Car and Driver (Spain)

Cara a cara: BMW Serie 2 Active Tourer y Mercedes Clase B. Para las familias.

Estos dos ‘maxicompac­tos’ coquetean con el segmento de los monovolúme­nes gracias a unos habitáculo­s muy bien aprovechad­os, aunque sus cotas exteriores son propias de segmentos inferiores. Calidad y equipamien­to premium hacen el resto en estos dos vehículo

- # IVÁN MINGO C. C.

No queremos empezar esta prueba polemizand­o sobre si estamos ante dos monovolúme­nes o ante dos compactos cuasi tradiciona­les pero ligerament­e más grandes y altos de lo habitual, algo así como unos maxicompac­tos. De hecho, si comparamos su cota de altura con la de una referencia en el terrero de los monovolúme­res como puede ser el Renault Scénic, descubrimo­s que ambos son una decena de centímetro­s más bajos… Esta peculiarid­ad los convierte en una rara avis que los posiciona como los modelos compactos premiun con mejor habitabili­dad del mercado, con permiso del Volkswagen Golf Sportsvan, que juega en otra liga por precio y filosofía general.

Lo cierto es que nos encontramo­s ante

dos soluciones exquisitas para viajar cargados y en familia y que en ambos casos rompen con la tradición deportiva y de ‘todoatrás’ de la que han hecho gala ambos fabricante­s históricam­ente. Motivos como la habitabili­dad interior, los costes de fabricació­n, las sinergias entre marcas del propio grupo e incluso el consumo les han hecho optar por este tipo de configurac­ión, aunque bien es cierto que en ambos casos disponen de tracción integral en algunas de sus versiones.

Bien con el metro

Lo primero que nos sorprende al acercarnos a ambos son unas generosas puertas con un gran ángulo de apertura que favorece muchísimo la entrada y salida. Del mismo modo nos llama la atención que en ninguno de los dos el puesto de conducción es elevado, sino que la sensación es la de ir tan cerca del suelo como en un turismo convencion­al, especialme­nte en el BMW. Los interiores son excepciona­les en materia de calidad y ajustes, aunque como es habitual la firma del aspa apuesta por una estética más sobria y conservado­ra, en línea con el resto de modelos de la marca, mientras que Mercedes acentúa su aspecto mas tecnológic­o gracias a sus dos pantallas inmensas –en este caso en medida de 10,25 pulgadas ambas– y detalles como las toberas tipo turbina. Como es habitual y de la mano de los departamen­tos M y AMG, Serie 2 y Clase B permiten potenciar su deportivid­ad exterior e inte

rior, añadiendo molduras y terminacio­nes exclusivas o elementos como unos espectacul­ares asientos tipo bacquet opcionales y con múltiples regulacion­es eléctricas. Sorprende el sistema Energizing de las butacas del Clase B, que modifica su posición en altura e inclinació­n de forma impercepti­ble para el conductor en los viajes largos para reducir su cansancio.

En materia de habitabili­dad y pese a tener una carrocería que es seis centímetro­s más larga, el Mercedes no es capaz de igualar el espacio disponible en el BMW, especialme­nte en las plazas traseras, donde además tiene un voluminoso túnel de trasmisión que reduce mucho las posibilida­des del tercer ocupante.

Todos a la carga

Del mismo modo su maletero es 13 litros menor que el del Serie 2 Active Tourer, una verdadera sorpresa, un portaequip­ajes que es incluso inferior que el del modelo precedente. Merece la pena recordar que el Clase B va ya por su tercera generación, un veterano que llegó al mercado allá por 2005 y fue actualizad­o en 2011 y de nuevo en 2018.

Los dos cuentan con una banqueta trasera deslizante longitudin­almente –13 centímetro­s en el BMW y 14 en el Mercedes–, lo que nos permite ganar litros de maletero o centímetro­s para las piernas de los acompañant­es. Las plazas delanteras son realmente generosas en ambos, y solo la posición algo más elevada en el Mercedes nos convence por su mejorada visibilida­d y mayor comodidad. Sin llegar a soluciones de habitabili­dad tan elaboradas como el citado Renaut Scénic, cuentan con multitud de guanteras de buen tamaño y bien aprovechab­les especialme­nte en la zona delantera, mientras que detrás ninguno ➥

En conducción normal los consumos de ambos son correctos para tratarse de gasolina, pero si no somos cuidadosos podemos superar los 10 litros a los 100

➥ dispone de sistema de climatizac­ión independie­nte.

Ligerament­e actualizad­o sobre su predecesor –que fue lanzado en 2014– en materia estética y mecánica en 2018, el Serie 2 recurre al mismo bastidor del Mini, un tracción delantera pura que en este caso se acompaña del motor gasolina de acceso a la gama, un tricilíndr­ico también derivado del bloque de su predecesor aunque profundame­nte optimizado y que ofrece una potencia que puede llegar a resultar algo justa cuando viajamos cargados. Contamos, eso sí, con un cambio de marchas automático de doble embrague de última generación excelente en su funcionami­ento, por lo que aunque en autopista sea necesario reducir marchas con frecuencia para recuperaci­ones y similar, no seremos consciente­s de ello. Salvo que recurramos a la ficha técnica del vehículo no es sencillo distinguir que se trata de un motor de tres cilindros, pues su funcionami­ento resulta equilibrad­o y fino, aunque su zona óptima de utilizació­n se reduce al régimen existente entre las 4.000 y las 6.000 vueltas, que es donde podemos sacarle partido.

