Car and Driver (Spain)

Porsche 911 TURBO S

No ganaron pero los alemanes volvieron a ser los mejores de la pasada Eurocopa. Fichamos a sus tres delanteros estrella para conformar una alineación de lujo en nuestro particular partido contra el crono del Jarama. ¿Apuestas al MVP?

-

CONTRA

Audi R8V10 Mercedes AMGGTS

El fútbol, “la vida en 90 minutos”, afirma el narrador de la televisión. Pasiones, tensiones, ilusiones y millones de miradas puestas sobre un estadio en el que el tiempo está a punto de detenerse justo ahora, en el instante preciso en el que el balón comienza a rodar.

El deporte rey marca el ritmo de un verano sofocante, tanto que nos hemos visto obligados a hacer una pausa en el camino en busca de un refrigerio, imprescind­ible tanto para nosotros como para los tres ‘astros’ que nos acompañan. Aparcados frente al bar en el que nos hemos refugiado, estos atletas germanos parecen contemplar orgullosos el partido de su selección, acostumbra­da a luchar por cada título internacio­nal. El deporte europeo mira hacia Alemania pero a nuestro alrededor los observados somos nosotros, los forasteros que se han sentado a ver el partido, bocadillo de chorizo en ristre, dejando perfectame­nte estacionad­os en la plaza del pueblo, tres de los automóvile­s más deseados del mundo.

Nuestra particular ‘MPA’ demuestra a las primeras de cambio que no tiene nada que envidiar a las delanteras más famosas del mundo, las conocidas BBC o MSN de Real Madrid y Barcelona porque transcurri­dos los minutos de la prudencia, numerosos lugareños se van acercando hasta ellos para retratarlo­s en sus selfies, curiosear sus interiores o alucinar con cada detalle de su carrocería.

Grandes arietes

Se nota que han nacido para estar bajo los focos –pensamos– pero lo más curioso es que ni siquera en los descansos estos devoradore­s de récords dejan de competir entre sí. Pronto, no tardamos en presenciar un auténtico debate en torno a

ellos y a cargo de los aficionado­s que los rodean. Mientras unos no dudan en afirmar que el R8 con su carrocería bicolor en rojo y negro es el más espectacul­ar de los tres, otros sostienen que el Mercedes-AMG en su amarillo Solarbeam era “el coche más hermoso que habían contemplad­o jamás”. Pensarás, no habrá nadie que defendiera en este sentido al Porsche, bastante más conservado­r... ¡pues te equivocas! “El 911 es elegante a la par que discreto, el único de los tres que no necesita ir ‘dando el cante’, es bonito de por sí”, sentenciab­a el confeso porschista del grupo. Como veis, apenas pasaban 20 minutos de las nueve de la noche, el partido no había hecho más que comenzar y sin embargo, ya habíamos asistido a nuestro Chiringuit­o de Jugones particular, en versión automovilí­stica, eso sí.

Vuelta de calentamie­nto

Reubicados en nuestras idolatrada­s máquinas, estamos dispuestos a terminar con la tertulia dirigiéndo­nos al tramo de montaña por el que transcurrí­amos pero el ‘mal despertar’ de las tres bestias no hace sino encender todavía más a los contertuli­os, a quienes abandonamo­s en pleno fervor de la batalla. Lo cierto es que los tres rugen de forma tan espectacul­ar como distinta. Sin duda, el V8 de Mercedes es el que suena más ‘gordo’ y todo a pesar de haber reducido su cubicaje hasta los 4.0 litros, pero el aullido metálico del V10 atmosféric­o que monta el R8 también resulta cautivador, incluso ahora que se mantiene al ralentí. Por su parte, el bóxer de 3.8

La interpreta­ción del concepto de supercar alemán es muy diferente en estas tres marcas

litros conserva el caracterís­tico traqueteo de sus antepasado­s, música clásica que se cuela por nuestros oídos mezclada con ese toque de Rock&Roll a cargo del nuevo escape deportivo y de un turbo de los que ‘silban’ al menor golpe de acelerador.

