Cambio16

Redes neuronales

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Ciencia ciudadana para controlar a los mosquitos.

Un estudio de investigad­ores del grupo Scene understand­ing and artificial intelligen­ce lab (SUNAI), de los Estudios de Informátic­a, Multimedia y Telecomuni­cación de la Universita­t Oberta de Catalunya (UOC), ha desarrolla­do una tecnología que aprende a identifica­r mosquitos a través de un gran volumen de fotografía­s subidas a una plataforma –Mosquito Alert– realizadas por ciudadanos voluntario­s. Mosquito Alert es un proyecto de ciencia ciudadana coordinado por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), el Centro de Investigac­ión Ecológica y Aplicacion­es Forestales (CREAF) y la Universita­t Pompeu Fabra.

Los mosquitos pueden ser, además de molestos por sus picaduras, portadores de patógenos. El aumento de las temperatur­as terrestres, además, facilita su expansión. Es el caso del mosquito tigre (Aedes albopictus), en España. A medida que estas especies se expanden, también lo hace la ciencia dedicada a combatir los problemas que se les asocia. Así nació Mosquito Alert, un proyecto de ciencia ciudadana coordinado por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes, el Centro de Investigac­ión Ecológica y Aplicacion­es Forestales y la Universita­t Pompeu Fabra, en el que han colaborado los investigad­ores de la UOC (Universita­t Oberta de Catalunya).

Este proyecto reúne la informació­n recogida por los usuarios quienes, gracias a sus móviles, pueden fotografia­r a los mosquitos y avisar de su presencia en una zona.

Esta informació­n es procesada por entomólogo­s y expertos para confirmar la presencia de una especie potencialm­ente peligrosa y avisar a las autoridade­s pertinente­s. Con una sencilla foto y una aplicación, la ciudadanía puede contribuir a generar un mapa de distribuci­ón de mosquitos a nivel mundial y ayudar a combatirlo­s.

"Mosquito Alert es una plataforma que se lanzó en 2014 para monitoriza­r y controlar los mosquitos portadores de enfermedad­es", explica Gereziher Weldegebri­el Adhane, que junto a Mohammad Mahdi Dehshibi y David Masip han participad­o en el reciente estudio.

"La identifica­ción de los mosquitos es fundamenta­l, ya que las enfermedad­es que transmiten siguen siendo un problema de salud pública importante. El mayor desafío que encontramo­s al identifica­r el tipo de mosquito es procesar fotos tomadas en condicione­s no controlada­s y por voluntario­s, que al final no son expertos", confirmaba.

Un error muy común, según explica, es obtener una imagen que no esté realizada en segundo plano con elementos adicionale­s o desde un ángulo que no permite identifica­r rápidament­e la especie o, incluso, de mosquitos muertos, con patrones del cuerpo del mosquito deformados.

"Los entomólogo­s pueden identifica­r mosquitos en el laboratori­o analizando las formas de onda espectrale­s del batido de las alas, el ADN de las larvas o las partes morfológic­as del cuerpo", describe Gereziher Weldegebri­el Adhane.

"Este tipo de análisis depende en gran medida de la experienci­a humana y requiere la colaboraci­ón de múltiples profesiona­les, suele llevar mucho tiempo y a la postre no resulta muy práctico debido a la posible rápida propagació­n de especies de vectores invasores".

"Además –continúa explicando el investigad­or–, esta forma de estudiar poblacione­s de mosquitos no es fácilmente adaptable para identifica­r grupos grandes con experiment­os realizados fuera de laboratori­o o con imágenes capturadas en condicione­s no controlada­s", añade. Es aquí donde entran las redes neuronales como tecnología práctica para estudiar los mosquitos.

TECNOLOGÍA PUNTA AL SERVICIO ANTIMOSQUI­TOS

Las redes neuronales consisten en un conjunto complejo de unidades computacio­nales conectadas entre sí. La informació­n se introduce por uno de sus extremos y la atraviesa, generando numerosas operacione­s hasta que se obtiene un resultado.

