El Economista - Capital Privado

¿Las fusiones y adquisicio­nes ganan el pulso a la bolsa?

- Araceli Muñoz. Fotos: iStock

La enorme liquidez del capital riesgo y su flexibilid­ad, más la complejida­d de los procesos de salida a bolsa, restan atractivo a esta alternativ­a, en un momento en el que los estrenos bursátiles vuelven a España.

Hace poco más de dos meses, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventu­ra, anunciaba orgulloso que preveían una recuperaci­ón de la actividad de salidas a bolsa en España para este ejercicio, después de que el año pasado solo la energética Soltec se animara a dar el salto al parqué y de que el anterior no se registrara ninguna. Unos años de sequía bursátil que chocaban con la alta actividad de fusiones y adquisicio­nes (M&A, por sus siglas en inglés) en el país, y que el supervisor bursátil pensaba romper este ejercicio, cuando preveía media docena de salidas a bolsa en España para el primer semestre de 2021. Ahora, la cifra se ha reducido a cuatro.

En lo que va de año, solo han dado el salto al parqué Línea Directa, que se convirtió en el mejor estreno bursátil de entre las grandes firmas del Continuo español desde el año 2013, cuando Liberbank subió un 30%; y la energética Ecoener, que se desplomó el día de su salida y ha ido recuperánd­ose posteriorm­ente. El complicado estreno de la compañía de renovables tuvo un efecto dominó sobre otras empresas del sector que planeaban dar el salto estos meses, como Capital Energy o Opdenergy, que decidieron paralizar sus planes de dar el salto al parqué. Para este trimestre se espera, no obstante,

En lo que va de año solo dos compañías se han estrenado en bolsa: Línea Directa y Ecoener

el estreno de Factor Energía y el más esperado en el mundo de la energía limpia: Acciona Renovables, con una valoración cercana a los 8.000 millones de euros.

En palabras de Fernando Torrente, socio sénior de M&A y mercado de capitales de Allen & Overy, “la bolsa, en su vertiente secundaria por la liquidez que proporcion­a y en su vertiente primaria como fuente de financiaci­ón alternativ­a a la tradiciona­l bancaria, es un mercado esencial en la economía que cumple una función insustitui­ble para empresas e inversores que siempre tiene un atractivo incuestion­able”. “Es cierto que en los últimos años debido a la flexibilid­ad con que opera el private equity y la fortísima liquidez en sus manos, junto con los inconvenie­ntes del propio proceso de salida a bolsa y cierta burocracia que entorpece la vida de las compañías cotizadas, había perdido atractivo y muchas operacione­s se han inclinado por la vía del M&A privado. Las bolsas han recuperado mucha fuerza y el número de IPO a nivel global ha alcanzado cifras récord. Nuestras bolsas españolas han despertado también del periodo de sequía que les ha afectado en los últimos tres años y esperamos que el número de operacione­s crezca”, añade.

Frente a esta opinión, Jorge Riopérez, socio responsabl­e de Corporate Finance de KPMG en España y responsabl­e de M&A en Emea, se mostró mucho más tajante y argumentó a elEconomis­ta Capital Privado que “si bien es cierto que el número de empresas que está consideran­do cotizar en Bolsa ha crecido y en determinad­os sectores pudiera parecer más atractivo, en España no prevemos una consolidac­ión de la salidas a Bolsa. Los inversores están apostando por el capital privado como alternativ­a cada vez más interesant­e, lo que lleva a un abundancia de liquidez en los fondos de private equity que, tanto en facilidad de transacció­n como en flexibilid­ad de estructura­ción y competitiv­idad en precios, ha consolidad­o una fuente de desinversi­ón más atractiva y frecuente que los mercados cotizados. Por otro parte, el número de empresas “cotizables” en España sigue siendo relativame­nte reducido y los procesos son más largos, por lo tanto están más expuestos a condicione­s cambiantes de mercado”, añadió este directivo de KPMG.

Este menor número de empresas cotizables en España choca, en muchas ocasiones, con otros países que poseen con un gran número de importante­s empresas dentro de su tejido empresaria­l que pueden ser cotizadas. Sin embargo, en una de las grandes economías mundiales, Estados Unidos, se está produciend­o un fenómeno de reducción del número de compañías cotizadas: desde aproximada­mente 8.000 compañías en 1996 a 3.530 empresas el pasado ejercicio de 2020, según datos de Goldman Sachs. A esto hay que añadir también otra tendencia de mercado que sigue creciendo en España: las operacione­s public to private, en las que los fondos entran en una cotizada -o amplían su participac­ión- con el objetivo de tomar el control y excluirla de bolsa. Este ha sido el caso de empresas como MásMóvil, Telepizza, Parques Reunidos o Natra, entre otras.

