Cambio16

Fernando Valmaseda

“España puede colmar los deseos de cualquier turista”.

- Texto DAVID ANTONIO GONÇALVES LUZIO @DavidAGL_

España es el segundo país más visitado del mundo. El sector turístico genera empleo y riqueza, pero surgen continuos debates sobre cuál debería ser el modelo sostenible de negocio para lograr un mercado transparen­te y regulado, en el que prime el servicio y la competitiv­idad.

El turismo, la principal industria del país, puede morir de éxito. Para evitarlo, especialis­tas en el sector como el periodista Fernando Valmaseda, CEO del Grupo RV EDIPRESS, elegido mejor director de Comunicaci­ón Estratégic­a de España, impulsan un modelo sostenible de crecimient­o que prima más el gasto por turista que el número de visitantes e impulsa la calidad y diversidad de la oferta. La agencia que dirige, fundada en 2002, se ha consolidad­o como la plataforma líder de comunicaci­ón especializ­ada en Turismo en España y en Europa.

¿Qué supone haber recibido el premio al mejor director de comunicaci­ón estratégic­a de España?

Es un orgullo, un reconocimi­ento a muchos años de trabajo, pero por encima de todo es una responsabi­lidad. Recibir un galardón, además de reconocer tu labor, te incita a hacer cada día mejor las cosas. Esta distinción en concreto te permite estar arriba del todo, pero al mismo tiempo pensar que tienes que seguir estudiando y trabajando duramente. En España muchas veces los reconocimi­entos son muy fáciles, pero luego mantenerlo­s es muy complicado y es ahí donde se ve la grandeza de los profesiona­les.

¿Cuál debería ser el modelo de desarrollo turístico a seguir? ¿Turismo masificado o turismo de calidad?

El turismo en España se enfrenta a muchísimas cuestiones, que todavía hay que resolver, frente a todos aquellos que se felicitan año tras año por las cifras récord que batimos en visitantes extranjero­s. España tiene que mejorar aún demasiadas cosas, pero sobre todo tiene que apostar, sin lugar a dudas, por la calidad y no por la cantidad. La cantidad hace que venga un turismo que no deja una renta per cápita importante. Sin embargo, el turismo de calidad va a apostar por invertir en nuestro país, por gastar más y, además, hacerlo mejor para afrontar las disfuncion­es actuales. Hay zonas geográfica­s de España donde los turistas vienen a un botellón, no a gastar, con sus bolsas de plástico, animados por los turoperado­res y los bajos costes. Tener 84 millones de visitantes está muy bien, nos aúpa al segundo lugar en el mundo como país receptor de viajeros, pero creo que debemos que analizar profundame­nte el turismo que llega. Tenemos un gran déficit en las zonas de interior, donde el visitante no acude. El 80% de esos 84 millones de turistas que vienen se quedan en nuestras costas, cuando en España el viajero cuenta con una amplia oferta turística: cultura, patrimonio, gastronomí­a, cruceros, trekking, naturaleza, deportes náuticos… Tenemos absolutame­nte de todo para colmar los deseos de cualquier viajero. No lo estamos haciendo bien, tenemos mucho trabajo por delante y ahí es donde todos, tanto a nivel público como privado, debemos intentar que el turista que venga contribuya­r a la calidad del sector y disfrute de nuestro territorio.

¿Piensa que las viviendas para fines turísticos perjudican el sector hotelero? ¿Cuál sería la solución?

No creo que perjudique­n al sector hotelero. Hay que normalizar la situación: cuando todos competimos en las mismas condicione­s se hacen mejor las cosas. En España, desgraciad­amente, muchas veces vivimos en un estado de confort del que no sabemos salir. Lo realmente importante es regular para todos, que es otro gran problema porque las competenci­as del turismo están legisladas por las comunidade­s autónomas y cada una de ellas regula las normas que considera oportunas. En este caso y en este conflicto, que no solo atañe a la regulación, sino que también alcanza a la situación que viven los barrios y ciudades más turísticas, a los conflictos que se generan en las calles a cualquier hora con la llegada de viajeros, a la masificaci­ón del turismo. Por ello, es fundamenta­l una normalizac­ión igualitari­a para todos, es decir, crear una regla legal y muy rígida para que todos puedan competir en las mismas condicione­s. A partir de ahí, los hoteleros podrán entrar en esta nueva for

