Comparativa: Ford Focus, Mazda3 y Toyota Corolla. Renovación total.
Los Ford Focus, Mazda3 y Toyota Corolla han sabido reinventarse con diseños más atractivos, interiores más prácticos y, sobre todo, haciendo gala de una eficiencia nunca antes vista. ¿Suficiente para desterrar al Golf?
Si vas a comprar coche y manejas un presupuesto de entre 20.000 y 25.000 euros, estás de enhorabuena porque tienes infinidad de propuestas a tu alcance. Puedes guiarte por la moda y adquirir un SUV, como han hecho tu hermano, tu vecino, tu compañero de trabajo… aunque nosotros te recomendamos que seas más ‘tradicional’ y te decantes por un compacto, como los nuevos Ford Focus, Mazda3 o Toyota Corolla. Aunque los precios de las unidades probadas te parezcan altos, tienes que saber que, por un lado, corresponden a versiones muy equipadas y, por otro, no tienen restados los descuentos de cada marca que, dependiendo del fabricante y en función del mes, oscilan entre los 2.000 y los 4.000 euros. De esta forma, te puedes hacer con una unidad por mucho menos de lo que te imaginas…
A la orden del día
Con la mira puesta en el ‘Rey Golf’, que se renueva a finales de año, Ford, Mazda y Toyota han hecho todo lo posible
El Ford es el equilibrio con ruedas; el Mazda, el más deportivo y, el Toyota, un experto ahorrador
para que estos modelos sigan siendo auténticos superventas. De primeras, todo es perfecto: los diseños, los ajustes, los materiales usados en los habitáculos… Los dos japoneses, incluso, consiguen ser más vistosos y lustrosos gracias al uso de materiales más blandos en el salpicadero y la consola central. Pero ojo, el Focus tiene un ensamblaje intachable y la calidad percibida es incluso superior a la del actual Mondeo, hasta el punto de que se puede considerar uno de los mejores Ford de la historia… así nos podemos hacer una idea de cómo van a ser los nuevos productos de la casa del óvalo, como la tercera generación del Kuga, que se pondrá a la venta antes de final de año.
Donde el Focus consigue posicionarse en cabeza es en el infoentretenimiento, de los mejores del mercado. Su pantalla de ocho pulgadas está colocada en una posición estratégica para ser manejada manualmente por el conductor o por el copiloto. Su ubicación permite que los ocupantes de atrás también la vean. Además es rápida en el cambio de menús y no muestra ningún signo de retardo cuando cambiamos de vista rápidamente; incluso el navegador es muy eficaz a la hora de calcular las rutas. La del Mazda es muy oscura y echamos en falta que sea táctil, aunque mejor, pues está demasiado lejos si se compara con la del Ford. La del Toyota también se encuentra bien situada, casi a la altura de la del Focus, aunque el navegador sigue teniendo unos gráficos antiguos y se muestra algo lento en las indicaciones. Lo que sí nos choca es que el Corolla no ofrezca conectividad Apple CarPlay o Android Auto, así que si deseas reproducir las canciones de tu terminal, tendrás que recurrir al ‘viejo’ truco de utilizar una unidad de almacenamiento USB…
A nivel de equipamiento, los tres están en el top y llevan todo lo indispensable, si bien el Ford y el Mazda incluyen gadgets muy interesantes en los acabados elegidos, como el proyector de información Head Up Display –ambos recurren a unas láminas de cristal, así que no proyectan los datos directamente en la luna– y el avisador de ángulo muerto, entre otros.
¿Buscas espacio?
Curiosamente, Mazda y Toyota coinciden en unos habitáculos más estrechos de lo esperado, principalmente en las plazas traseras. En el 3 es más una percepción, pues las ventanillas son muy pequeñas y están en una posición muy alta, pero en el Toyota es real. Metro en mano, es el que tiene menos espacio para las piernas a pesar de que, de largo, mide igual que el Focus –4,37 metros–. Los centímetros disponibles son muy parecidos a los que tiene un Yaris de cuatro metros de longitud y el acceso es más angosto por unas puertas cuyo ángulo de apertura es inferior. Este inconveniente también lo ➥
➥ encontramos en el Mazda3, pues la caída tipo cupé de la zaga ha impuesto reducir el tamaño de las mismas, lo que obliga a los pasajeros a girar demasiado la cadera para entrar o salir. En este sentido, el Focus muestra ser más racional en su concepción, recordándonos y mucho al VW Golf actual.
