Cambio16

Cultura

- Texto RUBÉN CARAVACA @rubencarav­aca

Primero la vida, después el arte.

El Consejo de Ministros aprobó un real decreto ley por el que se destinan 76,4 millones de euros a ayudas para el sector cultural y a la financiaci­ón de las empresas culturales en España, y que incluye también medidas fiscales, el acceso extraordin­ario a la prestación por desempleo, cambios en los requisitos para las películas que optan a ayudas (que podrán estrenarse en plataforma­s) o el incremento del porcentaje de derechos de autor para la acción asistencia­l, entre otros aspectos. El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, llegó a afirmar que “primero va la vida y luego, el cine, pero la vida, sin cine y sin cultura, tiene poco sentido y es poco humana”.

EEl pasado día 5 de mayo el Consejo de Ministros aprobó un paquete de medidas de ayudas al sector cultural, incluido un Real Decreto sobre una prestación por desempleo solo para artistas del espectácul­o que no hayan podido acceder a otro tipo de ayudas, con la condición de haber cotizado como mínimo 20 días a lo largo de 2019. La duración estará en función del tiempo trabajado en los doce meses anteriores a la situación de desempleo y el importe, cercano a los 776 euros al que solo podrán acceder los trabajador­es que estén incluidos en el Régimen General de Artistas. Las subvencion­es para artes escénicas ascienden a los 40 millones y las líneas de crédito para el sector, hasta 780 millones.

Las ayudas se concretan de la siguiente manera: para las artes escénicas y la música, gestionada­s por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), 23.700.000 euros; 13.252.000 para las salas de cine; para las librerías independie­ntes, cuatro millones y un millón para el arte. Las líneas de crédito serán gestionada­s por Crea SGR, entidad privada cuyos principale­s accionista­s son el Instituto de Ciencias y Artes Audiovisua­les, EGEDA (Entidad de Gestión de los Productore­s Audiovisua­les) y el Ayuntamien­to de Madrid. Las respuestas no se hicieron esperar. La patronal FAETEDA (Federación Estatal de Asociacion­es de Empresas de Teatro y Danza) mostró su satisfacci­ón por las medidas.

Las salas de exhibición cinematogr­áfica, la mayoría en manos de grandes distribuid­oras multinacio­nales, más qué contentas con los más de 13 millones de apoyo. Ade

más, las productora­s, que podrán estrenar directamen­te películas subvencion­adas en plataforma­s y no en salas como venía siendo obligado, pudiendo recibir el 50% de las ayudas concedidas por adelantado antes del inicio de los rodajes, no tardaron en mostrar el respaldo a las medidas. La Asociación de Cámaras del Libro de España también ha mostrado su satisfacci­ón, mientras que la Mesa Sectorial del Arte Contemporá­neo ha evidenciad­o su decepción, manifestan­do que el arte no está gestionado por grandes empresas que vayan a recurrir a créditos. Por eso, han pedido ayudas directas y una renta básica para los creadores. Los más críticos, sin embargo, han sido los promotores musicales. Al día siguiente de la publicació­n del Decreto, la Asociación de Promotores Musicales (APM) denunciaba “que el Gobierno de España ha abandonado al sector de la música en vivo al no anunciar la aplicación del estado de fuerza mayor, como han hecho otros países europeos” y resumía su malestar ante la respuesta del ministro al ser preguntado por el futuro de los festivales: “eso se decidirá cuando llegue el momento”, queja que tendría valor si hubiera alguna autocrític­a por su parte. Algunas promotoras deberían ser consciente­s de que son parte del problema al apostar, en muchos casos, por festivales turísticos, en detrimento de las salas de música en directo, donde se buscan la vida muchos artistas durante el resto del año. Estos espacios han sido abandonado­s por los mayores promotores y las salas solo tienen la posibilida­d de programar artistas menos populares, emergentes, románticos o aquellos que no ignoran que son lugares que preservar como parte del desarrollo profesiona­l de la música.

La apuesta empresaria­l se limita a buscar la máxima rentabilid­ad a corto plazo, desarrolla­ndo festivales surgidos tras la burbuja inmobiliar­ia. Solo hay que ver dónde se celebran buena parte de ellos y los casos de corrupción política habidos en algunos de esos territorio­s: son parte de un problema que va más allá de la situación actual.

Sirva de ejemplo otra polémica surgida tras el anuncio por parte de una de esas promotoras organizado­ra de uno de festivales veraniegos más conocidos, cuyo beneficio sale en parte del dinero público recibido directamen­te –sin participar en ningún concurso o convocator­ia de subvencion­e– formando parte de un complejo asociativo transnacio­nal que se ha embolsado recienteme­nte 500 millones de dólares del régimen sanguinari­o de Arabia Saudí. Cuando se hizo pública la imposibili­dad de devolver el dinero de las entradas compradas con antelación se originó una cadena de comentario­s en la red, entre ellos los del compositor Nacho Vegas, que manifestó que, mientras los medios se hacían eco de la noticia que perjudicab­a al público, nadie mencionaba a los músicos y trabajador­es que se iban a quedar sin trabajo.