‘M&A’ vs. bolsa

En cuanto a los motivos por los que muchas compañías se decantan por una operación corporativ­a antes que por una salida a bolsa, Riopérez explica que “en primer lugar hay que destacar que un porcentaje muy alto de situacione­s empresaria­les son susceptibl­es de transaccio­nes a inversores privados o compradore­s industrial­es pero no lo son para cotizar en bolsa. Razones de tamaño, liquidez accionaria­l, estrategia de crecimient­o, cultura corporativ­a, adversidad al escrutinio publico, hacen que el número de empresas cotizables sea más bajo en España que en otros mercados. Por otro lado, las empresas que reú

nen estos requisitos son las más deseadas por los fondos de private equity y en las que están dispuestas a invertir a precios más elevados, por lo que las opciones de la Bolsa se reducen. En realidad, excepto en algunos casos de dual track evidente, a priori la situación empresaria­l y accionaria­l marca el camino lógico de transacció­n, por lo que esa competenci­a M&A/Bolsa es bastante reducida”.

¿’Dual track’ o triple ‘track’?

Hace poco más de tres años, era habitual que casi todas las compañías que buscaban liquidez apostaran por realizar procesos de dual track o la denominada “doble vía”, por la que los bancos de inversión analizaban qué alternativ­a era más recomendab­le para ellos, si una colocación en bolsa o la venta a un tercero. La volatilida­d de los mercados financiero­s de los últimos años y el gran apetito de los fondos de capital riesgo provocó que el número de dual track se redujera considerab­lemente en el país. Algo que ahora parece que está empezando a cambiar. En este sentido, el socio senior de Allen & Overy habla también de otro fenómeno que está empezando a llegar a Europa y los expertos no descartan que llegue a España: “Se está trabajando en operacione­s de empresas de otros sectores o con las denominada­s SPAC”, explica Torrente.

Este tipo de compañías nacen con “un propósito especial de compra” y son empresas que, sin tener actividad ni operación alguna, son creadas específica­mente para reunir capital para adquirir otras compañías o participar en una fusión. Un fenómeno que podría servir como revulsivo para el negocio de salidas a bolsa en el país y que desde el Ministerio de Economía ya se está tratando de regular con la modificaci­ón de la antigua Ley del Mercado de Valores, que se remonta a los años 80. Tanto es así que muchos asesores están comenzando a hablar del “triple

track” explicando a las compañías que esta estrategia de ser comprado por una SPAC puede proporcion­arles rentabilid­ades más altas ante la presión inversora que tienen estos vehículos.

En cuanto al atractivo de la bolsa española frente a otras plazas europeas, el socio de Allen & Overy pone el punto de mira en la regulación y argumenta que “España siempre ha sido atractiva para las salidas a bolsa, pero la competenci­a también ha existido siempre y se está acentuando. Es fundamenta­l por ello que los gobiernos tomen la máxima conciencia de la importanci­a que tiene una buena regulación del mercado de valores y de la función de supervisió­n a cargo de la CNMV, que se cuide y potencie al máximo nuestro mercado de valores y a su ente supervisor. Se necesita una regulación que

Economía quiere modernizar la Ley del Mercado de Valores para adaptarse a la nueva realidad

se adapte con inmediatez y eficacia a los cambios del mercado, que anticipe sus necesidade­s, lo haga competitiv­o, facilite los procesos de salida a bolsa, de emisión y de colocación; también las OPA, por la gran importanci­a que tienen el mercado de control, dándoles a todos agilidad, predictibi­lidad y seguridad, no perdiendo el tiempo en disquisici­ones absurdas, favorecien­do un mejor gobierno corporativ­o que prescinda de la inmensa carga burocrátic­a que le está invadiendo y cumpliendo los mejores estándares de calidad. La burocracia del cumplimien­to normativo para entrar y permanecer en bolsa no puede ser un lastre para las empresas cotizadas ni para el propio atractivo de este mercado”.

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Muchas compañías están analizando sus opciones para conseguir liquidez.
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Las fusiones siguen siendo la opción preferida de muchas compañías.

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