Gran Canaria
La isla de los infinitos paisajes y el mar como compañía.
Todo un paraíso de sensaciones al alcance de la mano, a tan solo unas pocas horas de cualquier capital europea y muy bien conectado con los principales aeropuertos. El refugio cercano y seguro donde pasar unas soleadas y merecidas vacaciones, descansar una temporada o dejarse cuidar en una escapada de fin de semana.
Un territorio auténtico, un destino de excelencia y con experiencia en sorprender a los visitantes que buscan emocionarse en sus viajes. Las mil actividades de ocio al aire libre y las innumerables propuestas de turismo activo que se desarrollan a lo largo de todo el año hacen de Gran Canaria el mejor destino con el que dejar de soñar y empezar a disfrutar de su clima primaveral durante todas las estaciones del año. Sus modernas infraestructuras de alojamientos, con variedad de opciones adaptadas a todos los gustos, diferenciadas por su calidad, van desde imponentes resorts, villas, hoteles con encanto y de ciudad, hasta pequeños apartamentos a pie de playa o coquetas casas rurales en medio de parajes donde dejar pasar el tiempo sin prisas, entregados al bienestar, y disfrutar de una oferta turística inmensa.
Ahora cuando el contacto con la naturaleza y el aire libre son más valorados que nunca, Gran Canaria lo tiene todo para desconectar y relajarse. El viaje por el interior de Gran Canaria, a su corazón más montañoso, sorprenderá al viajero por su diversidad paisajística, la variedad biológica que alberga y la posibilidad de recargarse de energía positiva arropados por formaciones rocosas milenarias y el aire más puro.
Los vientos alisios que dominan el archipiélago, unidos a la especial climatología de Gran Canaria, provocan el famoso mar de nubes en los puntos más altos de la Isla. Desde los Llanos de la Pez o el Pico del Pozo de las Nieves, los soplos de viento empujan las nubes contra los barrancos y laderas provocando un efecto óptico espectacular que tan solo puede observarse en unos pocos lugares del mundo. Como únicos son los bosques de pinos legendarios, recientemente reconocidos con el sello internacional de FSC que distingue a Gran Canaria por su contribución en la preservación de los recursos hidráulicos mundiales y una gestión forestal ejemplar. Mil senderos llevan hasta ellos y conectan con el territorio integrado en la Reserva de la Biosfera.
Este “pequeño continente” fue reconocido por la Unesco por su especial riqueza natural y su biodiversidad terrestre y marina. Casi la mitad del espacio geográfico de la isla está incluido en este espacio protegido, que abarca un buen número de núcleos rurales muy vinculados a las actividades más tradicionales e invita a descubrir la auténtica identidad isleña. A estos reconocimientos hay que añadir que desde 2019 Naciones Unidas la incluyó en su lista de espacios Patrimonio Mundial de la Humanidad por el valor único del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria.
En el centro de la isla, en mitad de un paisaje de barrancos, acantilados y formaciones volcánicas, se encuentran las huellas de viviendas, cisternas y graneros troglodíticos, prueba de la cultura insular autóctona que ha llegado a nuestros días en muy buen estado de conservación. Esta zona, que ocupa casi en su totalidad la Caldera de Tejeda, el macizo de Tamadaba y el cauce de Barranco Hondo, acoge especies de aves endémicas como el pinzón azul de Gran Canaria y el picapinos.
Este yacimiento arqueológico está integrado por 21 cuevas con importantes manifestaciones rupestres relacionadas con creencias mágico-religiosas. En una de ellas, el haz de luz que se proyecta iluminando los grabados desde el solsticio de verano al otoño se considera un marcador astronómico prehistórico. Como hacían los antiguos pobladores, hoy también es posible contemplar las estrellas y el movimiento del cosmos en la amplia red de miradores astronómicos repartidos por los puntos más estratégicos de la isla. Desde ellos es posible acercarse al cielo, porque en Gran Canaria el cielo nocturno es limpio y nítido, con escasa contaminación lumínica, por lo que cuenta con el sello de Destino Starlight. Por su cuenta o en compañía de profesionales en divulgación astrofísica que ofrecen sus servicios en la isla, podrán sobrecogerse al contemplar los misterios, la inmensidad y belleza del universo.
Para los apasionados del mar, Gran Canaria está rodeada por 236 kilómetros de costa y casi 60 km de playas de arena dorada en el sur, calas recónditas en el norte y piscinas naturales de origen volcánico donde realizar múltiples actividades náuticas y deportes acuáticos en sus cálidas aguas. Vela, excursiones en barco, avistamiento de cetáceos, surf, motonáutica, parasailing y submarinismo son solo algunas de las propuestas de ocio en el mar que ofrece Gran Canaria.
También merece la pena una parada en la capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad cosmopolita, dinámica y abierta. En un recorrido por el barrio histórico de Vegueta, el paso del tiempo se detiene entre sus casas coloniales y su corazón urbano, ejemplo de fusión de culturas tricontinental. Muestra de esa unión entre continentes es la Casa de Colón, donde se conserva un valioso legado cultural fruto de la relación que la isla ha mantenido con América a lo largo de los siglos. En la Calle Mayor de Triana sus terrazas invitan al descanso, en sus restaurantes se saborea la rica gastronomía grancanaria, y se disfruta de la que ha sido elegida la mejor zona comercial abierta de España en 2021. En el otro extremo de la ciudad, se abre una de las mejores playas urbanas del mundo, Las Canteras, con el arrecife de La Barra como seña de identidad y con uno de los fondos marinos con mayor riqueza submarina. Incluso para los que han estado en otras ocasiones, Gran Canaria se presta a un redescubrimiento interesante en cada nueva visita. Una isla llena de vida, tradiciones singulares, historia, cultura y con una gastronomía que mezcla los sabores canarios de siempre con un toque creativo de la mano de los nuevos valores que han hecho protagonista al producto local. Un lugar para volver una y mil veces, conocer sus pueblos y ciudades, su gente y disfrutar de su inmensa luz.