UN MALESTAR RADICAL
Nació en 1997 en Nogales (Arizona, Estados Unidos), hijo de inmigrantes ilegales mexicanos que solían jornalear en trabajos de baja estofa. Cuando cumplió 15 años, sus progenitores fueron deportados a México. El último trabajo de su madre fue como ama de llaves en un motel de Nogales, donde hacía turnos de 12 horas. Después de la extradición, Zapata abandonó Estados Unidos a pesar de que era ciudadano legal y se instaló enseguida en la localidad de Culiacán, en el estado de Sinaloa. Allí inició su práctica artística, que abarca desde el dibujo y la pintura hasta la performance y la instalación, que cruza lo heredado y lo robado, que frota el inglés con el castellano. La pérdida de identidad –siempre frágil, siempre precaria– como ciudadano estadounidense desencadenó en Zapata un drástico golpe de timón. Desarrolló un malestar radical, aunque humorístico, en relación con la injusticia que sufrió siendo miembro de una familia orgánica que repentinamente se desintegró. En su personalidad, ese sentimiento se incrementó como resultado de los efectos brutales de la política exterior y del comportamiento de Donald Trump hacia los inmigrantes en general, pero con los mexicanos en particular. Su obra se ha exhibido en la Ciudad de México, Madrid y Berlín. Mostró algunos trabajos en la exhibición colectiva Resistencias (2017) y participó en Los peripatéticos (2018), un espectáculo grupal que se llevó a cabo en la galería Licenciado (CDMX). En Licenciado tuvo lugar, en 2021, la exposición individual Carpet Crawlers, y en marzo de 2022 expondrá en la galería berlinesa Monopol.