HOTELES TEMÁTICOS Y RESTAURANTES MUY ASEQUIBLES
El avión es el medio de transporte más rápido para llegar a Frankfurt, la ciudad con aeropuerto más próxima a Nürburgring. Desde aquí puedes trasladarte hasta el circuito, distancia que se recorre en menos de dos horas gracias a que parte del recorrido se realiza por autobahn, las carreteras germanas sin límite de velocidad. Utiliza www.atrapalo.com para buscar los vuelos más rentables.
¿Hambriento? Merece la pena comer y cenar por los alrededores de Nürburgring. Justo en el acceso al circuito está Devil’s Dinner, un bar de ambiente americano en el que sirven hamburguesas XXL con carne de 360 gramos por unos 16 euros con guarnición de patatas y bebida. Para cenar, acude a Pistenklause, el restaurante de la piloto Sabine Schmitz en el que venden pizzas gigantes y ensaladas por unos 14 euros. Toca descansar. El propio pueblo de Nürburg vive del turismo, por lo hay bastantes sitios para dormir. Aún así, uno de los sitios más recomendables es el hotel Lindner, que está pegado junto al actual circuito de F-1. La temática es de carreras hasta tal punto que en la propia recepción hay dos simuladores de conducción. La noche sale desde 100 euros. ¿Un poco de fiesta? Después de la jornada, tómate una copa en el bar del hotel Dorint. Recuerdos y demás Si te gustan las maquetas a escala, piérdete en la tienda de regalos de la estación de servicio de Döttinger Höhe. En el propio circuito también puedes comprar chaquetas, tazas, imanes… y, cómo no, la famosa pegatina con el dibujo del circuito para colocar en el portón de tu coche –desde 4,5 euros para la más pequeña–.