PRUEBAS Supercar: McLaren Senna.
Creado para superar tus límites, sus cualidades dinámicas son tan únicas como su nombre.
Los nombres de los coches están cargados de significados e implicaciones. Tanto que si McLaren le hubiese puesto el nombre de su fundador Bruce a uno de sus automóviles, seguramente lo hubiese dotado de un motor de lo más salvaje e incontrolable. Por suerte, la compañía británica ha decidido nombrar a su nuevo pupilo con el apellido del piloto más laureado de la compañía, el tres veces campeón del mundo de Fórmula 1 con McLaren Ayrton Senna. Fiel a su nombre, el Senna demuestra un enfoque puramente deportivo, ofreciendo emociones fuertes y aumentando su ritmo con vertiginosa intensidad. No es de extrañar esta actitud si tenemos en cuenta que está moldeado a imagen y semejanza del piloto brasileño.
Esta última incorporación de la Serie Ultimate de McLaren –se suma a los Sports Series 570S y Super Series 720S– marcará un antes y un después dentro de la propia firma como ya lo hiciese el McLaren F1 allá por los 90. En los próximos años, McLaren dividirá su Ultimate Series –los vehículos de más alto rendimiento dentro de la compañía– en tres modelos diferentes que intentarán asaltar las cuentas bancarias de los hombres más adinerados del mundo. El primero de ellos será el P1 híbrido de 903 caballos de potencia y su eventual sucesor, que comercializarán tecnología de última generación. El segundo será el futuro biplaza, conocido por el momento como BP23, y que promete llegar como un gran turismo capaz de igualar la velocidad máxima de un F-1 –en torno a los 287 kilómetros por hora–. Luego estará el Senna. No será el más caro, ni el más exclusivo, ni el más rápido dentro de McLaren. Pero destacará como un coche de carreras especialmente diseñado para asentar las bases de la compañía, destilando el espíritu de un concepto ligero y funcional en su forma más pura. Y es que con unos asombrosos 1.198 kilogramos de peso, el Senna es el coche de producción más ligero de McLaren desde el F1. Su chasis está basado en el monocasco Monocage III de
fibra de carbono que ya utiliza el McLaren 720S. Además, para aligerar aún más su peso, la fibra de carbono también se ha utilizado en los paneles de las puertas.
Creado en el túnel de viento
Su brutal aspecto ha sido diseñado pensando en la aerodinámica. Los ingenieros han prestado atención a cada centímetro de la carrocería, tanto que incluso llegaron a discutir con los diseñadores por un centímetro de más que quisieron poner en uno de sus guardabarros traseros. Y es que todo en el Senna tiene su razón de ser. Su 'cuerpo' ha sido pensado para cortar el viento como una flecha en movimiento. De ahí que la carrocería haya cambiado sus canalizaciones laterales y haya optado por una aerodinámica activa. Todo empieza en su frontal, con el uso de un splitter delantero con aletines móviles que cambian el flujo del aire en función del momento, optimizando en cualquier situación el agarre del vehículo al suelo. En la zaga cuenta con un doble difusor que incrementa ese poder de atracción, pero lo que sin duda te deja boquiabierto es su enorme alerón trasero. Éste, fabricado en fibra de carbono para aligerar su peso, cuenta con activación hidráulica y nos servirá de apoyo en las frenadas. Tal es su poder de succión al piso que a 250 kilómetros por hora, el Senna es capaz de crear 800 kilos de carga aerodinámica, al menos así lo asegura la marca. Para soportar tal 'paliza', hace uso de una suspensión activa y ajustable denominada RaceActive Chassis Control II, de las más avanzadas que McLaren ha creado jamás. Esta amortiguación cuenta con un modo Race en el que el vehículo no tiene limitada la velocidad, aunque los aletines y el alerón se retraen a partir de 250 kilómetros por hora para que la carga aerodinámica que cree no resulte excesiva para los componentes.
