Volkswagen Passat.
El restyling de la octava generación del Passat incluye cambios estéticos medidos que se acompañan de una actualización más importante en materia de equipamiento y multimedia
Renovacción que afectan también a las carrocerías Variant y Alltrack.
El segundo modelo más vendido de la historia de VW –30 millones de unidades– tras el intocable Golf –35 millones–, recibe una puesta al día sobre su octava generación que vio la luz en 2014. Salta a la vista que estéticamente los cambios no son muy acusados, y vienen marcados fundamentalmente por la utilización de tecnología led de serie en todas las versiones del modelo, lo que determina el diseño de los grupos ópticos y de los paragolpes, que también reciben ligeras modificaciones. Opcionalmente estos faros pueden ser adaptativos, derivados del Touareg, y denominados IQ Light. Sin dejar el aspecto estético, el modelo estrena nuevas llantas en medida entre 16 y 19 pulgadas y dos colores inéditos metalizados –azul eléctrico y verde– que completan una paleta de 13 variantes.
En el interior los cambios son más importantes, empezando por un nuevo volante forrado en cuero perforado de tacto muy agradable y que además, por primera vez, es capacitivo, osea que es capaz de reconocer si el conductor lo tiene cogido o no. Estrena también una actualización del cuadro digital
Digital Cockpit que en este caso ofrece tres vistas para la información, y siempre con una resolución de imagen superior. El habitáculo estrena además tapicerías y guarnecidos, y por primera vez en la historia del modelo desaparece el reloj analógico del salpicadero.
Camino del autopilot
En materia de equipamiento de seguridad la ganancia es importante, con el nacimiento del concepto IQ.Drive, un automatismos que aglutina todos los sistemas del coche que se engloban dentro del concepto de conducción
autónoma; por el momento automatismos como el Lane Assist y el control de radar predictivo –ACC–.
En paralelo a las dos variantes de carrocería tradiciones –berlina y wagon–, la actualización mantiene además las versiones Alltrack, R-Line e híbrida enchufable GTE, que marca una nueva referencia en la marca al alcanzar los 57 kilómetros de autonomía en modo 100% eléctrico.
Hasta el momento hemos podido ponernos al volante tanto del citado híbrido GTE como del Alltrack. En el GTE nos ha llamado la atención la ganancia de deportividad en su tacto de conducción, con una suspensión firme y seca en la posición Sport del selector y un empuje contundente y mantenido que es una verdadera delicia, acompañado de una dirección que ha ganado en rapidez y precisión.
La variante Alltrack, por su parte, ofrece la cara más confortable del modelo, con una amortiguación de recorridos más largos y un tacto progresivo que lo convierten en un compañero de viajes perfecto, con el plus de seguridad que supone la tracción integral 4Motion.