Ford Fiesta Active.
Además de la variante deportiva, el Fiesta estrena la SUV.
Dentro de la gama Fiesta hay un vehículo que destaca tanto por aspecto como por actualidad. Hablo del Fiesta Active, un modelo con espíritu aventurero creado para disfrutar dentro y fuera de la carretera. Ya lo hemos probado en los alrededores de Niza. Visualmente llaman la atención los aletines ensanchados, las defensas negras que recorren el bajo del coche, las barras en el techo de color aluminio anodizado, sus exclusivas llantas de 17 pulgadas opcionales y la carrocería bitono. Su altura al suelo ha crecido casi dos centímetros respecto al utilitario del que deriva para facilitar las excursiones camperas. Circular por ellas es tan fácil como salirte del asfalto, escoger entre los modos de conducción –Normal, Eco y Deslizante– y disfrutar. El último de los programas funciona a la perfección, como pudimos comprobar en una pequeña escapada off road durante la presentación. Pese a carecer de tracción integral, el modo Deslizante adapta el funcionamiento del control de tracción al tipo de superficie por donde circulamos.
Interior a prueba de todo
El trabajo dentro del Active ha sido una de las mayores obsesiones de sus diseñadores. Los materiales de alta calidad, las superficies sin fisuras y un diseño intuitivo dominan el interior. El volante y el pomo de la palanca de cambios, así como los detalles de aluminio proporcionan un aspecto único y contrastan con los elementos decorativos del color de la carrocería presentes en el panel central y el área del copiloto, luciendo ahora un tapizado específico en función del acabado exterior.
Mecánicamente se puede optar por un propulsores gasolina de un litro EcoBoost con potencias de 85, 100 y 125 caballos, y Diesel con 85 y 125 caballos. El cambio para todos ellos es de seis marchas manual, excepto para el 100 caballos gasolina, que también se podrá asociar a una caja automática de seis relaciones. En nuestra prueba escogimos el 125 caballos gasóleo por prestaciones y comportamiento, pudiendo observar que su consumo era realmente bajo y que su rumorosidad de marcha era prácticamente nula. En conclusión es un coche muy cómodo al que quizás le falte algo de maletero para poder aprovechar al máximo sus cualidades.