Andrea Cote
Poeta, critíca literaria y traductora.
Profesional en literatura de la Universidad de los Andes. Culminó su doctorado en Estudios Hispanoamericanos en la Universidad de Pensilvania Entre sus publicaciones destacan la colección de poemas Puerto calcinado (2003), el ensayo Blanca Varela y la escritura de la soledad (2004), la biografía de Tina Modotti Fotógrafa al desnudo (2005), los poemarios La Ruina que Nombro (2014) y En las praderas del fin del mundo (2019) y la Antología de mujeres poetas colombianas Pájaros de sombra (2019).
Su libro Puerto calcinado ha sido traducido a múltiples idiomas (árabe, catalán, francés, inglés, italiano, macedonio, entre otros); la versión italiana del libro obtuvo el premio Citta di Castrovillare al mejor libro de poesía editado en ese país europeo en 2010. Ha traducido al español a los premios Pulitzer de poesía Tracy K. Smith y Jericho Brown. Actualmente, es profesora de poesía de la Maestría Bilingüe en Escritura Creativa de la Universidad de Texas en El Paso. Premios y reconocimientos: Premio Nacional de Poesía Joven 2002 (Universidad Externado de Colombia); Premio Mundial de Poesía Joven Puentes de Struga 2005, otorgado por la UNESCO y el Festival de Poesía de Macedonia; Premio al Mejor Libro de Poesía Editado por Puerto calcinado (Citta di Castrovillare), Italia, 2010, y Premio International Latino Book Award a mejor antología poética en el año 2020.
1.
La literatura colombiana del post-boom busca modelos de representación para relatar su convulsa realidad sin replicar fórmulas que anestesien al espectador o conviertan la violencia en un producto de mercado. Creo que la literatura colombiana y latinoamericana han encontrado un recurso de renovación en la escritura de las mujeres. Ellas, que escriben al margen de la tradición patriarcal, aportan una noción de riesgo desmontando las narrativas totalizantes, abriéndose a los géneros híbridos y explorando lo político de lo privado.
2.
La literatura está llamada, hoy más que nunca, a ser agente de transformación social por parte de quienes crean no meros libros o productos, sino experiencias para validar ejercicios posibles y alternativos de la subjetividad. En tiempos de indiferencia e intolerancia, entre otras formas del desconocimiento del otro, las voces y los fragmentos de vida que la poesía rescata socavan los discursos reductivos de lo real y dan paso a formas urgentes del encuentro en nuestro mundo como lo son el reconocimiento, la compasión y el asombro.