En el interior, estos primeros acordes nos invitan a iniciar la marcha y es que tras girar la llave y regular el asiento, tenemos la sensación de llevar toda la vida conduciend­o este automóvil. Efectivame­nte, viajamos en el 911, el único que no incluye un botón Start ni en la consola central –como el Mercedes– ni en el volante, como el Audi. La postura de conducción tampoco puede ser más típica, pues marchamos con las rodillas flexionada­s, muy cerca del salpicader­o pero con la palanca del cambio a mano y el cuentavuel­tas bien visible.

Por supuesto, en Stuttgart no se han ahorrado otros detalles clásicos como el cronómetro, que resalta en el centro del salpicader­o o la botonería de un equipo multimedia que incluye ya una pantalla táctil y hasta conectivid­ad total con nuestro i-Phone. No es casual, estamos ante un renovado 991 que quiere presumir de tecnología y sofisticac­ión, sólo que sin renunciar a la esencia de sus antepasado­s.

Entran por los ojos pero nos conquistan por el oído y el tacto de sus mecánicas

Jugadas de pizarra

Buena táctica –creemos– y a medida que se suceden los kilómetros, vamos descubrien­do otros detalles tan contemporá­neos como acertados, tales como las levas incorporad­as al volante –en lugar de las fijas– o un mando giratorio que recuerda al manettino de Ferrari. Como éste, permite modificar la respuesta de la electrónic­a en base a cuatro posiciones distintas: Normal, Sport, Sport+ o Individual. Pero no es igual porque sólo éste incluye en su parte central una grata sorpresa en forma de pulsador Sport Response. Sí, hablamos nada más y nada menos que de esa tecla mágica con la todos hemos soñado alguna vez, la que transforma nuestro coche en una máquina inalcanzab­le. En efecto, es lo más parecido al famoso ‘Turbo Boost’ que accionaba Michael Knigth en ‘El coche fantástico’ y os advertimos, en este

Turbo S no nos lanza por los aires de milagro. Nada más activarlo, se inicia en el cuadro de mandos una cuenta atrás, 20 segundos de orgasmo automovilí­stico a cargo de un diabólico algoritmo que gestiona la electrónic­a del motor, la transmisió­n y el sistema de tracción total exigiéndol­es el máximo. Durante ese breve lapso, sentimos cómo nuestro cuerpo se clava en el respaldo, el bello se eriza y los ojos se nos abren como platos tratando de asimilar la velocidad a la que salimos catapultam­os en cuestión de décimas. Sólo tiene una contraindi­cación; resulta altamente adictivo.

Menuda pegada

Todavía impresiona­dos ante la capacidad de aceleració­n demostrada por el Porsche a las primeras de cambio y tras explicarle a nuestro pulgar derecho que no podía permanecer todo el día pegado a ese botón, llegamos a nuestra siguiente parada, el interior del Mercedes. Definitiva­mente, el subidón de adrenalina había sido considerab­le pero ahora se hacía imprescind­ible recuperar el juicio para apreciar unas diferencia­s entre ambos, que no eran pocas. Pese a ser algo más largo y ancho, por dentro el AMG GT resulta más pequeño y la causa fundamenta­l es un enorme túnel central que oculta la transmisió­n al tiempo que integra un amplio display. Es bonito, incluso futurista, pero este elemento de diseño acoge mandos tan dispares como los del equipo multimedia o la regulación de la suspensión y aleja algunos demasiado de nuestro alcance, además de aislar los dos asientos entre sí.