Una cápsula del tiempo
El recorrido técnico continua por el interior, donde podemos ver que las barras que abren las puertas de mariposa se han acortado y acoplado dentro de la cabina para ajustar mejor con el conjunto. Además, este reajuste permite que las puertas logren abrirse con mayor facilidad. Con la eliminación de los conductos laterales de las puertas, McLaren ofrece opcionalmente unos cristales más delgados que aumentan la sensación de velocidad en los recorridos. De hecho, nos han comentado que el 60% de los compradores del Senna han optado por esta configuración. En el habitáculo, el interior está en- ➥
vuelto en Alcántara y fibra de carbono –proveniente la mayor parte del propio monocasco– aunque también se puede apreciar en el salpicadero o en las puertas. A la hora de ajustarnos en el habitáculo, tenemos la facilidad de mover el asiento para adaptar nuestra altura en vez del pedalier, ya que en el Senna es fijo. Lo que no es fijo, por ejemplo, es su selector de marchas, que se mueve con el asiento y nos permite tenerlo siempre a la altura de nuestras manos para cambiar los modos de conducción en cualquier posición. Además, para no volver loco al conductor, el volante está libre de botones. Los conmutadores auxiliares, los cierres electrónicos de las puertas, los interruptores de las ventanas y el encendido con botón, están relegados al techo. Si pasamos a los asientos, éstos son tipo bacquet de fibra de carbono y están personalizados con un grosor específico que ofrecen a cada comprador –tienen tres diferentes– . Pero lo que sin duda gustará a los entusiastas de las carreras es el compartimento posterior situado detrás de los dos asientos, donde podremos alojar cascos de competición y trajes de piloto para que no nos fallen en ninguna ocasión. La lista de opciones dentro del habitáculo crece exponencial-
mente. Un ejemplo es el sistema para refrescarnos 'push-to-drink' como el de las carreras que está disponible.
Manos a la obra
Una vez comprobado que todos los sistemas están a punto y después de realizar cinco vueltas de reconocimiento al circuito de Silverstone con un McLaren 720S –lugar elegido para desarrollar esta prueba–, nos ponemos a los mandos del modelo de fábrica VP736-15, o lo que es lo mismo, uno de los 12 prototipos preseries que McLaren ha creado para su validación como vehículo de carretera. Dinámicamente nos aseguran que es un automóvil completamente acabado y que las sensaciones que tengamos serán muy parecidas a las del modelo final. Para sacar todo su potencial, la firma inglesa nos permite hacer dos tandas de seis vueltas al circuito. Como si tuviésemos que tener algún incentivo para hacer que cada una de esas vueltas cuente, en la presentación que nos ofrece McLaren antes de entrar al circuito nos señala dónde el Senna es capaz de superar al todopoderoso P1. Para que os hagáis una idea, el P1 tiene que frenar 25 metros antes que el Senna en la recta de atrás antes de entrar en la ➥
➥ curva de Stowe. Al igual que sucede con todos los McLaren desde el MP4-12C de 2012, el Senna cuenta con un poderoso motor V8 twin-turbo asociado a una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades que manda toda su energía a las ruedas traseras. Su potencia final asciende hasta los 800 caballos lo que se traduce en una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 2,8 segundos, 0 a 200 en 6,8 y 0 a 300 en 17,5 segundos. Su velocidad máxima alcanza su tope en los 340 kilómetros por hora. Casi nada.
Puro espectáculo
Mientras fuera suena una banda sonora digna del apocalipsis para cualquier persona que mire la pista, el motor no puede competir con el estruendo del aire que se canaliza por encima, por debajo, alrededor y a través del automóvil. El Senna monta la suspensión RaceActive Chassis Control II de McLaren, una evolución de la configuración que lleva el P1 y que vincula los amortiguadores de todo el automóvil para controlar tanto el balanceo como el empuje. En el asfalto liso de Silverstone, no podemos hacernos una idea de si el Senna podría flotar sobre las imperfecciones de una autopista del mundo real como ya lo hace el 720S. Legalmente, los propietarios pueden conducir el Senna por la calle pero cualquier viaje que no termine en un circuito sólo será una provocación. En palabras de McLaren, el automóvil está "legalizado para uso en carretera, pero no se aconseja del todo". Parry Wi- lliams, diseñador jefe de ingenieros en McLaren, reconoce que las capacidades extremas del Senna también son su kriptonita. Uno de los mayores desafíos de la marca fue hacer que este automóvil pueda conducirse a velocidades legales. Eso lo podemos notar incluso mientras aprendemos a recorrer Silverstone. Por debajo de sus límites, el Senna es dócil aunque no manejable. Esto cambia cuando la velocidad se incrementa.
Sin embargo, donde el Senna se lleva el gato al agua, es en las frenadas. Con una tecnología de reciente implementación en McLaren, los frenos CCM-R son una especie de híbrido entre los frenos carbocerámicos tradicionales y las unidades de carbono-carbono utilizadas en las carreras. Los discos se hornean continuamente durante su fabricación, por lo que se logra una mayor fricción a la hora de frenar alargando su vida útil. Tan bueno es este sistema que requiere un tiempo para llevar nuestros puntos de frenada lo suficientemente lejos por el circuito para probar verdaderamente los topes de esta tecnología. Para experimentar completamente el Senna, debes confiar en los neumáticos y en la carga aerodinámica, pero sobre todo debes confiar en ti mismo.
Al describir su experiencia en un automóvil de Fórmula 1, Senna habló de conducir por instinto y desbloquear otra dimensión. No tenemos las habilidades o el tiempo para capturar tal trascendencia en 12 vueltas. Pero nos encontramos saboreando otra euforia que Senna conocía bien: el abordaje de los límites.