Toyota Aygo.
El pequeñín nipón mejora en calidades y acabados.
En Toyota siguen apostando por el segmento pequeño, y con el nuevo Aygo lo dejan claro. Su imagen se ha renovado por completo para convertir este modelo en un coche enfocado a un público joven. Esto se aprecia en su exterior, donde la característica 'X' de su parrilla ha dejado de ser plana para convertirse en tridimensional, otorgándole una apariencia más musculosa y atractiva. A la emblemática calandra, se le han sumado unos faros con luces de circulación diurna –Daytime Running Light– con tecnología led y un diseño muy acertado que le acercan a otros modelos de la compañía. La parte baja de la firma lumínica cuenta ahora con una moldura que, en función del acabado, se podrá elegir en negro o en plata. La zaga ha sido otra de las zonas donde más se ha trabajado, otorgándole un aspecto más estilizado y jugando con sus formas para parecer más ancho y amplio. Un efecto al que ayuda su innovador diseño de faros traseros led. Su apariencia se remata con once colores de carrocería, dos de ellos nuevos –azul y magenta–, que se pueden combinar con otras once llantas de aleación de 15 pulgadas en función del equipamiento que elijamos. Su interior no se ha quedado atrás y estrena tapicería en negro piano o gris cuarzo en diferentes estampados. El panel de instrumentos ha recibido algunos cambios y ahora presenta un aspecto más cuidado que nos ha convencido del todo.
Adaptado a la ciudad
Durante la presentación internacional del vehículo en Copenhague, tuvimos la oportunidad de probar una unidad con el acabado X-Sky. Nada más entrar pudimos comprobar el salto de calidad que han sufrido sus materiales y sus ajustes. El cuadro de instrumentos cuenta con un diseño limpio que te permite acce-
der a todo lo necesario con un golpe de vista. Además, su pantalla multimedia te ofrece su información de manera sencilla y ordenada, pudiendo cambiar del mapa a los ajustes multimedia con un simple 'roce' a la pantalla táctil. Pero sin duda donde más destaca el Aygo es en circulación. Dentro de la ciudad su motor de un litro nos permite movernos con soltura y agilidad gracias a su aceleración y al perfecto accionamiento de su caja de cambios de cinco relaciones. Existe la posibilidad opcional de pedirlo con una caja automática –1000 euros–, no obstante con la manual el pequeño Toyota va fenomenal. Tanto es así que sus consumos en ciudad no superaron los 5,5 litros a los 100 kilómetros. Pero más sorprendente fue cuando al salir del centro urbano su media bajó hasta los 4,3 manifestando el gran trabajo que ha realizado la marca en su motor.