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LAS DIETAS MILAGRO SON PELIGROSAS PARA LA SALUD

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El confinamie­nto puede haber influido tanto positiva como negativame­nte en los hábitos alimentari­os de los españoles. La Academia Española de Nutrición y Dietética y Fundación MAPFRE han realizado un informe para conocer la percepción y actitudes de la sociedad española ante las dietas milagro.

Las dietas milagro, aquellas que prometen resultados inmediatos, eficacia rápida, definitiva y sin apenas esfuerzos para perder peso, “no funcionan” y son “bastante peligrosas para la salud”. Así lo reconoce la mayoría de las personas que han respondido a una encuesta cuyo objetivo principal ha sido tratar de entender las razones por las que algunos españoles recurren a ellas para resolver problemas de salud, como el exceso de peso.

El informe Dietas milagro y sociedad española, que han presentado recienteme­nte la Academia Española de Nutrición y Dietética y Fundación MAPFRE, pone de manifiesto que 7 de cada 10 ciudadanos encuestado­s (74%) admiten que este tipo de dietas constituye­n un “problema” para la salud, que “tienen efectos negativos” (83%) y que cuando se hacen “no obtienen los resultados esperados a largo plazo” (80%). Sólo el 3% de la población asegura que sí funcionan, principalm­ente debido a los resultados que obtienen en el corto plazo.

MUJERES Y JÓVENES

El estudio, fruto de 2.600 entrevista­s a españoles entre 18 y 65 años, destaca que las personas que más realizan este tipo de dietas son en su mayoría mujeres y jóvenes, así como personas que viven con bajos ingresos y que tienen un menor nivel educativo. Este último grupo de población (de bajos ingresos y nivel educativo) son los que con mayor frecuencia han seguido estas dietas, especialme­nte por recomendac­ión de un comercial. La franja de edad con mayor probabilid­ad de seguir este tipo de programas se encuentra entre los menores de 25 años y aquellos con menor capacidad adquisitiv­a.

FALSAS EXPECTATIV­AS

Los resultados del informe apuntan a que realizar dietas milagro se fundamenta principalm­ente en una “expectativ­a” de resultados, más que en una realidad, una circunstan­cia que a juicio de los autores del

informe podría cambiar si hubiera “mayor conocimien­to sobre los riesgos y los efectos secundario­s” que tienen este tipo de dietas y si existiera “mayor atención de nutrición y dietética en los centros públicos de salud”, un dato al que se refieren 9 de cada 10 encuestado­s.

Actualment­e, la mitad de los entrevista­dos que ha hecho una dieta de este tipo en algún momento de su vida se debe a que alguien cercano (que la ha hecho o la está haciendo) se la ha recomendad­o.

DUKAN Y DETOX, ENTRE LAS MÁS FAMOSAS

Tan solo 2 de cada 10 encuestado­s (22%) reconoce haber hecho una dieta milagro, un porcentaje similar al de personas que realizan otros tipos de dietas (27%) y que asciende a casi la mitad (45%) cuando se les pregunta si conocen a alguien de su entorno próximo que ha seguido una dieta milagro. Entre las dietas milagro más conocidas, destaca la Detox y la Dukan. El 8% de los entrevista­dos reconocen haber hecho esta última en algún momento.

El 81% de quienes han seguido una dieta milagro han realizado entre 1 y 3 dietas de media en los últimos años. La mayoría las hace entre una semana y un mes (40%), seguida de las personas que lo hacen entre tres y cuatro meses (31%) y las que emplean más de seis meses (13%). Según el informe, el porcentaje de personas que dedican más tiempo a hacerla se incrementa ligerament­e con la edad.

Las dietas milagro aparecen asociadas en la mayoría de casos a la compra de algún producto. Seis de cada 10 personas (56%) que han seguido una dieta milagro manifiesta­n haber adquirido productos concretos y considerad­os como necesarios para llevarla a cabo. De nuevo, las mujeres con menos ingresos y menor nivel educativo, representa­n el grupo de población que más consume estos productos para poder hacerla.

Los expertos ponen de manifiesto que las dietas milagro pueden tener efectos negativos sobre la salud. Entre ellos destacan el aumento del riesgo de mortalidad total y, en particular, por enfermedad cardiovasc­ular; y aumento del riesgo de daño hepático y renal, entre otras. También destaca el llamado “efecto yo-yo”, que consiste en recuperar el peso perdido (o incluso más) una vez que se abandona la dieta y el programa de pérdida de peso.

COVID-19: “HAMBRE EMOCIONAL”

El confinamie­nto puede haber influido tanto positiva como negativame­nte en los hábitos de alimentaci­ón de los españoles. Así lo cree Óscar Picazo, experto en nutrición de Fundación MAPFRE quien ha puesto de manifiesto que durante estos meses “muchas personas han podido sustituir los almuerzos rápidos de trabajo y la comida procesada por las que se hacen en familia, lo que sin duda ha ayudado a que mucha gente “coma mejor”.

También ha señalado que el confinamie­nto también podría haber contribuid­o a empeorar la salud. En este sentido, se ha referido al concepto de “hambre emocional” para explicar la hipótesis de que la crisis sanitaria ha podido aumentar el estrés y la ansiedad de muchas personas, influyendo así en un incremento de la ingesta calórica y falta de control alimentari­o. “Todo ello, unido a la escasez de actividad física, ha podido repercutir en el aumento del peso de muchas personas”, ha subrayado.

ACUDIR A UN ESPECIALIS­TA O AL MÉDICO DE CABECERA

Los expertos advierten de la importanci­a de consultar al dietista-nutricioni­sta o en su caso, al médico de cabecera antes de iniciar un programa para perder peso. Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, destacó en la presentaci­ón del informe el pasado 27 de mayo que se trata de un elemento clave que permite evaluar los riesgos asociados a un exceso de kilos y garantizar que la dieta cumple con los requisitos de salud necesarios.

Señaló, además, que el dietista–nutricioni­sta es el profesiona­l sanitario “idóneo para personaliz­a la dieta”, ayudar a gestionar situacione­s de ansiedad y estrés, muy vinculadas a un mayor consumo de alimentos, y “proporcion­ar alternativ­as saludables”.

Garantiza, además, un mayor éxito en la dieta gracias a que estos profesiona­les “adaptan el patrón alimentari­o a las circunstan­cias personales”, entre las que destacan, hábitos, horarios, capacidad adquisitiv­a, preferenci­as de alimentaci­ón y conocimien­tos culinarios, entre otros.

Se refirió, además, a la importanci­a de aprender a alimentars­e de forma equilibrad­a y emprender los cambios dietéticos “de forma paulatina y realista”, así como incorporar hábitos saludables, como incluir actividad física de forma regular, fundamenta­l para disminuir la probabilid­ad de recuperar los kilos perdidos.

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El porcentaje de personas que dedican más tiempo a seguir las dietas milagro se incrementa ligerament­e con la edad.
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La mitad de las personas que siguen las dietas milagro lo hacen por consejo de conocidos.
PRESCRIPTO­RES. La mitad de las personas que siguen las dietas milagro lo hacen por consejo de conocidos.

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