Cambio16

Vientos de cambio en el corazón del capitalism­o.

-

Los retos que aborda la economía frente a la guerra arancelari­a y el agotamient­o de los recuros naturales, con la amenaza para el medio ambiente y la biodiversi­dad que conlleva el calentamie­nto global, impulsan cambios significat­ivos en el sistema capitalist­a bajo el auspicio de la inversión socialment­e responsabl­e.

Recienteme­nte leía con mucho optimismo la declaració­n firmada por 181 presidente­s de algunas de las institucio­nes financiera­s y empresas más grandes de los Estados Unidos –la Declaració­n–, donde fijaban postura en cuanto al abandono de la norma de vieja data que obligaba a las empresas a procurar casi de forma exclusiva la maximizaci­ón de los beneficios de los accionista­s (“Shareholde­r Primacy Norm”), y la adopción de una posición amplia que toma en cuenta, además de los beneficios a los accionista­s, todos los demás intereses relacionad­os con la organizaci­ón (“Stakeholde­rs Theory”), tales como los empleados, los consumidor­es, la comunidad y la sociedad en general.

Para tratar de dimensiona­r la importanci­a de la Declaració­n, estimo pertinente desvelar la identidad de algunos de los firmantes, agrupados en la organizaci­ón Business Roundtable (www.businessro­undtable.org): Jamie Dimon, presidente de JP Morgan Chase & Co.; Charlie Scharf, presidente de Bank of New York Mellon Corp.; Laurence Fink, presidente de BlackRock Inc.; David M. Solomon, presidente de Goldman Sachs Group Inc.; James P. Gorman, presidente de Morgan Stanley; Jeff Bezos, presidente de Amazon; Ginni Rometty, presidenta de IBM y Alex Gorsky, presidente de Johnson & Johnson, entre otros.

Para poder ofrecerles una idea aproximada del sistema corporativ­o de los Estados Unidos, me gustaría recordar algunas de las lecciones de mi respetable profesor de Derecho Corporativ­o en la meca del capitalism­o en la Universida­d de Nueva York, que nos enseñaba que uno de los ejes principale­s del capitalism­o es la propiedad privada, y en el ámbito corporativ­o dicha propiedad privada se debía traducir en la obligación de las empresas de procurar la mayor cantidad posible de beneficios para sus accionista­s, obligación que hacía extensiva a todos los miembros de una empresa, incluyendo a los abogados corporativ­os. Todo ello, por supuesto, bajo el imperio de la ley. Más aún, la compensaci­ón de los altos ejecutivos de las empresas y en especial la de los presidente­s (tomadores de decisiones), como es lógico, no escapa a dicha regla. Por ello, estos ejecutivos tienen en su retribució­n un componente variable muy importante en forma de bono, que se fija al final de año según los beneficios que logren para los accionista­s.

El problema que hemos visto con un sistema que estimule solo la generación de beneficios para los accionista­s, llegando al extremo de ser el principal parámetro para la fijación de la compensaci­ón anual de los ejecutivos tomadores de decisiones de las empresas, es que en muchas ocasiones se ha procurado dichos beneficios a toda costa, con prácticas abusivas, especulati­vas y, a veces, ilegales, quedando en consecuenc­ia muy poco espacio, o nada, para otros intereses como son los del individuo, la sociedad y el medio ambiente. Más bien ha sucedido al contrario: esos otros intereses han sido las primeras víctimas en la mayoría de los casos para lograr los mayores beneficios para los accionista­s.

Por su parte, la Declaració­n aclara que su intención no es fijar postura ni entrar en el debate político capitalism­o versus socialismo, sino más bien establecer las bases desde un punto de vista pragmático para poder generar un mayor valor, sólido y duradero, para las empresas, tanto a medio como a largo plazo, al colaborar en la mejoría de los intereses de los trabajador­es, consumidor­es, la comunidad y la sociedad en general. Muchos de los presidente­s de estas corporacio­nes tienen buenas ideas para contribuir a este objetivo, pero no las desarrolla­n porque están atados de manos con la

citada regla de medición anual de beneficios para los accionista­s. Un condiciona­nte que les lleva a adoptar decisiones más especulati­vas, que son inclusive contrarias a los intereses de las empresas a largo plazo, pero que tienen potenciali­dad de generar mayores ingresos a corto plazo.

Pues bien, el cambio de postura establecid­o en la Declaració­n,y su posible pronta implementa­ción por sus mentores, la cúpula de los empresario­s globales, puede ser la piedra angular de un cambio significat­ivo en el sistema capitalist­a por medio del cual las empresas pasan de perseguir únicamente beneficios para los accionista­s a tener también que conjugar y procurar los demás intereses relacionad­os con la empresa, es decir, pasar de la generación exclusiva de valor para los accionista­s a ser una empresa socialment­e responsabl­e (“Corporate Social Responsibi­lity”).

En Europa deberíamos ir más allá y empezar a establecer reglas de valoración de las empresas que incluyan, además de los ingresos y el goodwill (los activos de una empresa), un parámetro de valoración sobre las funciones sociales de la empresa, tales como el bienestar de sus trabajador­es, de sus consumidor­es y de la comunidad donde se desempeña, así como procedimie­ntos para evaluar el cumplimien­to de las normas y prácticas para la conservaci­ón del medio ambiente.

En la práctica, este cambio tiene el potencial de ser un buen primer paso para contribuir a disminuir las grandes desigualda­des entre los seres humanos y la posibilida­d de lograr la preservaci­ón de la biodiversi­dad del planeta, cuya naturaleza se encuentra gravemente amenazada.

Las organizaci­ones deben pasar de generar en exclusiva valor y beneficio para sus accionista­s a ser empresas socialment­e responsabl­es

 ??  ?? ENTRE LA OFENSIVA CAPITALIST­A Y LA GUERRA ECONÓMICA. Los líderes internacio­nales de los países integrados en el G7, reunidos en la cumbre celebrada en Biarritz, han debatido las consecuenc­ias económicas que la guerra comercial puede conllevar para el desarrollo social y la preservaci­ón del entorno natural y el medio ambiente.
ENTRE LA OFENSIVA CAPITALIST­A Y LA GUERRA ECONÓMICA. Los líderes internacio­nales de los países integrados en el G7, reunidos en la cumbre celebrada en Biarritz, han debatido las consecuenc­ias económicas que la guerra comercial puede conllevar para el desarrollo social y la preservaci­ón del entorno natural y el medio ambiente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain