Prueba de portada: Lamborghini Huracán EVO. 640 caballos para la última versión del supercar italiano.
La firma de Sant'Agata Bolognese entra en la era digital con este nuevo Huracán EVO… Una era que no afecta a su parte motora, donde el superdeportivo italiano se mantiene como uno de los grandes supervivientes de la 'turbo-evolución'
En la lucha por la supervivencia, el más fuerte gana a expensas de sus rivales debido a que logra adaptarse mejor a su entorno". Ésta es una de las frases que mejor resumen la teoría de la evolución expuesta por Charles Darwin en su obra "El Origen de las Especies". Pues bien, puede que nuestro espécimen no sea ni el más fuerte –en términos de potencia–, ni el más rápido, pero no se puede negar que el Lamborghini Huracán es todo un superviviente. Estéticamente, los años no han pasado en balde por él y aunque estamos a mitad de su vida comercial, los italianos han sabido jugar bien sus cartas con este nuevo Huracán EVO –o "ehh-voh" como lo pronuncian ellos–.
Madureza visual
A diferencia del Performante –cuyo registro en Nürburgring aún resuena–, este EVO prescinde del gigantesco ala situada en su zaga, lo que implica que carece del sistema de aerodinámica activa patentada por la firma italiana, también conocida como ALA –Aerodinamica Lamborghini Attiva–. Una decisión marquetiniana, pues Lamborghini cree que los compradores de este Huracán quieren un vehículo con menos florituras, lo que tampoco implica una pérdida de diversión. Para ser justos, en términos de diseño, la silueta de este Huracán EVO se percibe más madura, como si quien abriera sus puertas no fuera enfundado en un chándal dorado de Gucci... Pero incluso si eso ocurre, estamos convencidos de que la presencia de este EVO le sorprenderá.
Si además tiene la fortuna de encajarse en sus maravilloso asientos, notará cómo la parte técnica ha dado un paso al frente. Presidiendo la consola central se encuentra ahora una pantalla táctil de 8,4 pulgadas que actúa como el cerebro del vehículo y desde la que se pueden controlar todas las funciones: audio, navegación, climatización e incluso los ajustes de las propias butacas. Además, si es poseedor de un iPhone, está de enhorabuena, pues integra la sincronización mediante Apple CarPlay con Siri como asistente vocal.
Sigue aspirando
Pero si está buscando el verdadero eslabón, sus miras han de ubicarse hacia la zona trasera. Allí el Huracán EVO sigue apostando por lo que ya está camino de ser un rara avis o, en términos evolutivos, de estar próximo a la extinción: su motor. A diferencia de los últimos Ferrari o McLaren, la bestia de Sant'Agata Bolognese mantiene el propulsor atmosférico 5.2 V10 que tanto éxito le ha reportado aunque no evoluciona el empleado por su predecesor, sino que toma prestado el mismo que estrenó el Performante.
Hablamos de un bloque de aluminio y fibra de carbono forjados que estrena sistema de admisión y de escape, válvulas de titanio... Y lo más importante, sin turbos que valgan. Todo para conseguir un rendimiento de escándalo, como son 640 caballos de potencia que aparecen a 8.000 vueltas o 61,18 kilográmetros de par a partir de 6.500 revoluciones por minuto.
Cifras que, como comentábamos al comienzo, quizá no le coloquen como el más potente de los super deportivos actuales, pero que no contemplan el término lento en su vocabulario. Pegue un pisotón y el EVO le devolverá una coz para pegarle al asiento –opcionalmente aparecen los de fibra de carbono que usamos nosotros– y catapultarle hasta los 100 kilómetros/hora en tan solo 2,9 segundos. Siga apretando el pedal derecho y verá llegar los 200 en menos de nueve segundos. No 'ahueque' y alcanzará su máximo dígito: 325 kilómetros/hora.
Registro que se quedó cerca de ser alcanzado durante nuestro test drive realizado en el circuito de Baréin de Fórmula
1. En sus largas rectas, el velocímetro digital brincaba de manera alocada de cinco en cinco dígitos intentando reflejar la realidad. Mientras, la transmisión automática de doble embrague y siete relaciones –pertinentemente retocada– también luchaba por mantener la compostura.
En su programa más deportivo, Corsa, dejará que tomemos las riendas total y absolutamente. Sin indicadores led o una señal sonora, el Huracán EVO no realizará concesiones y no subirá de marcha al llegar a la zona roja. Por tanto, a poco que rebaje mi grado de concentración aumentará exponencialmente la brusquedad en el manejo. Todo mientras mi mente trata de procesar las fuerzas G de cada giro, el ángulo de dirección más adecuado a cada vértice, el jet-lag o… hasta mi cartera de acciones. Quizá no estaría de más que este programa permitiera elegir la opción de cambiar de manera automática al llegar al rango más alto de revoluciones.
