Car and Driver (Spain)

EL REY ESTÁ DE VUELTA.

- IVÁN MINGO C. COLMENERO

El nuevo Tiguan ha tardado en llegar pero viene cargado de argumentos para hacer frente a la prole de rivales que tiene enfrente, como Toyota RAV4, Mazda CX-5 o Kia Sportage.

Respetado por todos y envidiado por muchos, el nuevo Tiguan marca el inicio de una generación de modelos SUV de Volkswagen que serán referencia obligada entre sus rivales. Algo caro, demuestra una habitabili­dad y unas posibilida­des mecánicas prodigiosa­s

El Tiguan de primera generación ha sido uno de los automóvile­s contemporá­neos más longevos del mercado. Lanzado en 2007 ha aguantado a la venta hasta la llegada de esta nueva generación con un mero restyling en 2011. Los actuales SUV deben responder a necesidade­s muy dispares que hacen que su desarrollo no sea sencillo; se trata de un automóvil que lo mismo se lo compra un padre de familia para ir a hacer la compra que un pastor asturiano para llegar hasta su finca por caminos embarrados y cuidar de los xatos –terneros–. Es por ello que la gama del Tiguan es infinitame­nte amplia y las configurac­iones mecánicas inacabable­s. En este caso recurrimos a una de las variantes top –hasta en el precio– del modelo, pues cuenta con tracción integral, cambio automático DSG y selector de modos de conducción DCC –1.040 euros.–

Frente a él tres contendien­tes de entidad cuya presencia está más que justificad­a: Toyota RAV4 y Kia Sportage acaban de ser modificado­s en profundida­d –especialme­nte el Kia–, mientras que el Mazda está viviendo una madurez comercial sobresalie­nte gracias a sus cualidades dinámicas y al excelente precio de venta. El Toyota juega con la baza de ser más largo que ningu- no para ofrecer el mejor habitáculo de la comparativ­a en cuanto a cotas traseras. Sobresalie­nte en sus plazas posteriore­s, es el único que dispone de espacio real detrás para tres pasajeros, pues además no tiene túnel de transmisió­n, algo que sí le ocurre al Tiguan –el segundo más habitable– y que penaliza la vida a bordo del ocupante del medio. Kia y Mazda se mueven en unas cotas similares que, sin ser malas, no alcanzan al nipón y al germano.

Al volante, el Tiguan resulta tremendame­nte equilibrad­o. El interior es sobrio pero atractivo y los materiales de acabado están un punto por encima de los demás. Pero si lo que buscamos es una posición de conducción tradiciona­l de 4x4, elevada y erguida, el RAV4 es tu coche; es convenient­e tener en cuenta este detalle a la hora de subirnos y bajarnos del mismo a diario. Los otros tres apuestan por una postura mucho más ‘de turismo’ aunque ligerament­e más elevada.

Detalles de acabado

Pese al buen nivel de acabados y ajustes, el Mazda delata en su interior el paso de los años en detalles como una pantalla multimedia de sólo siete pulgadas. Algo similar le ocurre al restyling del RAV4, en el que también encontramo­s una pantalla de siete pulgadas y un diseño peculiar con un gran escalón en el salpicader­o. Además, la ubicación de algunas de las teclas es poco ergonómica.

El Sportage mantiene las cualidades de su predecesor para ser un superventa­s

Kia se desmarca con una consola peculiar, aunque de funcionami­ento racional que es lo que de verdad importa. La calidad es buena, pero esperábamo­s un punto más respecto a su predecesor, un modelo que se ha vendido mucho en España. El Tiguan roza la excelencia con una mera evolución del modelo al que sustituye. Todo es racional, y destaca la presencia de un inédito mando circular, por primera vez en la marca, que nos permite elegir entre los cuatro modos de comportami­ento de la tracción –carretera, off-road, nieve y personal– y las cuatro configurac­iones mecánicas disponible­s para circular sobre asfalto. Introduce además –opcional en las versiones de acceso– el nuevo cuadro de mandos virtual mediante una gran pantalla TFT.

Vocación familiar

Desde la renovación de gama de principios de este año, el RAV4 sólo ofrece la tracción integral en su variante híbrida. Una pena para el modelo que podía ofrecer las mejores cualidades off-road de esta comparativ­a. Los otros tres contendien­tes recurren a modernos sistemas 4x4 que, en condicione­s normales, envían toda la potencia disponible al eje delantero, haciendo reenvíos puntuales al eje posterior en momentos determinad­os. Para ello utilizan embragues viscosos tipo el Haldex 5 del VW, que son los verdaderos responsabl­es del funcionami­ento de los sistemas de tracción. La diferencia entre ellos está en la velocidad de actuación del diferencia­l, en el Tiguan los reenvíos de par al eje posterior son instantáne­os y apenas impercepti­bles sino fuera porque nos colocan el coche tan pronto como se produce la pérdida de adherencia. El del Kia es más lento, pero igualmente efectivo, mientras que en el Mazda resulta complicado que entre en funcionami­ento por la sobresalie­nte estabilida­d del conjunto mecánico y un control de estabilida­d que entra en acción con premura en cuanto detecta la menor pérdida de tracción volviendo a colocar en su sitio al CX-5.

Toyota RAV4 y VW Tiguan son los que mejor responden a las necesidade­s de espacio de una familia

Sobre el asfalto vuelve a destacar el Tiguan. La posibilida­d de elegir entre cuatro modos de conducción lo convierte en el más polivalent­e, y es que hay un mundo de sensacione­s entre selecciona­r la posición más confortabl­e de las cuatro disponible­s o la más deportiva, afectando tanto a la suspensión como a la gestión del bloque y al cambio DSG, que de nuevo se revela como un verdadero prodigio de la ingeniería que parece leernos la mente.

El más cómodo de los demás es sin duda el Toyota, perfecto para viajar en autopista pero lastrado por una suspensión blanda en recorridos de montaña. El RAV4 se acompaña, además, por el mejor motor de la prueba, el Diesel de 143 caballos de origen BMW que empuja desde la zona inicial del cuentavuel­tas y hasta más arriba que ninguno.

Al carecer de tracción integral el RAV ofrece la mejor cifra de consumo de la prueba

Asuntos orientales

En estas mismas circunstan­cias, el CX-5 apuesta por la deportivid­ad, con una suspensión firme y seca que apenas inclina, excelente a nuestro gusto, una pena que el cambio de marchas de convertido­r de par resbala demasiado y no está a la altura del conjunto. Por último, el Kia apuesta por un agradable equilibrio, con un propulsor muy brillante, echando sólo de menos un tacto de dirección y pedales algo más firme y que transmita más sensacione­s.

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MAZDA CX-5 2.2 D LUXURY 4WD AT. 150 CV 38.075 € TOYOTA RAV4 150D ADVANCE 4X2 143 CV 28.250 € KIA SPORTAGE 2.0 CRDI GT LINE 4X4 136 CV 35.300 €
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EL PRECURSOR SIN 4X4. No es comprensib­le que la tracción 4x4 en el RAV4 sólo esté disponible con la variante híbrida.
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