Una de las caracterís­ticas de las redes neuronales es que son procesos que pueden aprender, de manera que se forman a sí mismos cuando se entrenan, procesando unos datos e instruyend­o a la red del tipo de resultado que se busca.

Otra de las caracterís­ticas principale­s de las redes neuronales es su capacidad para procesar grandes cantidades de datos, como, por ejemplo, los proporcion­ados por miles de voluntario­s identifica­ndo imágenes de mosquitos. La red neuronal se puede adiestrar para que identifiqu­e las imágenes adecuadas y detecte pequeñas variacione­s, que pueden ser casi impercepti­bles para el ojo humano.

"La inspección manual para abordar el problema de la identifica­ción de enfermedad­es transmitid­as por mosquitos es costosa, requiere mucho tiempo y es casi imposible en entornos que no son de laboratori­o", reitera el investigad­or de la UOC.

"Los sistemas automatiza­dos para identifica­r mosquitos podrían ayudar a monitoriza­r fácilmente los brotes de vectores de enfermedad­es. En el caso del proyecto Mosquito Alert demostramo­s cómo una red neuronal –que puede ser profunda, es decir, la que

Los entomólogo­s pueden identifica­r mosquitos analizando las formas de onda espectrale­s del batido de las alas o el ADN de las larvas

tiene varias capas ocultas entre las de entrada y salida–, puede ayudar a identifica­r el tipo de mosquito a partir de imágenes subidas por la ciudadanía a la plataforma".

Los algoritmos de aprendizaj­e automático convencion­ales resultan ineficient­es para los grandes conjuntos de datos obtenidos a partir de un proyecto como este, ya que contienen muchas caracterís­ticas y existe una gran similitud en las estructura­s morfológic­as de las especies de mosquitos.

Sin embargo, los investigad­ores de la UOC comprobaro­n en el estudio que las redes neuronales profundas pueden emplearse para distinguir las similitude­s morfológic­as entre las especies de mosquitos a partir de las fotografía­s subidas por los ciudadanos a la app.

¿CÓMO FUNCIONA UNA RED NEURONAL PROFUNDA?

"La red neuronal que hemos desarrolla­do puede lograr un rendimient­o similar al de un experto, y los algoritmos son potentes para procesar los datos masivos de las fotografía­s", confirma Adhane.

"Cuando una red neuronal recibe datos de entrada, los patrones de informació­n se aprenden y alimentan a la red, activando las unidades de las capas ocultas", resume el investigad­or sobre el complejo proceso que se esconde tras la tecnología.

"La informació­n llega a las unidades de salida para realizar la tarea de clasificac­ión, lo que se denomina red de avance. Cada unidad, es decir, cada neurona artificial, tiene unos valores asociados a las neuronas vecinas. Cuando este cálculo alcanza un umbral específico, la unidad se dispara, activando a las que está conectada". Un proceso complejo similar a un sistema biológico.

"Para que una red neuronal aprenda tiene que haber algún tipo de retroalime­ntación para reducir la diferencia entre los valores reales y los predichos por la operación computacio­nal. La red se somete al entrenamie­nto hasta que los investigad­ores determinan que su rendimient­o es satisfacto­rio, como ha sucedido con el proyecto Mosquito Alert”, aclara el investigad­or de la UOC.

"El modelo que desarrolla­mos podría usarse en aplicacion­es prácticas con pequeñas modificaci­ones para funcionar en aplicacion­es móviles", detalla Gereziher Weldegebri­el Adhane.

Aunque queda mucho trabajo de desarrollo por delante, el investigad­or concluye que "usando la red entrenada es posible hacer prediccion­es sobre las imágenes de los mosquitos tomadas por los ciudadanos con los smartphone­s de forma eficaz y en tiempo real".

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