Plataforma­s compactas

El Mercedes, por su parte, recurre a la plataforma del Clase A, su hermano pequeño. Esta peculiarid­ad nos da una idea de que la sensación al volante de ambos es similar a la de conducir un vehículo del segmento compacto. Dispone de un bloque de cuatro cilindros también de bajo cubicaje y con turbo, que genera una cifra de potencia superior a la de su contendien­te, lo que se deja notar a las primeras de cambio, pues estamos ante un bloque gasolina realmente brillante en su funcionami­ento y que está acompañado también por un cambio automático de doble embrague que si no mejora al del BMW al menos lo iguala.

Dinámicame­nte es obvio que el Mercedes cobra ventaja en materia de empuje, tanto en autopista como en zonas de montaña, pero no hemos de olvidar que BMW es un virtuoso a la hora de poner a punto el tren de rodaje, y es este terreno donde de nuevo el Serie 2 se encuentra a gusto. Ambos ofrecen tres po

sible amortiguac­iones; normal, deportiva –chasis rebajado en el Mercedes– y regulables. En el caso del Serie 2 la unidad probada contaba con chasis adaptativo –592 euros– que modifica el tacto de la suspensión según dos niveles de firmeza y en función del modo de conducción que elijamos de los tres disponible­s. En cualquiera de las tres posiciones la suspensión es más dura que la del rival de la estrella, pero sin llegar a penalizar la comodidad de los ocupantes en autopista, una de sus principale­s virtudes.

Es precisamen­te aquí donde detectamos que el Mercedes, pese a resultar muy cómodo en autopista, aisla demasiado al conductor de cualquier sensación, tanto por su dirección como por la propia amortiguac­ión, cayendo en ocasiones en inclinacio­nes y rebotes de carrocería que restan algo de precisión, aunque es cierto que los ocupantes estarán siempre encantados tanto por la comodidad como por el silencio que nos rodea, mientras que el BMW no es capaz de alcanzar ese punto de confort ni siquiera en la posición más cómoda de las disponible­s. Nos hubiera gustado contar para la prueba con una unidad con tren trasero independie­nte, un opcional que va unido a la elección de llanta de 19 pulgadas y a la tracción integral.

Tacto peculiar

Cierto es que aquél que esté acostumbra­do al tacto de conducción Mercedes y BMW mejor que no lo compare con el de estos dos modelos, que si bien es verdad que van francament­e bien en materia rutera y cumplen con su cometido ‘familiar’ de manera sobrada, no tiene nada que ver con sus hermanos de marca.

Si hablamos de equipamien­to el límite lo marcará tu cartera, pues en ambos casos el listado de opcionales y de posibilida­des de personaliz­ación exterior e interior es ciertament­e amplio, aunque también conviene decir que el Clase B justifica ligerament­e su sobrepreci­o tanto por su mayor potencia como por su superior nivel de equipamien­to, con elementos de serie de los que el BMW también dispone aunque haya que pagar por ellos.

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 ??  ?? El BMW Serie 2 vence en materia de habitabili­dad gracias fundamenta­lmente a unas plazas traseras más amplias en espacio para piernas y a un maletero que es ligerament­e más capaz. MUY EQUILIBRAD­O. Cuadro de relojes con pantalla opcional de 5,7 pulgadas y la pantalla multimedia tienen protagonis­m en un interior sobrio pero muy amplio y de excelente realizació­n. La postura al volante es ligerament­e más deportiva que en el Mercedes. BMW
El BMW Serie 2 vence en materia de habitabili­dad gracias fundamenta­lmente a unas plazas traseras más amplias en espacio para piernas y a un maletero que es ligerament­e más capaz. MUY EQUILIBRAD­O. Cuadro de relojes con pantalla opcional de 5,7 pulgadas y la pantalla multimedia tienen protagonis­m en un interior sobrio pero muy amplio y de excelente realizació­n. La postura al volante es ligerament­e más deportiva que en el Mercedes. BMW
 ??  ?? 100% integrado en la nueva generación de salpicader­os de la marca, el interior gana mucho con la doble pantalla, en medida de 10,25 pulgadas cada una. El manejo general es muy sencillo y destaca el funcionami­ento de la última evolución de multimedia MBUX, con el asistente de conducción Mercedes. MERCEDES
100% integrado en la nueva generación de salpicader­os de la marca, el interior gana mucho con la doble pantalla, en medida de 10,25 pulgadas cada una. El manejo general es muy sencillo y destaca el funcionami­ento de la última evolución de multimedia MBUX, con el asistente de conducción Mercedes. MERCEDES
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 ??  ?? El acabado AMG del Clase B y el M del Serie 2 se deja notar de manera importante en su apariencia con faldones, spoiler y salidas de escape diferencia­das.
El acabado AMG del Clase B y el M del Serie 2 se deja notar de manera importante en su apariencia con faldones, spoiler y salidas de escape diferencia­das.

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