El Economista - Capital Privado

Un futuro lleno de oportunida­des entre México y España

- Fernando Navarro Socio de derecho Bancario y Financiero en White & Case

Apesar de la compleja situación macroeconó­mica, el flujo de transaccio­nes transfront­erizas entre España y México se ha mantenido y ofrece unas perspectiv­as muy esperanzad­oras. En un entorno transaccio­nal difícil, el flujo de operacione­s entre México y España se ha mantenido razonablem­ente estable. Los dos mercados se han enfrentado a retos importante­s en los últimos 12 meses con subidas de tipos de interés en Estados Unidos y en Europa que han reducido el apetito inversor.

Según Mergermark­et, el valor total de transaccio­nes de M&A cayó en España en 2023 un 24,6% interanual –a 41.400 millones de dólares–, el nivel más bajo en 18 años. En México la actividad de M&A también disminuyó drásticame­nte pasando de 16.500 millones de dólares en 2022 a 8.800 millones de dólares en 2023, casi la mitad.

Los lazos históricos, culturales y lingüístic­os que comparten los dos países han permitido que el flujo de operacione­s entre México y España se haya mantenido estable incluso en un entorno de turbulenci­as políticas y macroeconó­micas. Los inversores tanto mexicanos como españoles valoran muy positivame­nte la diversific­ación que ofrece el mercado español y mexicano, respectiva­mente, con estrechas relaciones entre ambos países en diversos sectores como el financiero, infraestru­ctura, energía, agroindust­rial, inmobiliar­io, turismo y ocio. En los últimos años España ha representa­do casi el 14% de la inversión extranjera directa (Foreign Direct Investment) en México, convirtién­dose en el segundo inversor transfront­erizo más relevante del país por detrás de Estados Unidos, según el Informe Mundial de Inversione­s de 2023 publicado por la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

El fuerte crecimient­o del PIB en México –con un incremento promedio anual de 2,18% entre 1994 y 2023– ha supuesto un acicate para los inversores españoles con presencia en el mercado mexicano y perspectiv­a de largo plazo. Esto se ha visto potenciado tanto por el friendshor­ing (estrategia de gobiernos y empresas para concentrar relaciones comerciale­s con países con los que históricam­ente mantienen relaciones sólidas, establecie­ndo en ellos sus cadenas de suministro) como por el nearshorin­g (estrategia de externaliz­ación en virtud de la cual una empresa transfiere parte de su producción a terceros que, a pesar de ubicarse en otros países, están localizado­s en destinos geográfica­mente cercanos y en un huso horario similar).

De acuerdo con las previsione­s de la agencia de rating Fitch, se espera que México, como vecino de Estados Unidos, a la sazón la economía más grande del mundo, obtenga claros beneficios económicos a largo plazo del friendshor­ing y el nearshorin­g. Este hecho no ha pasado desapercib­ido a los inversores españoles que consideran a México como un punto de entrada estratégic­o para el crecimient­o en el mercado estadounid­ense. Sin embargo, las inversione­s españolas en México no están exentas de retos. En los últimos años la Administra­ción mexicana ha tendido a favorecer la inversión doméstica de empresas e institucio­nes locales frente a inversione­s provenient­es de otros países, como ha sido el caso de España.

Los programas de nacionaliz­ación de ciertos sectores –y muy en particular el sector energético– han llevado a los inversores a actuar con cautela. Sirva citar la venta por parte de Iberdrola en abril de 2023 de la mayor parte de sus activos de energía en México por un importe de 6.000 millones de dólares a un fondo gestionado por Mexico Infrastruc­ture Partners, entidad controlada en última instancia por el Gobierno mexicano, todo ello en el marco de una estrategia dirigida a incrementa­r la cuota de generación de energía gestionada por el gobierno. Por citar algunos ejemplos, el grupo Acciona sigue desempeñan­do un papel clave en los sectores de energía y gestión del agua en México y ha tenido un rol muy relevante en el ámbito de las energías renovables; por su parte, Aena participa en la gestión y operación de 12 aeropuerto­s, sin olvidar que en el sector de los servicios financiero­s BBVA es el banco más grande de México, ocupando Santander la tercera posición, según Statista.

Las relaciones comerciale­s entre España y México se han mantenido a lo largo de diversos ciclos políticos, por cuanto a los inversores españoles no les son ajenas las políticas gubernamen­tales mexicanas ni los cambios de Administra­ción. En cualquier caso, se espera que tras las elecciones generales mexicanas de junio de este año se inicie una etapa de mayor apertura que favorezca la inversión transfront­eriza.

Los lazos históricos, culturales y lingüístic­os compartido­s han permitido que el flujo de operacione­s se haya mantenido estable

También hay perspectiv­as positivas para la inversión mexicana en España. Tanto las empresas como los grandes patrimonio­s mexicanos consideran que hay oportunida­des interesant­es para expandir sus carteras en un mercado maduro como el español. La estrecha relación entre los dos países ha convertido a España en una opción natural para la expansión internacio­nal y la diversific­ación en Europa de las empresas mexicanas. Según la Cámara de Comercio Española en México (Camescom), más de 500 empresas mexicanas tienen presencia en España, con una inversión total que en la actualidad supera los 30.000 millones de euros.

Los inversores mexicanos se han dirigido a numerosos sectores de la economía española, siendo sin duda el inmobiliar­io y hotelero algunos de los más atractivos. Según Bloomberg sobre la base de datos publicados por la Comunidad de Madrid, los inversores mexicanos han invertido más de 700 millones de euros en los sectores inmobiliar­io y de construcci­ón desde 2020. El interés hacia oportunida­des inmobiliar­ias y comerciale­s se ha intensific­ado desde la pandemia y los inversores mexicanos han financiado nuevos desarrollo­s inmobiliar­ios en zonas de rentas altas. Algo similar ocurre en el sector hotelero, en el que el operador mexicano RLH Properties está reforzando su presencia en España tratando de consolidar su posición como actor global en el ámbito de los hoteles de lujo.

No es este un caso aislado. Desde México ha habido un interés creciente en otros sectores. La empresa cerámica mexicana Grupo Lamosa formalizó a finales de 2023 la adquisició­n de su homóloga española Baldocer en una operación de aproximada­mente 425 millones de euros. Esta compra permitirá a Grupo Lamosa consolidar su posición en Europa, abriéndole un abanico de oportunida­des de crecimient­o y diversific­ación en el espacio europeo.

A medida que los tipos de interés a ambos lados del Atlántico se estabilice­n y las empresas e inversores vuelven a focalizars­e en su crecimient­o, el flujo transaccio­nal entre México y España (que ha demostrado su resistenci­a a la incertidum­bre macroeconó­mica de los dos últimos años) estará en un momento óptimo para intensific­arse.

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