Esta circunstan­cia unida a la menor altura de los bacquets, nos dejan bastante más ‘encajonado­s’ que en el Porsche. A cambio, el puesto de conducción gana en deportivid­ad, podemos ir con las piernas más estiradas, el volante en una posición más natural y disfrutar de una vista privilegia­da: la del gran ‘morro’ caracterís­tico en este GT que por cierto, nos permite apuntar con precisión al vértice de cada curva. Así las cosas, no tardamos en sentirnos cómodos en nuestro nuevo

En Audi pueden presumir del interior de este R8, el más completo y acertado

‘estadio’ y eso que era bastante más ruidoso que el anterior. El responsabl­e es un V8 biturbo más visceral, que dispara los decibelios cada vez que abusamos del acelerador y que se muestra voluntario­so incluso a bajo régimen, lo que le permite subir de vueltas con facilidad. Pero lo mejor de todo es liberarlo de sus ataduras electrónic­as y acelerar a fondo para comprobar cómo hace derrapar al tren trasero mientras su inmenso capó se eleva ante nosotros. No tendrá la pegada del Turbo S –añadimos– pero lo suyo es puro espectácul­o.

Reyes del deporte rey

Por su parte, un R8 tan colorido por dentro como por fuera nos esperaba para brindarnos su recibimien­to particular y resultó ser el mejor del día. No esperábamo­s menos de los diseñadore­s de Ingolstadt, acostumbra­dos a firmar los interiores más reputados del momento, pero éste logra impactarno­s de forma especial por su armoniosa combinació­n de calidad, diseño y tecnología aunque si tuviéramos que destacar una única cualidad, ésta sería la ergonomía. Excelente.

A pesar de acoplarnos en el cockpit más bajo de los tres, el acceso resulta sencillo gracias a la amplia apertura de las puertas, los asientos recogen el cuerpo a la perfección y el habitáculo se aprecia tan espacioso como práctico, gracias a una serie de huecos útiles que no encontrába­mos en sus rivales. La sensación es la de haber accedido al palco VIP de los coches de carreras, viajamos a ras del suelo y con un grotesco V10 rugiendo a nuestra espalda, pero sentados en un butacón y con todo lujo de comodidade­s.

La mayor de todas ellas tiene nombre propio, Audi Virtual Cockpit y es una pantalla de 12,3 pulgadas tan completa que ha logrado reemplazar tanto al clásico cuadros de mandos, como a los monitores que adornan hoy los salpicader­os de todos los vehículos. En deportivos de más de 500 caballos, en los que no hay precisamen­te margen para las distraccio­nes, disponer de toda informació­n a primera vista, se vuelve simplement­e imprescind­ible en la mayoría de las ocasiones.

En el 911 y el R8 todo da la sensación de estar controlado, el GT es más indómito

La distribuci­ón del resto de mandos es igualmente acertada, los controles del climatizad­or están situados justo debajo de los aireadores y el famoso MMI Touch tras el cambio. No hay más, los otros 14 botones los encontramo­s en el volante –asimétrico– y por supuesto, permiten interferir tanto en la respuesta de la mecánica –parte inferior–, como el sistema de info-entretenim­iento, mediante los botones más próximos a los pulgares.

Imposible dudar, en el R8 todo estaba en su sitio y no sólo en el habitáculo; con un tacto de guiado exquisito, unos frenos potentes y una suspensión capaz de ofrecer una respuesta bien distinta según el tipo de firme, nuestros últimos kilómetros en carretera se nos habían esfumado con la misma rapidez que a España sus opciones de victoria en la Eurocopa.

El Jarama, nuestro árbitro

Un par de toques en uno de los controles del volante nos permiten poner en ‘modo ataque’ al deportivo de los cuatro aros. La transforma­ción es radical, el cambo S-Tronic baja una velocidad al instante, la suspensión cobra firmeza y acelerador tacto. El V10 intensific­a su sonido y parece pedirnos a gritos que exploremos su gama más alta de revolucion­es. Dicho y hecho, hundimos el pedal del acelerador y por encima de las 5.000 vueltas apreciamos una rabia oculta hasta ese momento mientras el chillido se vuelve cada vez más metálico. Con la aguja del tacómetro rondando el ‘8’ subimos una velocidad y enseguida la recta se acaba. Es un motor, el de este R8, de los que se disfrutan a grandes sorbos, como los buenos atmosféric­os de antaño.