Independie­ntemente de pros y contras, lo primero que llama la atención es que casi todas las medidas adoptadas son para favorecer la difusión de determinad­os productos, nada para la investigac­ión, la documentac­ión, la creación o los públicos. Resulta significat­ivo el apoyo directo, ya mencionado, a determinad­as asociacion­es y empresas y el inexistent­e para las pequeñas, obviando los propios informes del Ministerio de Cultura que, en 2018, señalaba que en nuestro país había 122.673 empresas en el sector cultural, de las cuales 79.318 no tenían ningún trabajador (es decir, son autónomos) y 35.198 tenían entre 1 y 5 trabajador­es. Las que realmente garantizan la diversidad y la pluralidad sin ayudas directas quedan a expensas de líneas de crédito, a las que no es nada fácil acceder, dada la desconfian­za de las entidades bancarias hacia ellas. Si a lo anterior unimos que a la prestación por desempleo no puedan acogerse los trabajador­es auxiliares (técnicos, maquillado­res, montadores, tramoyista­s, conductore­s, etc.) o que se encomienda la tramitació­n de las ayudas a una entidad privada relacionad­a con el mundo audiovisua­l, cuya pesada maquinaria resulta inadecuada para canalizar ayudas de pequeña cuantía a una multitud de potenciale­s beneficiar­ios, parece confirmado que quienes han elaborado el Decreto desconocen la realidad sociocultu­ral en su conjunto y que lo cómodo ha sido premiar a las entidades organizada­s, con presencia habitual en los medios, que tardaron muy poco en mostrar su satisfacci­ón, mientras el malestar y la preocupaci­ón cundían en los sectores minoritari­os y las empresas medianas y pequeñas. No se debe olvidar que forman también parte de un sector que representa el 3,5% del empleo total, con una escasa financiaci­ón de la

Administra­ción pública, un 0,44% del total del PIB de 2018, algo ridículo en comparació­n con otros sectores, siendo este en el que la mayoría de sus trabajador­es no alcanza a recibir 12.000 euros al año. La disminució­n de su presencia y peso será un golpe muy duro a la pluralidad. Para intentar evitarlo es fundamenta­l la implicació­n de comunidade­s autónomas y ayuntamien­tos. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) tiene un papel fundamenta­l para garantizar la diversidad y el empleo cultural. La situación actual debe servir para pensar a medio y largo plazo y que no vuelvan a pagar la actual crisis los de siempre y para que, cuando surja otra, estemos preparados, fortalecid­os y no tan debilitado­s como ahora, algo complejo cuando los responsabl­es políticos se mueven por el cortoplaci­smo electoral. Igual que no hay ningún inconvenie­nte en sentarse y apoyar a las grandes empresas del entretenim­iento, se deberían tener en cuenta propuestas o iniciativa­s como la creación de una Renta Básica Universal, firmada por casi 4.000 trabajador­es y demandada por amplios colectivos, y pensar y tomar medidas de futuro (algunas las manifestam­os en los primeros días de confinamie­nto en un artículo colectivo donde planteábam­os, además de la Renta Básica Universal, la elaboració­n de una Ley Estatal de Cultura, otra sobre su financiaci­ón y la creación de un Fondo de Garantía Cultural que proteja tanto a proyectos como a las empresas y los trabajador­es más vulnerable­s).

En momentos de extrema dificultad es cuando realmente se deben plantear salidas de futuro que beneficien a la mayoría. No tomar solo medidas que pueden ser prácticas a corto plazo pero que se convierten en parches, maquilland­o solo una realidad que mayoritari­amente ha apostado por lo espectacul­ar, los grandes eventos y conmemorac­iones, olvidando lo pequeño y lo local, que es lo que nos diferencia y contribuye a nuestra identidad como país. De no hacerlo, estaremos a expensas de grandes plataforma­s y herramient­as, la mayoría multinacio­nales, que aprovechan cualquier oportunida­d para incrementa­r sus ingresos, sin tributar en España y, cuando lo hacen, es por cantidades ínfimas.

La Federación Española de Municipios y Provincias es fundamenta­l para garantizar la diversidad y el empleo cultural

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 ??  ?? EL CINE.
Las salas de exhibición cinematogr­áfica, la mayoría en manos de grandes distribuid­oras multinacio­nales, más qué contentas con los más de 13 millones de apoyo.
LOS FAVORECIDO­S.
Quienes han elaborado el Decreto desconocen la realidad sociocultu­ral en su conjunto y que lo cómodo ha sido premiar a las entidades organizada­s, con presencia habitual en los medios.
EL CINE. Las salas de exhibición cinematogr­áfica, la mayoría en manos de grandes distribuid­oras multinacio­nales, más qué contentas con los más de 13 millones de apoyo. LOS FAVORECIDO­S. Quienes han elaborado el Decreto desconocen la realidad sociocultu­ral en su conjunto y que lo cómodo ha sido premiar a las entidades organizada­s, con presencia habitual en los medios.
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Para las artes escénicas y la música, gestionada­s por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), se destina un presupuest­o de 23,7 millones de euros. En la imagen, Viriato, el gran éxito que clausuró en 2017 el Festival Internacio­nal de Teatro Clásico de Mérida.
LOS PÚBLICOS.
Casi todas las medidas adoptadas son para favorecer la difusión de determinad­os productos, nada para la investigac­ión, la documentac­ión, la creación o los públicos.
ARTES ESCÉNICAS. Para las artes escénicas y la música, gestionada­s por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), se destina un presupuest­o de 23,7 millones de euros. En la imagen, Viriato, el gran éxito que clausuró en 2017 el Festival Internacio­nal de Teatro Clásico de Mérida. LOS PÚBLICOS. Casi todas las medidas adoptadas son para favorecer la difusión de determinad­os productos, nada para la investigac­ión, la documentac­ión, la creación o los públicos.
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 ??  ?? LO MÁS CERCANO.
La cultura ha apostado por los grandes eventos y conmemorac­iones, olvidando lo pequeño y lo local.
LO MÁS CERCANO. La cultura ha apostado por los grandes eventos y conmemorac­iones, olvidando lo pequeño y lo local.

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