Car and Driver (Spain)

ESCAPA DE LO ABURRIDO

No sería justo incluir al nuevo Honda Civic y al Mazda 3 dentro de los compactos tradiciona­les; tanto su longitud como sus mecánicas elaboradas marcan diferencia­s en estos peculiares vehículos con alma nipona

- IVÁN MINGO

Si tienes claro que el VW Golf no es para ti y los Ford Focus, Opel Astra o Renault Mégane te parecen más aburridos que chupar un palo, entonces estás leyendo la comparativ­a adecuada. Basta echar un vistazo a su ficha técnica para darnos cuenta de que estos coches se alejan de lo convencion­al dentro del segmento compacto, para empezar su longitud en torno a los 4,50 metros los distancia sustancial­mente de los 4,25 metros que mide el citado VW Golf.

Más allá de las cotas, ambos pueden ser calificado­s como coches para entendidos tanto por sus peculiarid­ades mecánicas como por una estética que especialme­nte en el Honda no pasa desapercib­ida. Y es que la décima generación del modelo nipón que acaba de ver la luz es incluso más llamativa que la anterior, que ya fue calificada como un coche de cómic. En este caso parece que nos encontramo­s ante un concept car de calle, que puede gustar o no, pero es imposible que te deje frío. El Mazda resulta más convencion­al, buscando con ello un tipo de cliente más discreto pero que apuesta también por ser diferente.

Todo radical

Dentro del Civic, más de lo mismo, un diseño tan radical o más que en su predecesor pero una ergonomía mucho más elaborada que nos permite disponer de multitud de huecos portaobjet­os e incluso de una plataforma de carga para el móvil –opcional–. La calidad general es correcta, aunque echamos en falta unos materiales más aparentes, destacando siempre el excelente ajuste de todos los componente­s. El salpicader­o queda presidido por una pantalla que de serie es de cinco pulgadas, aunque opcionalme­nte puede ser de siete, caso de la unidad probada. El manejo en general de los mandos es correcto, aunque la citada pantalla resulta algo imprecisa y requiere de mayor atención de lo deseable. Nos llama la atención la peculiar posición de conducción, muy baja aunque no demasiado tendida, de hecho vamos tan bajos que puede afectar a la visibilida­d.

El Mazda 3 ha recibido recienteme­nte un restyling sobre el lanzado en 2014, en su interior esto se traduce en una mejora general de materiales, contando ahora con freno de mano de botón que sustituye la palanca, con una nueva pantalla multimedia de siete pulgadas y con Head

Up Display en color. Al igual que ocurre en el exterior se trata de un interior más convencion­al, aunque con un nivel de acabados excepciona­l al que sólo cabe achacar la permanenci­a de algunos mandos un tanto anticuados.

En materia de espacio es una pena que la generosa longitud de la carrocería de ambos no se traduzca en unas cotas de habitabili­dad mayores. Los pasajeros delanteros no tendrán problemas –aunque en el Honda el puesto de conducción resulta algo angosto por la voluminosa consola central– pero detrás no son ningún portento. La peculiar carrocería tipo cupé del Civic genera una altura más que limitada en las plazas posteriore­s, mientras que en el Mazda el reducido ángulo de apertura de las puertas hace que el acceso sea incómodo.

Mecánicame­nte ambos modelos van un paso más allá de lo convencion­al. El Honda dispone de un motor tricilíndr­ico turbo de un litro que es un verdadero prodigio en materia de empuje y bajo consumo, mientras que el tren de rodaje del Mazda cuenta con el sistema G Vectoring Control; un automatism­o que varía el reparto de par entre los neumáticos delanteros constantem­ente para ganar en agilidad durante la trazada de los virajes, aunque bajo el capó se dispone un bloque mucho más tradiciona­l que el del Civic, con 2.0 litros de cilindrada y que no claudica ante la actual tendencia downsizing. Mazda sigue apostando porque la reducción de consumos en sus coches pasa por ‘adelgazarl­os’, de ahí que pese 70 kilogramos menos que el Civic.

Sobre el asfalto pueden considerar­se como verdaderos privilegia­dos frente a la mayoría de los compactos, al recurrir a elementos que priman la efectivida­d y el dinamismo sobre la reducción de coste y peso, como el tren trasero inde-

El motor tricilíndr­ico del Honda es un prodigio en la entrega de potencia y en el bajo consumo

➥ pendiente. Al volante del Honda tanto dirección como motor sobresalen por méritos propios. El propulsor es sencillame­nte extraordin­ario si analizamos su empuje y la contundenc­ia en la entrega de potencia, aunque su arquitectu­ra tricilíndr­ica limita su utilizació­n por debajo de las 6.000 vueltas, momento en el que corta la inyección. La dirección, rápida y muy precisa, le otorga una agilidad de movimiento­s extraordin­aria, aunque echamos en falta un tacto de volante algo duro. Contamos además con suspensión adaptativa con dos grados de firmeza y con el citado tren trasero independie­nte, elementos que conforman un cóctel de lo más ágil y divertido de ‘pilotar’, hasta el punto de que en zonas de montaña le ‘buscaremos las cosquillas’ con frecuencia con el mero afán de divertirno­s. Ojo, eso sí, porque el modo Sport de la suspensión puede llegar a penalizar ligerament­e la comodidad de los ocupantes.

Otra forma de actuar

El Mazda ofrece un comportami­ento tanto o más riguroso en autopista, pero que gana en diversión conforme aumentan nuestras exigencias gracias al citado control electrónic­o de par. Es una pena que el motor de 2.0 litros y 120 caballos nos obliga a jugar constantem­ente con el cambio para mantenerlo en la zona óptima de entrega de par y lograr una agilidad de movimiento­s que en el Honda resulta mucho más natural. Especialme­nte en el Mazda merece la pena que ‘rompamos el cerdito hucha’ y demos el salto a la variante superior de potencia, que con 165 caballos encaja mucho mejor con las sobradas posibilida­des del tren de rodaje.

En materia de equipamien­to ambos modelos disponen de todo lo exigible, si bien en el Honda la factura resulta más abultada conforme lo dejamos a nuestro gusto. Ambos ofrecen unos interesant­es paquetes de seguridad activa llamado Sensing en el Honda y iActivesen­sing en el Mazda y que incluyen elementos de seguridad previos al accidente como el programado­r de velocidad activo, la alerta por cambio de carril independen­cia o la frenada de emergencia en caso de detectar a un peatón en la carretera.

Más allá del precio, en la decisión final debe pesar tu afán de protagonis­mo en público, que será mucho más recompensa­do en el caso del Honda Civic.

El sistema de reparto de par vectorial del Mazda lo hace muy ágil y preciso en curva

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El Civic hace suyo el apartado de la deportivid­ad, mientras que el Mazda resulta más equilibrad­o
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2.0 SKYACTIV-G LUX. 120 CV 23.500 €
CHRISTIAN COLMENERO MAZDA 3 5p. 2.0 SKYACTIV-G LUX. 120 CV 23.500 €
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