Alberto Priego
Cambio Climático, Cumbres Internacionales y Madrid.
La primera reunión de países para hablar de la deriva del clima y su solución tuvo lugar en 1987 en Montreal y en la tercera cumbre se aprobó el Protocolo de Kioto. Desde entonces, cada año ha habido reuniones en las que se analiza la evolución de los acuerdos y los compromisos de implementar nuevas medidas para reducir emisiones. ¿Qué es la COP? ¿Cuál es su origen? ¿Qué se va a aprobar? ¿Qué medidas se adoptarán? ¿Por qué se celebra en Madrid? ¿Por qué se retiró Estados Unidos? ¿Hay más países reticentes a la COP y sus resoluciones?
Si bien es cierto que desde hace al menos 400 años, el ser humano ha dividido la Tierra en comunidades políticas artificiales a las que llamamos Estados, la naturaleza parece no someterse a tal división. Son muchos los asuntos que superan la lógica de los estados, pero quizás el que lo hace de forma más clara y virulenta es el del medioambiente. No podemos pensar que la polución, el calentamiento global o la subida del nivel medio de los mares pueda parcelarse siguiendo la lógica establecida por los seres humanos en 1648 en Westfalia. Por ello, la aproximación que debemos tener a este tipo de asuntos que podemos llamar globales, debe ser holística y en ningún caso estatal.
Esta afirmación, si bien puede ser considerada como lógica, no tuvo cabida hasta finales de los años 80, cuando la ONU comenzó a celebrar una serie de cumbres que buscaban coordinar los esfuerzos de los Estados en lo que a su respuesta medioambiental se refería. Entre otras, podemos destacar la cumbre de Estocolmo, la de Río o la de Johannesburgo como algunos de los encuentros que permitieron crear el Régimen Internacional del Medio Ambiente que tiene por marco regulatorio la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992). Desde ese momento, y para desarrollarlo, se establecieron una serie de encuentros anuales –las COP, o Conferencias de Partes– que han servido para avanzar en la coordinación internacional en materia de medioambiente.
Las COP son encuentros anuales en los que toman parte todos los Estados que han firmado la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Las reuniones, que duran unas dos semanas, agrupan, además de los representantes de los Estados, a destacados miembros de la sociedad civil que tratan de aportar soluciones a los principales problemas medioambientales. Quizás las COP más relevantes hayan sido la tercera celebrada en Kioto en 1997 y la vigésima primera celebrada en París en 2015. La COP3, ha pasado a la historia por ser la reunión que propició la firma del protocolo –el de Kioto– que supuso la primera reducción significativa de los seis gases que provocaban el efecto invernadero. El objetivo de la cumbre era lograr que durante el periodo 2008-2012 se redujeran en un 5% las emisiones de los gases responsables del efecto invernadero en relación con los niveles de 1990.
Si bien el protocolo ha alcanzado un alto grado de ratificación, hay dos Estados industrializados que ya no forman parte del mismo: Canadá y Estados Unidos. Si bien el primero se retiró en 2011 para no pagar las multas derivadas de su incumplimiento, el caso de Estados Unidos es algo más complejo. Estados Unidos nunca ha llegado a ratificar el tratado ya que, si bien es cierto que Bill Clinton lo firmó en 2001, el Congreso nunca lo ratificó. Además, durante los dos mandatos del presidente Bush, las tesis negacioncitas más duras se apoderaron de las instituciones de Washington y, por ello, Estados Unidos formalmente se retiró del mismo.
LA COP 25 DE MADRID DECLARARÁ FORMALMENTE LA EMERGENCIA CLIMÁTICA Y ACUÑARÁ EL CONCEPTO DE ‘REFUGIADO MEDIOAMBIENTAL’
La segunda de estas cumbres relevantes fue la de París, celebrada en la capital de Francia tan solo una semana después de los atentados terroristas de noviembre de 2015. Si bien es cierto que hubo voces que abogaron por la suspensión de la cumbre derivado del caos generado por el DAESH, la relevancia de la COP21 propició que los representantes de los estados decidieran mantenerla a pesar de que no se daban las mejores condiciones para ello. De hecho, el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, calificó el acuerdo como “punto decisivo histórico” en la lucha contra el cambio climático, ya que debemos recordar que el Acuerdo de París supuso la continuación de un Protocolo de Kioto que expiraba en 2020. El acuerdo se abrió a la firma el 22 de abril de 2016 (Día de la Tierra) y entró en vigor el 3 de noviembre de ese mismo año, cuando fue ratificado por los 97 estados que suponían el 55% de las emisiones globales. El punto fundamental del Acuerdo de París fue el compromiso por parte de los Estados de reducir la temperatura global dos grados por debajo de los niveles preindustriales. Posteriormente se han celebrado otras COP, como la de Doha, Bonn o Katowice, en las que se han ido adoptando medidas para implementar los compromisos adoptados en París. Entre otros cabe destacar el Libro Blanco para la puesta en marcha de las medidas aprobadas en la COP21, el Fondo Verde o el Comité de Cumplimiento de los acuerdos de París.
En este marco es en el que se celebra la Cumbre de Madrid, la COP25 que, si bien es cierto que no estaba previsto que se celebrase en la capital de España, la falta de compromiso medioambiental de Bolsonaro y la incapacidad para controlar el orden de Chile han provocado que los líderes mundiales acaben reuniéndose en Madrid. España ha hecho de la lucha contra el cambio climático una de sus banderas internacionales tal y como muestra el compromiso del gobierno con la Agenda 2030, la celebración de la Cumbre en Madrid y la concesión en 2016 del Premio Princesa de Asturias de Cooperación a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992).
En Madrid no se van a adoptar medidas como las que se aprobaron en Kioto o París, pero es de esperar que sea la sede de dos medidas fundamentales para la lucha contra el cambio climático. Por un lado, se espera que se declare de formalmente la Emergencia Climática y, por otro, que se acuñe internacionalmente el concepto “refugiado medioambiental”.
ESPAÑA HA HECHO DE LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO Y SU COMPROMISO CON LA AGENDA 2030 UNA DE SUS BANDERAS INTERNACIONALES