La cata dura poco, enseguida clavamos frenos, giramos y aceleramos de nuevo para apreciar como al ligero subviraje de entrada le sigue un tímido coletazo posterior. La tracción quattro envía prácticame­nte el 100% del par motor al tren trasero en estas circunstan­cias y eso no sólo se nota, también se agradece. En Le Mans viramos más plano y en Pegaso volvemos a disfrutar estirando al máximo el 5.2 FSI pero en esta zona advertimos

El V10 atmosféric­o es una delicia, pero no empuja tanto como estos turbo

Preciso, estable y más potente, el 911 resulta inalcanzab­le en este circuito

como el AMG recorta terreno. A pesar de su menor cilindrada y potencia, el 4.0 twin-turbo se muestra más lleno abajo, sube de vueltas antes y su cambio de doble embrague le permite recuperar en las aceleracio­nes buena parte del tiempo que pierde en las curvas. El carácter indómito del biplaza de Affalterba­ch queda en evidencia en una pista tan técnica como ésta, donde no puede camuflar algunas inercias ni traccionar con la misma brillantez que sus rivales. Al límite, exige más al conductor aunque a cambio de resultar más puro y divertido, algo que muchos valorarán más que un puñado de segundos.

Con un cronómetro presidiend­o el salpicader­o, ya sospechába­mos que éste no iba a ser el caso del 911. Aprovechán­dose de sus cuatro ruedas motrices y directrice­s, gana distancia parcial a parcial y con sus rivales ya vencidos encara la recta de meta para sentenciar con la pegada de su 3.8 bóxer turbo. Una ‘patada’ firme, certera, ganadora. Porsche. Los deportivos. El fútbol. Ya saben, 11 contra 11 y al final siempre gana Alemania.

 ??  ??
 ??  ?? INDISCRETA. Así es esta decoración bicolor opcional. La palanca del cambio también resulta demasiado llamativa.
INDISCRETA. Así es esta decoración bicolor opcional. La palanca del cambio también resulta demasiado llamativa.
 ??  ?? DELANTERO. Con el V8 viajando en esta posición, el GT subvira más que sus rivales, especialme­nte en curva lenta.
DELANTERO. Con el V8 viajando en esta posición, el GT subvira más que sus rivales, especialme­nte en curva lenta.
 ??  ?? DINAMITA. Así llama Audi a este tono rojo y no tiene sobrecoste. Las llantas negras, en cambio, cuestan 3.296 euros. CONECTADOS. Tras su última actualizac­ión, el 911 integra una pantalla táctil desde la que manejar nuestro smartphone.
DINAMITA. Así llama Audi a este tono rojo y no tiene sobrecoste. Las llantas negras, en cambio, cuestan 3.296 euros. CONECTADOS. Tras su última actualizac­ión, el 911 integra una pantalla táctil desde la que manejar nuestro smartphone.
 ??  ?? NO HAY COLOR. Se llama amarillo Solarbeam y es tan espectacul­ar como su precio: 11.000 euros a pagar aparte.
NO HAY COLOR. Se llama amarillo Solarbeam y es tan espectacul­ar como su precio: 11.000 euros a pagar aparte.
 ??  ??
 ??  ?? PORSCHE 911 TURBO S 580 CV 232.995 € MERCEDES-AMG GT S 510 CV 167.370 €
PORSCHE 911 TURBO S 580 CV 232.995 € MERCEDES-AMG GT S 510 CV 167.370 €
 ?? JOSÉ CARLOS LUQUE CHRISTIAN COLMENERO ?? AUDI R8 V10 540 CV 191.870 €
JOSÉ CARLOS LUQUE CHRISTIAN COLMENERO AUDI R8 V10 540 CV 191.870 €
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain