USUARIO TODOS LOS TIPOS DE RADAR.
¿Cuántos cinemómetros existen en España? ¿Dónde se colocan? ¿Tipos?
En las carreteras españolas hay más de 1.300 radares o cámaras que controlan no solo el exceso de velocidad, sino también el uso del cinturón, la utilización del móvil y otras conductas al volante. Una gama de dispositivos que crece continuamente en número y eficacia y de la que cada vez es más difícil escaparse
Después de las últimas incorporaciones durante el verano pasado, la DGT dispone de todo un arsenal para controlar el tráfico en las carreteras españolas. Una gran gama de radares y cámaras diseñados para evitar accidentes pero también recaudan más de 350 millones de euros cada año.
Los radares fijos y de tramo deben estar señalizados en la misma carretera y, si entramos en la página web de la DGT, también podemos conocer la ubicación de los móviles. Entre los fijos hay diferentes variedades, los de pórtico, los de tramo, los de semáforo, los que controlan el teléfono o el cinturón… En cuanto a los móviles, últimamente la variedad se ha multiplicado. De todos ellos vamos a hablar en este reportaje.
La historia de los radares en las carreteras españolas arranca en los años 70 aunque, por aquel entonces, la presencia de estos dispositivos era poco menos que testimonial. Sin embargo, es a partir de 2006, con la entrada en vigor del permiso por puntos, cuando las cámaras para vigilar la velocidad se empiezan a generalizar en las vías españolas. Los primeros en aparecer fueron los radares fijos y los móviles en coches camuflados, pero el avance de la tecnología enseguida ha dotado a la DGT de eficaces armas para controlar el tráfico, como el helicóptero Pegasus o los recién incorporados drones. Los cinemómetros fijos aplican un margen de error de 5 kilómetros/hora si el exceso de velocidad es inferior a 100 kilómetros/hora. Si este es superior, se aplica un 5% de margen de error. Pero si la multa te llega a través de un radar móvil, el margen de error debe ser de 7 por hora cuando el exceso es menor de 100 kilómetros/hora y del 7% a partir de ahí.
De tramo, últimamente muy famosos
Un tipo de radar fijo muy de moda últimamente es el de tramo. Aunque existen desde hace tiempo, éstos se hicieron muy famosos hace un año cuando entró en funcionamiento el que controla la A5 entre los kilómetros 4 y 5,7. Este radar llegó a multar a más de 300 coches al día. Este tipo de dispositivo es un radar fijo que mide la velocidad de los vehículos entre dos tramos.
Consta de dos cámaras con infrarrojos, una situada al principio del tramo y otra
al final. Se mide la velocidad media y si es superior a la indicada pues te llegará la multa. Actualmente hay 84 cinemómetros de este tipo en las carreteras españolas distribuidos por todas las provincias, también en Canarias. En Cataluña hay 28 más. Y no te confíes si pasas con otro vehículo en paralelo porque según AEA, los radares de tramo no discriminan ni tampoco aplican el margen de error.
O LO HACES DE LIBRO O TE ACABARÁN CAZANDO, LA NUEVA GAMA DE RADARES DE LA DGT ES CADA DÍA MÁS AMPLIA Y EFICAZ
En cascada, para que no te confíes
Una de las nuevas opciones que ha puesto en marcha la DGT para cazar a los ‘listillos’ de la carretera es lo que se denomina radares en cascada. Es decir, la combinación de un fijo y un móvil. El ➥
➥ procedimiento es sencillo: vas a tu aire por la carretera, ves la señal de radar fijo y frenas, pasas a la velocidad permitida por el pórtico o el poste lateral que tiene la cámara y, una vez rebasado, aceleras. ¡Error! Unos metros después te puede estar esperando un radar móvil camuflado. Podría estar en un coche, en un trípode, ser un Veloster… y como vas confiado y acelerando te pilla seguro.
Para vigilar el uso del cinturón y móvil
Quizá uno de los dispositivos que sí pueden salvarte la vida es el que controla el uso del móvil o del cinturón al volante. La DGT ha ido instalando ya en las vías españolas 270 cámaras que lo vigilan. Estas cámaras pueden captar 50 imágenes por segundo y, además de identificar qué hace el conductor, registran la matrícula del vehículo. Están colocadas en pórticos y, según la DGT, la mayoría se encuentran en las carreteras convencionales. Si te pillan hablando por el móvil o sin cinturón mientras conduces, la multa será de 200 euros con pérdida de tres puntos del carné.