Sin ALA, pero vuela
Como decíamos al principio, este Huracán EVO prescinde del gigantesco alerón posterior con el que el Performante conseguía generar hasta un 750% más de carga aerodinámica que un Huracán LP610-4 Coupé. Pues bien, si eso ha hecho que su silla se agite, agárrese porque según Lamborghini el paquete aerodinámico que monta este Huracán EVO le acerca muy mucho al de su hermano... ¡Y sin alerones! En concreto, la firma italiana asegura que es cinco veces superior al de su predecesor... ¡Y sin alerones! –No nos cansamos de repetirlo, no–.
Para conseguir este estratosférico registro, se ha rediseñado por completo el fondo del vehículo, al tiempo que se ha agrandado el difusor posterior –que ➥
En 2,9 segundos llegará a los 100 km/h, en 8,9 a los 200 y a poco que siga alcanzá su tope: los 325 km/h
➥ puede solicitarse en el mismo color de la carrocería–. Solución que ha obligado a suprimir dos de las cuatro tomas de escape de su predecesor. Como guinda a este 'hijo del viento' –que de perfil se ve prácticamente plano–, están las enormes tomas de aire frontales que acompañan al splitter delantero o el spoiler posterior, más prominente y centrado.
Un cisne en el desierto
Con argumentos como éstos no es de extrañar que el Huracán EVO pareciese activar el 'modo lapa' mientras despachábamos vértice tras vértice. No obstante, algo de crédito hay que otorgárselo también a las ruedas traseras. Allí los ingenieros transalpinos han añadido un eje direccional –el primero que monta un Huracán–, dotándole de una agilidad y una estabilidad sin parangón. Como broche, el diferencial trasero con sistema de vectorización del par canalizará la potencia entre ambos neumáticos según sea necesario, mientras que los frenos delanteros 'sujetan' las ruedas para provocar un efecto similar en dicho eje.
Hablando de frenos, como era de esperar –ya ocurría con su predecesor–, este EVO monta de serie discos carbocerámicos que le permitirán abandonar la 'velocidad de la luz' con pasmosa facilidad... Siempre que el conductor previo no sea un zoquete integral. Y es que las unidades de prueba que Lamborghini nos proporcionó estaban ya bastante castigadas y a partir de la cuarta vuelta ya notamos cierto desvanecimiento.
Del mismo modo, los Pirelli P Zero montados sobre las inéditas llantas de 20 pulgadas, tenían claros síntomas de desgaste. Hecho que, aquí sí, lejos de ser un inconveniente se convirtió en toda una ventaja al permitirnos un mayor deslizamiento por las curvas de Baréin y, de paso, probar de manera más fidedigna la nueva función Drift del control de estabilidad que incorpora a este EVO y que facilita el descoloque de su zaga.
No hay ningún comando ni programa adicional. Basta con seleccionar el modo Corsa o, si se circula en otro, activar el modo ESP Sport. Lo siguiente, está en tus manos... y tus pies. Arrójalo al vértice con decisión y aprieta el acelerador con la misma irresponsabilidad que abandonaste tiempo atrás. No hay nada que temer ya que el sistema no permitirá que se envalentone en exceso. Está ahí para hacerte ver como un profesional del drifting y no como un novato que despacha los pedidos de café de la oficina. Todo mientras la cola del EVO se desliza de manera segura cual cisne de "El Cascanueces".
Quizá no sea el más rápido o potente, pero el sonido al llegar a la zona roja del cuentarrevoluciones lo delata
Luego está el sonido. Quizá no sea el más dócil ni el más rápido pero, hoy por hoy sí será el más escandaloso... Gracias a Dios. Basta con aproximarse a la zona roja del tacómetro y el Huracán EVO emitirá tal aullido que dejará como un simple aficionado a la criatura mitológica japonesa del Raijü –cuyo chillido suena como un trueno–. Pero ojo, crea adición... Y lo que es peor, enajenación. Quizá ésa es la razón por la que muchos de los propietarios de un Lambo lucen polos con toros...
Fiel a sus principios
Con este Huracán EVO, la marca de Sant'Agata Bolognese ha abrazado los avances de la era digital, pero ha creado un automóvil totalmente desprovisto de ellos a nivel mecánico. Donde Ferrari programa el motor turbo del 488 Pista para imitar la entrega lineal de un bloque aspirado, este Huracán EVO no necesita depender del software para mostrar su verdadera cara. Todo en él es real. ¡Si le das gas, recibirás gas!
La experiencia de conducción no debería tener nada de artificial. La tecnología no domina al EVO, el conductor sí. Y este V10 atmosférico no solo lo diferencia de sus rivales más directos, e incluso de sus nuevos hermanos de gama –nos referimos al Urus que probamos unos números atrás–, sino que le otorga un sonido y un sabor únicos.
Quienes aún se detengan a criticar algunas cifras de rendimiento, obtendrán una respuesta contundente. Este Lamborghini Huracán EVO es mucho más que un generador de cifras. Es el crepitar de un cigarro en un mundo de vaporetas.