El maletero del Toyota también es justo para uso familiar con niños pequeños, pero si necesitas un plus de espacio, el Corolla está disponible con carrocería familiar Touring Sports, 28 centímetros más larga. La situación al respecto es parecida en el Mazda, cuyo cofre reduce la capacidad unos litros por culpa del subwoofer que va en un lateral y no encajado dentro del hueco de la rueda de repuesto, como en el Focus, lo que permite aprovechar mejor el espacio disponible. El Ford es el más capaz del trío con diferencia y, encima, la boca del maletero es la más baja y la más ancha. No obstante, estos dos compactos, al igual que el Toyota, se comercializan con variantes más grandes, el 3 Sedán y el Sportbreak respectivamente, disponibles con estas motorizaciones y estos acabados.
En el Toyota también faltan huecos portaobjetos de mayores dimensiones. Para que te hagas una idea, el que hay en el panel de la puerta del conductor es tan estrecho que apenas cabe la funda de unas gafas. Para ser justos, es algo de lo que pecan el 3 y el Focus, aunque en este último encontramos mayor sensación de habitabilidad y detalles que hacen más fácil la vida a bordo de todos sus pasajeros, como la banqueta trasera, que está más alta que los asientos delanteros.
No se puede pedir más
En carretera, las cosas se igualan mucho. Empezamos con el Focus, que siempre ha sido una de las referencias dinámicas del sector y, en esta cuarta generación, no iba a ser menos. Los 125 caballos del propulsor tricilíndrico son ‘pan comido’ para un chasis que calificamos como maravilloso, capaz de aguantar los envites de mecánicas más potentes, como las del ST que probamos en este mismo número. La amortiguación tiene un tarado muy confortable y la zaga redondea muy bien las curvas cerradas; de esta forma, te permite trazarlas con una velocidad superior a la que crees que marca el cuadro de instrumentos. Y en caso de necesitarla, la electrónica es muy sutil, pues como era de esperar, el Focus tiene cierta tendencia al subviraje, como sucede en sus rivales.
El motor de un litro se deja sentir en el habitáculo debido a las vibraciones que se generan cuando gira bajo de vueltas, sobre todo, cuando engranamos marchas largas para reducir el gasto de combustible. Una media relativamente contenida, pues el ordenador de a bordo registra 5,5 litros a los 100 para una conducción mixta. También es en el que más se percibe un cambio de comportamiento en función del programa elegido, solo a nivel de potencia y de dirección, puesto que el Focus, al igual que 3 y Corolla, carece de suspensión de dureza variable. En el salto de Eco a Deportivo, el tres cilindros parece ganar 30 caballos en apenas unos segundos, pues el ‘chute’ no es inmediato. Esto es de agradecer porque por debajo de 2.000 vueltas, el Ecoboost es un poco perezoso, y de esta forma tenemos un poco más de par para adelantar.
Cuando te montas en el Mazda3, la primera sensación es la de ir mucho más bajos que en el Ford y que en el Toyota. Se percibe un ambiente en general más deportivo, con unos asientos más duros y más estrechos, si bien el volante rompe un poco el ambiente racing por su gigantesco tamaño. A continuación nos llama la atención que el propulsor ➥
➥ SKYACTIV-G carece de la ‘patada’ a la que tan acostumbrados estamos en las mecánicas turboalimentadas, como la del Ford. ¡Es que este motor es atmosférico! Desde Mazda creen que hay vida más allá de la sobrealimentación y parece que tienen razón, pues nos acostumbramos en nada a girar alto de vueltas para exprimir los 122 caballos disponibles. Se trata de una motorización muy suave, con un sonido bastante llamativo, aunque lo que de verdad nos enamora es el cambio manual de seis marchas que recuerda y mucho al de un MX-5, con recorridos cortos y cierta dureza en el engranaje. A pesar de que no comparte nada con el biplaza, el 3 demuestra ser tan divertido de conducir como el roadster biplaza. Si el Focus nos maravilla dinámicamente, el 3 lo supera por poco, pues tiene una puesta a punto más deportiva por suspensión –más firme que la del Ford– y por tacto de dirección.
