una cueva explotada para la minería y hoy convertida en punto de atracción turística, no es la más grande, ni la más larga de las más de 10.000 cavidades que se conocen en Cantabria, pero las concreciones excéntricas y la espectacularidad de las formaciones geológicas la hacen única.
Desde el pasado 15 de junio está abierta al público la ‘Visita Minera’. Esta nueva modalidad se suma a las dos que ya existían: la ‘Visita Turística’ y la ‘Visita de Turismo Aventura’.
El visitante experimentará en primera persona la actividad de esta mina de zinc, sus dificultades
y su entorno y quedará sorprendido por la variedad de espacios e instalaciones subterráneas. Además, el recorrido se ha diseñado como una vía ferrata subterránea, con puente tibetano incluido y rampas de 300 metros con pendientes de 35º, salvando desniveles de 180 metros. Emoción garantizada.
Esta visita tiene una longitud total de dos kilómetros y se comienza recorriendo los casi 500 metros horizontales de la galería Ana, que nos lleva al punto neurálgico. Tras caminar 30 metros por la galería del Este comienza la Ferrata Minera de El Soplao.
La cueva es uno de los tesoros de la geología mundial, lo que le ha valido el sobrenombre de ‘Capilla Sixtina de la geología’. Desde su apertura, en 2005, es centro de atracción turística para miles de visitantes.
En la ‘Visita Turística’ se recorren 1.500 metros de cueva, en las galerías La Gorda y Los Fantasmas. Se accede a la cavidad a bordo de un tren minero. La denominación de La Gorda refleja la impresión que le produjo a uno de los primeros espeleólogos al sentirse insignificante ante sus dimensiones. Sus techos están repletos de helictitas de calcita. Desde las grandiosidades de La Gorda, el visitante se introduce en Los Fantasmas. Esta galería cuenta con más de 300 metros de recorrido y zonas con 35 metros de anchura. Su nombre se debe a las grandes estalagmitas blancas de aspecto fantasmagórico. Pueden acceder personas con movilidad reducida.
PARA LOS MÁS INTRÉPIDOS
El itinerario de ‘Turismo Aventura’ está especialmente diseñado para que los más intrépidos recorran hasta tres kilómetros dentro de la cueva. En el trayecto, el visitante parte del túnel de La Isidra, desde donde se accede a la parte superior del ‘Falso Suelo’. Desde ahí el recorrido se dirige a la galería de Los Italianos, para visitar posteriormente la galería Campamento, la sala de El Órgano y las galerías El Bosque y La Sirena, donde se puede disfrutar de maravillosas formaciones.
La duración de este recorrido es de dos horas y media y se realiza en grupos como máximo de 20 personas. Antes de comenzar este itinerario se facilita a los visitantes indumentaria y equipo adecuados: botas, mono, casco y luz, con la opción de compra de calcetines y guantes. Asimismo, como la temperatura interior de la cueva es de 10 grados se recomienda ir convenientemente abrigados.
El entorno constituye, además, un enclave con espléndidas y profundas vistas sobre la Sierra de Peña Sagra, los Picos de Europa, el valle del Nansa y el mar Cantábrico, haciendo del mismo un lugar muy apreciado por excursionistas amantes del espacio natural.
Además de su atractivo turístico, destaca su valor científico, un auténtico laboratorio de la biodiversidad. El descubrimiento del excepcional yacimiento de ámbar del Cretácico con 110 millones de antigüedad en los alrededores de la cueva; del yacimiento de estromatolitos; de distintas especies de insectos; sus aportaciones a la investigación entomológica y al conocimiento del karts y de la tierra, etc., son algunos de los hitos de la cavidad.