Mini Clubman JCW.
En los 60 años de historia de Mini, ninguno de sus coches de calle ha superado la barrera de los 300 caballos… hasta que ha llegado este Clubman atómico que baja de los cinco segundos en el 0 a 100
Con 306 caballos, quiere convertirse en la referencia de los compactos GTI.
Mini ha hecho que su peculiar Clubman JCW dé el salto a la galaxia de los deportivos compactos ‘pata negra’, en la que se encuentran, por ejemplo, los Audi S3 y BMW M135i xDrive. Coquetea con estos dos ilustres representantes de la categoría porque consigue unas prestaciones casi idénticas a la de éstos, con un 0 a 100 kilómetros/ hora de 4,9 segundos –es 1,4 segundos más rápido que el anterior Clubman JCW de 231 caballos–. Para lograrlo, el modelo ha tenido una importante actualización mecánica. Para empezar, el propulsor de cuatro cilindros turbo gana 75 caballos y ofrece 10,2 kilográmetros de par adicionales. También se hacen cambios en la tracción integral y se añade una caja de cambios automática de ocho relaciones con función Launch Control.
Pásalo bien
Junto al piloto español Lucas Ordoñez, que se dio a conocer públicamente con la GT Academy de Nissan y PlayStation, comenzamos una serie de giros en un circuito ratonero como es Monteblanco. Lamentablemente el estado del asfalto no es el idóneo, pues está mojado y frío, así que no vamos a poder exprimir a fondo el vehículo. En cambio, esta climatología adversa nos permitirá comprobar el funcionamiento del 4x4 y del diferencial delantero. Vaya por delante que, en circunstancias normales, el Clubman JCW, al igual que su ‘hermano’ SUV Countryman JCW, circula como un delantera. Sólo cuando se detectan pérdidas de motricidad, el sistema envía par a las ruedas traseras. Esta función permite que el consumo de carburante sea contenido y evita que las gomas posteriores trabajen más de la cuenta, lo que aceleraría el desgaste de las mismas.
A la salida de cada curva, el Clubman nos sorprende por lo efectivo que es. Subvira por naturaleza, eso es cierto, pero la tracción ALL4 reparte la fuerza del propulsor en milisegundos entre los dos ejes. A eso se suma una electrónica muy permisiva que no llega a cortar gas dejándonos ‘vendidos’. También es importante la labor del autoblocante, que actúa sin excesiva ‘agresividad’ para que volvamos a acelerar antes de tiempo, incluso con el volante girado. Una serie de mecanismos de vital importancia para la motricidad de este John Cooper Works cuyo motor gasolina turboalimentado se muestra mucho más ‘rabioso’.
Como decíamos unos párrafos más atrás, no logramos exprimir a fondo el JCW aunque es cierto que coqueteamos con unas velocidades por encima de lo esperado porque el chasis tiene una puesta a punto envidiable.
Por último hablamos de la caja de cambios, un convertidor de par que cuenta con un modo secuencial, pero la lectura que hace en automático es tan efectiva que nos olvidamos definitivamente de las levas.