Mira por tu bolsillo
A nivel de eficiencia, el dos litros del Mazda cuenta con desactivación de cilindros, por lo que apaga dos de ellos en momentos de baja demanda de potencia. Pero obtiene la etiqueta Eco por la microhibridación, pues un pequeño motor eléctrico asiste puntualmente al gasolina. El eléctrico, por cierto, no funciona por sí solo pues apenas tiene ocho caballos.
Pero si hay un coche ecofriendly en esta comparativa, ese es el Toyota Corolla, aunque para lograr medias inferiores a ¡cuatro litros! en algunos trayectos con poco tráfico, hay que cambiar el estilo de conducción. Algo tan sencillo como aprovechar un desnivel, levantar el pie del acelerador 300 metros antes de llegar a una rotonda o dejar de dar gas si el semáforo se ha puesto en rojo permiten al Corolla aprovechar muy bien su condición de vehículo híbrido, pues en estas circunstancias, el bloque de gasolina se apaga y es el eléctrico el que se encarga de mover los 1.360 kilos de coche.
Todo el sistema híbrido es nuevo y se nota una importante evolución. Las baterías, por ejemplo, se cargan en menos tiempo, tanto en frenadas como en marcha, y el propulsor eléctrico tiene más potencia, por lo que funciona incluso a
una velocidad de 100 kilómetros/hora. No obstante, el Corolla puede dejar de lado su condición de vehículo eficiente cuando se activa el programa Sport –tiene otros dos, Eco y Normal–. De inmediato se nota mayor pegada al gas, lo que nos permite alguna que otra alegría al adelantar… a costa de elevar unas décimas el consumo, porque de los tres compactos, es el más sensible a los cambios de ritmo e, incluso, el que más gasta si circulamos rápido. No nos olvidamos del cambio de variador continuo, la única transmisión automática de serie de la prueba. Esta caja también ha sufrido una actualización, y aunque revoluciona el motor como siempre, lo hace de forma más suave y es algo que no resulta tan molesto en el día a día.
El Corolla es el coche confortable que esperábamos, aunque nos sorprende por el tarado de su amortiguación, más duro de lo esperado para este Toyota que saca a relucir su capacidad de ahorro en ciudad o en vías secundarias. No llega al nivel del Mazda, pero por poco. Además, está tan bien insonorizado como el 3, pero la ausencia de ruido mecánico cuando se ‘apaga’ el propulsor de cuatro cilindros hace que se cuele el de rodadura. Al pasaje no le incomoda, pues se camufla con música o con una charla con los acompañantes, pero sí es significativo, ya que los neumáticos de serie en la terminación Feel! son incluso desproporcionados para la filosofía ‘eco’ del vehículo, pues monta de serie unas ruedas en medida 225/45 con llanta de 17 pulgadas más propias de una berlina –el acabado base Active equipa unos más racionales 205/55 R16–.
Te quedas con…
Lo que está claro es que Toyota ha hecho un grandísimo trabajo al renovar su compacto y bautizarlo de nuevo con el nombre Corolla. Es eficiente, está bien fabricado y quizá su precio pueda echar para atrás, pero recuerda lo que dijimos al principio del artículo: son los de tarifa y hay que sumar los descuentos correspondientes.
También hay que felicitar a Mazda y Ford por sus respectivos trabajos, pues sus 3 y Focus nos parecen compras más que recomendadas en estos tiempos. ¿A que no te acuerdas de los SUV?