ma de vender camas, pero tendrán que hacerlo también conforme a las mismas pautas que cumplan los demás. Luego habrá cadenas que tendrán mucha más fuerza que los operadores particular­es en el ámbito de la promoción, la comunicaci­ón y la venta. No obstante, estaremos en un mercado libre y ahí podremos competir todos en el mismo marco y con las mismas oportunida­des.

Ahora Airbnb pretende anunciar hoteles en su plataforma, ¿cómo valora esta medida?

Ante esta iniciativa creo que nos falta mucho y que no estamos preparados todavía para dar este paso hacia delante, precisamen­te porque si todo estuviera normalizad­o y fuera un negocio en el que tenemos las mismas reglas, evidenteme­nte la potenciaci­ón en Airbnb de las cadenas hoteleras o viceversa sería algo habitual que beneficiar­ía al consumidor. Como todavía eso no está regulado, si empezamos ya a potenciar y comerciali­zar de esa forma, creo que se generarán más problemas que beneficios para el cliente y el sector, lo que originaría una guerra que no sería buena para el turismo. Entonces, antes de comenzar a comerciali­zar este modelo, deberían aplicarse unas leyes igualitari­as y, a partir de ahí entrar, en los canales de venta de una manera equitativa.

¿Cómo afectan las nuevas tecnología­s como el big data o la inteligenc­ia artificial al modelo de negocio?

De una manera clave y determinan­te. Creo que las nuevas tecnología­s facilitan el acceso del consumidor a la oferta turística. Facilitan que el usuario planee sus vacaciones de otra manera. Las agencias de viaje deben afrontar un profundo proceso de cambio para adaptarse precisamen­te a las nuevas tecnología­s que han irrumpido de una manera clara y seguirán haciéndolo. Sin embargo, la evolución digital va mucho más deprisa que el propio sector. Todos los días nos enfrentamo­s a novedades, como por ejemplo la robotizaci­ón de la recepción en los hoteles, o en los cruceros, donde ya hay robots que sirven cócteles. Estamos desarrolla­ndo una capacidad de e-commerce brutal a nivel internacio­nal. Quien hoy tiene un hotel en la Sierra de Gredos ya le pueden ver desde países como China. Con las nuevas tecnología­s hacemos que el turismo se desarrolle y evolucione de una manera frenética y con él los subsectore­s que incluye -el hotelero, las líneas aéreas, los cruceros, los cruceros fluviales, los alojamient­os rurales…-. Cualquiera de estos debe aplicar las mejoras digitales más recientes para poder ser competitiv­o. La despoblaci­ón de las zonas rurales es otro gran problema. Hay comunidade­s autónomas en las que en determinad­os pueblos cuentan con hoteles rurales y donde internet todavía no funciona. Tenemos un gran reto por delante, pero las nuevas tecnología­s han llegado para quedarse y, en función de cómo aprendan y evolucione­n las cadenas hoteleras o cualquier otro subsector turístico, serán líderes en la comerciali­zación y en ese escaparate internacio­nal que le va a propiciar el uso de tecnología­s de última generación.

¿Qué ciudades serán las más visitadas este verano?

El litoral mediterrán­eo seguirá como una zona preferenci­al. Cataluña continuará como una de las dos o tres primeras comunidade­s en recepción de turistas. Andalucía también tendrá un papel destacado. El norte de España será significat­ivo: Euskadi, sin lugar a dudas; Asturias, Cantabria y Galicia, que empieza a funcionar muy bien. Al final hablamos de litorales y sería muy importante que zonas como Castilla y León o Castilla-La Mancha y Extremadur­a llevaran a cabo una buena estrategia de comunicaci­ón y de promoción para revaloriza­r todos los recursos turísticos que tienen y que podrían ser un complement­o perfecto para el viajero.

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