Vértigo: BMW M5, Porsche Panamera Turbo Super Sport Turismo y Mercedes-AMG E63 4Matic+ Estate; trío salvaje.
El peso de la razón se impone y cada vez más deportivos extremos recurren a la tracción integral. ¿Supone una merma de la diversión o por el contrario ganamos en eficacia…?
Mientras el público toma asiento en la tribuna de meta, el Porsche Panamera Turbo llega a su posición en la parrilla. Le conocemos de otras ocasiones, así que sabemos que es perfeccionista y cuadriculado, como buen alemán. Aún así, consigue captar de nuevo nuestro interés con esta atractiva carrocería shooting brake, primicia en la gama. El despertar de su V8 es muy sensual y, como sucede en otros Porsche, el ronroneo resulta hasta discreto para lo que se esconde bajo su capó. Apenas unos segundos después, el Mercedes-AMG E 63 Estate entra en escena. Quiere que todos los flashes apunten a él, así que para arrebatar el protagonismo al Sport Turismo, comienza a interpretar las notas de una partitura de lo más racing. El hilo musical, que sale por los cuatro tubos de escape, nos traslada directamente a la competición. Podrás imaginar su sonido si, por un momento, cierras los ojos y visualizas al MercedesAMG GT R Safety Car de la Fórmula 1, con el que comparte mecánica.
Si el E intenta pavonearse ante el impertérrito Porsche, el BMW M5 hace acto de presencia sin que aparentemente le importe uno y otro. Aunque es el último en llegar a la ‘batalla’, ya sabemos cómo se las gasta tras una toma de contacto en el ‘Autódromo do Estoril’, acompañados de Antonio Felix da Costa, piloto de la Fórmula E, quien nos descubrió todos los secretos de esta generación. Curiosamente, el M5 no sale de los circuitos: los fines de semana se transforma en el Pace Car oficial de MotoGP, vigilando a Márquez y Rossi, y hoy no se libra de volver a un trazado, en este caso el exigente Jarama, escenario de nuestras pruebas extremas. Porque aquí es donde mejor se analizan los grandes e innumerables avances que estrena, como el sistema de tracción integral desconectable a través de la electrónica, un artilugio visto antes en el Mercedes-AMG E 63 S de 612 caballos, la versión extrema de este E vitaminado.
Gasolina por las venas
Tras varios minutos calentando la voz, estos deportivos vestidos de familiar parecen estar a tono. No ha habido clasificación para elegir el orden de salida de la carrera. La posición viene dada alfabéticamente –primero el BMW, segundo el Mercedes-AMG y, por último, el Porsche–. El semáforo se enciende, al igual que las funciones Launch Control de cada uno. Las revoluciones se disparan hasta casi el corte y la cuenta atrás termina cuando se apagan las luces. ¡Pie fuera del freno! En ese momento, más de uno cree que acaban de arrancar los monoplazas de Gilles Villeneuve, Nigel Mansell y Mario Andretti, como en aquella histórica cita de 1981, la última del Gran Circo en Madrid; qué recuerdos. ➥