Renault Captur.
Gana en comportamiento con 150 caballos y cambio EDC.
Lanzado en 2013, el Captur sufrió un ligero restyling estético y mecánico en 2017 que se completa ahora con la comercialización de esta nueva variante con motor gasolina de 150 caballos, que además puede combinarse con un cambio automático de doble embrague EDC con seis velocidades que encaja a la perfección con la filosofía de este propulsor. En paralelo se estrena el acabado S-Edition, el más completo de la gama y que por el momento no pasa de ser una serie especial de la que no está confirmada su continuidad.
Si nos centramos en el acabado, este nivel incorpora todo lo deseable en un coche de estas características, con la excepción del techo panorámico de cristal no abrible –550 euros– y la pintura 'azul rayo' de la unidad probada –500 euros–. El resto de colores disponibles de la carrocería bicolor, incluido el resto de metalizados, sí están contemplados en este equipamiento. Su carrocería estrena modificaciones estéticas entre las que destaca la incorporación de unos nuevos grupos ópticos de atractivo y sofisticado diseño que son 100% led y que también forman parte de la dotación de serie, junto a la tapicería mixta de piel y Alcántara, la pantalla de navegación de siete pulgadas, los sensores delanteros y traseros de aparcamiento o la alerta de vehículos en el ángulo muerto.
Todo bajo control
Desde nuestro puesto de conducción ligeramente elevado, muy útil en ciudad, descubrimos un nivel de acabados correcto que mezcla plásticos mullidos
con otros duros que afean ligeramente el conjunto, sobre todo, en la parte baja del salpicadero. Lo cierto es que la ergonomía es excelente, apoyados por un magnífico volante de piel y por la multitud de guanteras y vanos que la firma ha dispuesto en el habitáculo.
Detrás contamos con el plus que supone el banco deslizante, que nos permite ganar maletero o espacio para las piernas de los ocupantes, lo que lo convierte en líder en este aspecto frente a otros rivales como el Ford EcoSport probado en este mismo número o el Peugeot 2008.
Una estrella bajo el capó
Pero lo que realmente nos llama la atención es el propulsor gasolina que descansa bajo el capó. Se trata de un bloque desarrollado en colaboración con Mercedes y que ya emplean otros modelos del grupo como el Scénic.
Sobre el papel las cifras son excelentes, tanto en lo referente a su buen par motor, que llega a solo 1.600 vueltas, como a un consumo medio de 5,3 litros a los 100 que, pese a resultar inalcanzable en utilización real, no está muy lejos de los seis litros que obtuvimos durante nuestra prueba.
Basta ponerlo en marcha para descubrir el refinamiento que muestra el tetracilíndrico en su funcionamiento. De hecho, en carretera, la sonoridad interior procede más de la aerodinámica que del ruido mecánico. Gracias al turbo y al intercooler, el bloque muestra una elasticidad sensacional, lo que nos permite salir a carretera con total confianza, quedando sorprendidos por lo brillante que resulta al adelantar incluso en ascenso. La guinda la pone el cambio de marchas de doble embrague, todo un prodigio en rapidez y precisión, pues apenas percibimos su accionamiento desde el habitáculo, poniendo a nuestra disposición siempre reserva de empuje bajo el pedal del acelerador.
Su altura y tarado de amortiguación lo convierten en un perfecto compañero de viaje, transmitiendo una elevada sensación de seguridad. Sólo en recorridos de curvas detectamos inclinaciones de carrocería o algún rebote en apoyo, completamente lógico si tenemos en cuenta el coche ante el que estamos.