Foto-rojo, no te saltes un semáforo
Éste es uno de los pocos radares que no multa por exceso de velocidad, lo hace si te saltas un semáforo en rojo. El sistema, también denominado de foto-rojo, consta de varias cámaras situadas en un pórtico cerca del semáforo. Estos dispositivos controlarán que los vehículos se paran cuando la luz está roja. Estas cámaras, que deben estar señalizadas, toman dos fotografías, una en la línea de detención del semáforo y otra una vez rebasado éste. También cuentan con una cámara de infrarrojos para leer la matrícula de noche. Según el Ayuntamiento de Madrid, se ponen unas 20.000 sanciones al año con este sistema pero, también asegura, que nunca multan en ámbar. Si hay duda, se revisa una a una las fotos que no hayan captado una imagen clara de la infracción. Las multas por foto-rojo suponen 200 euros y perder cuatro puntos.
Drones y Pegasus, cuando el cielo te vigila
Además de estas gama de radares fijos, el plantel de dispositivos que vigilan al conductor ha crecido mucho durante los últimos meses gracias a los diferentes tipos de radares móviles que se han incorporado a las carreteras españolas.
El helicóptero Pegasus fue la gran novedad de la DGT en 2013 y, desde entonces, denuncia a más de 10.000 vehículos al año. Es uno de los grandes temidos por los conductores porque no siempre es fácil ver que merodea por las alturas. La mayoría de las multas que contabiliza son por exceso de velocidad pero también sanciona por no llevar el cinturón, por utilización del móvil, por saltarse un stop, por no guardar la distancia de seguridad con respecto a un ciclista y muchas infracciones más. De momento, la velocidad más alta que
ha captado un Pegasus en un vehículo ha sido de 242 kilómetros/ hora, en 2014. Actualmente la DGT tiene 10 radares de este tipo disponibles para 12 helicópteros con base en toda España a excepción de Baleares y Canarias. También el Servicio Catalán de Tráfico –SCT– dispone de una unidad que multa de la misma manera.
El radar del helicóptero cuenta con dos cámaras, una panorámica que sigue al vehículo y determina la velocidad y otra, con teleobjetivo, que visualiza la matrícula y constata que el conductor está cumpliento todas las normas. El Pegasus solo tiene un margen de error del 1%.
En cuanto a los drones, era cuestión de tiempo que estos pequeños dispositivos voladores sirvieran además para controlar el tráfico. Pues sí, en las carreteras españolas se estrenaron el verano pasado aunque, según la DGT, sólo se emplean para vigilan las zonas donde se mueven más usuarios vulnerables, es decir, ciclistas, motoristas o peatones. No obstante, también sirven de apoyo en vías donde se producen desplazamientos especiales como las salidas de vacaciones, por ejemplo. Los drones disponen de una cámara, pueden volar a 120 metros de altura, tienen un radio de acción de 150 metros y una autonomía de 20 minutos. Actualmente ya hay 8 dispositivos de este tipo operativos pero la DGT tienen en proyecto hacerse en breve con 20 unidades más.
Veloster, la nueva máquina de multar
Y dejamos para el final a una de las grandes novedades entre los cinemómetros de la DGT: el pequeño Veloster. Normalmente, Tráfico coloca estos dispositivos en guardarraíles, postes, trípodes e incluso en los coches patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, pues prácticamente se pueden ubicar en cualquier parte, en todo tipo de carreteras e, incluso, en zonas urbanas. Estos radares se ocultan muy bien por su pequeño tamaño, son inalámbricos y utilizan tecnología láser. Además, tienen una autonomía de cinco horas. Pueden funcionar tanto de día como de noche y controlar la velocidad hasta 250 por hora en los dos sentidos de la circulación. Son radares difíciles de detectar por el conductor y fáciles de transportar por eso son una de las nuevas estrellas de Tráfico.
En definitiva, que ante la gran gama de radares y cámaras para controlar el tráfico que posee la DGT, el hecho de conducir por las carreteras españolas sin recibir una multa se va a convertir en un estricto ejercicio de buenas prácticas o, la mayoría de las veces, en una verdadera quimera.