Fundación Knowcosters
El consumo informado impulsa la transparencia empresarial.
Hay productos de venta al público que tienen una serie de costes que no se muestran a los ciudadanos; solo aquellas empresas que no tienen nada que “ocultar” son las que no camuflan sus verdaderos costes. La Fundación Knowcosters persigue que las compañías lleguen a ser transparentes con los consumidores sobre su proceso de producción.
Miguel Conde–Lobato se autodefine como un visionario, alguien que se adelanta al futuro, una persona “que cree en lo que vio en su momento para intentar organizar lo que llegaba”. El director creativo, productor y realizador de cine publicitario gallego, nacido en Caracas en el año 1963, lanzaba en 2011 un ensayo titulado Knowcosters cuando el low cost es el mal, que sería el precursor del término “consumo informado”. Más tarde, en 2013, se convertía en el impulsor y presidente de la Fundación Knowcosters, creada conforme a los ideales que defiende en sus tesis. A través de la plataforma, no se centra únicamente en las empresas low cost, que son “el destructor de valor número uno” ya que hacen “del precio el argumento principal de compra”.
La Fundación Knowcosters es una entidad sin ánimo de lucro que trabaja para ofrecer transparencia completa de los costes reales que tiene un producto para que los ciudadanos compren “con la misma libertad, pero sabiendo las consecuencias que tiene el consumo de los artículos que elijan”. El lema principal de la Fundación reza que cuando el individuo consume, vota. No obstante, Miguel Conde–Lobato hace hincapié en que no busca “concienciar a las personas, sino que procuramos informar. El precio de venta al público de determinados artículos es mentira, no encierra los verdaderos gastos de producción. Hay un coste para el planeta y para el estado del bienestar que no se refleja en el PVP”, asegura.
Para demostrar cuánto dinero supone para el medioambiente y la sociedad, promulga desde la Fundación dos vías de acción que consisten en el Triple Marcaje –exponer al comprador el PVP, el coste para el medio ambiente y el estado del bienestar– y la Huella Fiscal –dónde tributa una empresa para determinar los precios de sus artículos–. En la actualidad, una parte de la población vive aferrada a la oferta y la ganga y, en consecuencia, a las empresas low cost, pero Miguel Conde–Lobato cree que se desvincularían de este concepto si tuvieran la información adecuada sobre lo que implican “esas baraturas” de determinados productos.
Sobre cómo dar a conocer los métodos que infringen las empresas sobre los gastos que conllevan el estado del bienestar y del planeta realza que “las compañías que hacen las cosas bien deben presumir de ello” para
que la gente quiera acudir a ellas. “No es lo mismo una empresa que vierte agua y residuos sólidos en los ríos, dañando el medioambiente, que una que se preocupa por no contaminar los ríos y, al mismo tiempo, preocuparse por la estabilidad salarial de los empleados”. Ante estos ejemplos, resalta el Triple Marcaje que promueve la Fundación Knowcosters y que ayudará al consumidor a leer de forma clara y rápida si el producto que va a comprar tiene un precio adecuado para el planeta y la trazabilidad social. Comprar una fruta que provenga de Teruel o una importada de Nueva Zelanda es diferente. “La que venga de Oceanía arrastra consigo un coste de huella de carbono altísimo”.
Con humildad busca que haya ciertas ideas y pequeñas iniciativas que se reproduzcan a nivel internacional. “Somos pequeños, pero insistentes”, manifiesta. En España, empresas reconocidas como Estrella Galicia, CAPSA FOOD, PR Comunicaciones, etc., afirma que se adscriben a la Fundación porque creen en ella y, por lo tanto, se sienten cómodas a la hora de ser transparentes con las informaciones ya que “son datos buenos y serán aceptados por el consumidor”. Sin embargo, las que tienen algo que ocultar no se sienten tan cómodas porque el consumidor “rechazaría estas informaciones” como, por ejemplo, “explotar a niños o a empleados para que trabajen 15 horas diarias por dos duros. Cuando la gente tiene información, reacciona”, explica Miguel Conde–Lobato.
La Fundación Knowcosters se financia con una independencia económica “total”. El único compromiso que tiene es “directamente con los consumidores” y no acuerdos económicos con las compañías afines al movimiento del consumo informado.
El futuro de la Fundación es positivo. El objetivo es hacerla grande. “Antes llamábamos nosotros a las puertas, ahora nos llaman. La ilusión final sería que no fuéramos necesarios –concluye– ya que sería sinónimo de una sociedad de consumo que tiene en cuenta los métodos de fabricación de los productos que compra y que las empresas llevan a cabo unas prácticas correctas.
El consumo “en defensa propia” al que apela Miguel Conde-Lobato tiene como objetivo transformar la cadena de fabricación de un producto para acabar con la malas gestión de las empresas low cost.