Kia Optima SW 1.7 CRDi GT Line. El familiar coreano saca a relucir su aspecto deportivo.
Muy amplio en su interior, aunque no tanto en su maletero, el nuevo familiar de Kia estrena un atractivo acabado deportivo que junto a su motor Diesel lo hacen un excepcional compañero de viaje
Desmontando el mito de que los familiares son coches aburridos, Kia aprovecha el lanzamiento de la variante Sportswagon GT de 245 caballos para poner a la venta este nuevo acabado deportivo –GT Line– que incorpora las mismas soluciones estéticas que la citada versión de alto rendimiento pero en este caso alimentado por un propulsor Diesel de 141 caballos de potencia.
Frenteal VW Passat Variant , re - ferencia natural del segmento, el Kia propone una habitabilidad ligeramente mayor en las plazas traseras pero un maletero algo más pequeño, pues sus 552 litros de capacidad se nos antojan escasos frente a los 650 del carguero teutón. De hecho, por longitud de carrocería y posición de mercado el Skoda Superb sería un rival más adecuado, aunque existe una diferencia de precio importante a favor del checo.
La estética exterior deportiva, con detalles como llantas de 18 pulgadas, taloneras y spoiler delanteros y posteriores tiene continuidad en un interior sobrio pero muy funcional y bien rematado en el que destacan los asientos de piel con pespuntes en rojo, el pedalier en aluminio o el volante asimétrico. La ergonomía general es correcta, aunque el diseño de algún botón es algo tosco, mientras que la pantalla de ocho pulgadas que instala este acabado es magnífica tanto por el funcionamiento del navegador como por el reconocimiento táctil de nuestras órdenes.
Consumos contenidos
El motor se muestra algo bronco en frío, pero una vez en marcha nos sorprende el excelente cóctel que forma junto al cambio DCT de doble embrague y siete velocidades. De hecho, nos resulta inusitadamente ágil para el peso final del conjunto, sin perjudicar nunca eso sí la comodidad de los ocupantes.