Skoda Superb. Pequeñas mejoras para una de las berlinas más espaciosas del momento.
La actualización del Skoda Superb sigue apostando por el espacio interior y la funcionalidad como principales bazas, añadiendo ligeros retoques de diseño y equipamientos más sofisticados
Nada más subirnos al Superb se aprecian las cualidades que han hecho de él una elección muy válida en el segmento medio. El conductor se encuentra con un tablero de a bordo que transmite calidad en sus ajustes y materiales, unos asientos amplios y muy confortables y un cuadro de instrumentos con toda la información. Al mirar por el retrovisor se aprecia lo grande que es el interior. De hecho, merece la pena pasar a los asientos traseros para disfrutar de la amplitud para los pasajeros que, sea cual sea su talla, no encontrarán ningún problema para acomodarse pensando en viajes largos. Su maletero, además, es el más grande de su categoría con 625 litros que se pueden ampliar hasta los 1.770 con los asientos abatidos en la berlina o a 1.950 en la carrocería familiar Combi.
Los dos motores menos potentes incorporan una caja manual de seis velocidades con la opción de la caja automática DSG de siete relaciones que es de serie en el resto de motorizaciones. Los de mayor potencia configuran, con transmisión a las cuatro ruedas, la oferta de la versión Scout, pensada para los aventureros y que puede aumentar la distancia al suelo en 15 milímetros para permitir salir fuera de la carretera. Y a principios de 2020 verá la luz una motorización hibrida enchufable de 218 caballos de los que 115 corresponderán al motor eléctrico.
Otra baza en esta renovación de gama son los equipamientos incorporados en serie u opción en función de cada uno de los cinco niveles de acabado. Desde el básico disponemos de climatización automática, faros led y sensores de aparcamiento a los que se añaden en niveles más altos los faros led adaptativos que optimizan la iluminación sin deslumbrar a los demás vehículos, la apertura de puertas y arranque sin llave, el cuadro de instrumentos virtual, pantalla de navegación de entre ocho y 9,2 pulgadas, y los más avanzados sistemas de ayuda a la conducción: control de crucero predictivo que llega a parar el coche, control de carril o sistema de frenada de urgencia con detección de peatones, entre otros.
Fuera de serie
Durante la toma de contacto hemos comprobado que el chasis responde con nobleza en los cinco modos de conducción disponibles – Eco, Normal, Confort, Sport e Individual–, aunque en curva hay que trabajar algo más para controlar los 4,87
metros de longitud, pensados más para viajes largos y confortables que para hacer tramos de montaña. Todos los propulsores responden bien, con respuestas rápidas al acelerar y consumos razonables, si bien nosotros escogemos las versiones de 150 caballos como las más equilibradas en relación prestaciones/precio y, de ellas, la versión Diesel que hace valer en las recuperaciones sus 11 kilográmetros más de par frente a la versión gasolina. Y, por supuesto con DSG, a la que achacamos gran parte del magnífico rendimiento.