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El gigante Meliá acusa la crisis, pero saca músculo.
Meliá, el principal grupo hotelero español pierde en el primer trimestre 79,7 millones de euros a la espera de la lenta recuperación del sector turístico en todo el mundo.
Meliá Hotels International ha perdido 79,7 millones de euros en los tres primeros meses del año frente a los beneficios de 11,5 millones logrados en el mismo período del año anterior. La caída del 25,5% de los ingresos podía incluso haber sido peor, pero el principal grupo hotelero español ha logrado al menos mantener operativos 53 de los 326 establecimientos que gestiona en todo el mundo, principalmente los que regenta en algunas latitudes de Asia Pacífico y aquellos que se han adaptado para dar soporte a las necesidades sanitarias.
Los expertos en el sector turístico mantienen que las principales cadenas hoteleras españolas han llegado a la crisis con una situación financiera mejor que la que tuvieron que soportar durante los años de la crisis económica anterior.
Meliá encara el nuevo temporal con 220 millones de liquidez a finales de marzo y líneas de crédito no dispuestas por valor de 230 millones de euros. El CEO de Meliá, Gabriel Escarrer Jaume (en la foto), se muestra convencido de que el turismo va a resurgir y que el grupo que capitanea va a estar preparado para el renacimiento de una industria que va a tener que saber adaptarse más que nunca para velar por la seguridad de su clientela, la conciencia social y medioambiental, sin dejar de lado la necesidad de seguir apostando por la digitalización de los procesos y por la captación de talento.
Dentro de los planes para garantizar que el grupo va a contar con los recursos económicos necesarios, Meliá anunció a mediados de mayo que se cancela la propuesta de distribución de dividendo prevista para este ejercicio y se da por finalizado el programa de recompra de acciones. En relación con las medidas de ahorro, Gabriel Escarrer se reducirá un 50% su retribución fija y el resto del Consejo también verá reducidas sus dietas por asistencia a las Comisiones Delegadas. Por su parte, Sebastián Escarrer Jaume, primogénito del fundador y presidente de Meliá, Gabriel Escarrer Juliá, anunciaba que abandonaba su puesto de consejero. Fue el hombre de la empresa familiar mallorquina encargado de pilotar la transformación de Grupo Sol en Meliá y de su salida a bolsa.
El Grupo Meliá está siendo muy crítico con la gestión del Gobierno que preside Pedro Sánchez en la crisis de la COVID-19. “Necesitamos una estrategia común de recuperación como país y nadie nos ha llamado”, denunciaba Gabriel Escarrer durante un reciente encuentro digital. Una falta de diálogo y voluntad de consenso que también han criticado otros directivos de empresas turísticas españolas.
España ha sido una de las últimas economías de Europa en anunciar el regreso de la actividad turística. El sector tuvo que esperar al pasado 23 de mayo para escuchar a Pedro Sánchez su intención de abrir el país al turismo extranjero a partir del mes de julio. La actividad turística genera más del 12% del PIB.
La patronal hotelera española, agrupada en Exceltur, ha tenido que utilizar todas sus dotes persuasivas para lograr que el Gobierno moviera ficha. La decisión de Italia de abrir su destino desde el 3 de junio podría ser muy cuestionable desde el punto de vista sanitario, pero dejaba a España en desventaja. También Grecia anunciaba antes que España que volvería a ser un destino accesible desde el 1 de julio.