SUV COMPACTOS. Renault Captur.
El crossover de la compañía del rombo da un paso adelante en todos los sentidos. ¿Su objetivo? Repetir el éxito del Captur anterior.
El Captur, fabricado en España para todo el mundo desde su primera generación en 2013, es uno de esos coches que ‘trabajando’ de una forma discreta ha dado uno resultados comerciales absolutamente excepcionales al fabricante francés. En su segunda evolución, sufre un salto cualitativo muy importante, sobre todo en materia de calidad interior y ajustes, que ahora pertenecen a otra generación de automóviles completamente distintos, al igual que ocurre con el Clio, un interior que puede tutear a los germanos pero con el añadido que supone su diseño más elaborado y ergonómico.
A bordo del SUV compacto descubrimos que el aumento de cotas, crece 11 centímetros y la nueva plataforma CMF-A –la misma del Nissan Juke– con mayor distancia entre ejes, le ha permitido mejorar de forma considerable el espacio habitable, especialmente en la zona posterior, donde además contamos con un banco que desliza 16 centímetros y nos permite ganar maletero a costa de espacio de piernas, hasta alcanzar unos sobresalientes 455 litros de capacidad, un portaequipajes que está dividido en dos secciones horizontalmente mediante una bandeja.
El equipamiento crece también con elementos como el cuadro de relojes digital opcional, en 7,0 ó 9,3 pulgadas, o la gran pantalla central vertical para el manejo del multimedia. En seguridad incluye la posibilidad de disponer con conducción semiautónoma al combinar el radar de proximidad con frenada automática y el asistente de mantenimiento de carril. Además, disponemos de visión cenital del coche mediante un sistema de cámaras externas y asistente de aparcamiento semiautomático.
Va mucho mejor que antes
Dinámicamente detectamos una transformación pareja a la interior. La evolución es abismal y nos encontramos ante un SUV muy divertido y con un feeling de conducción casi deportivo que nos permite realiar viajes cómodos y con un toque de pimienta. Brilla con especial intensidad el motor probado en esta unidad. Se trata de un cuatro cilindros turbo que anda mucho más de lo que podrían indicar sus 131 caballos de potencia, acompañado además por el excepcional cambio EDC de doble embrague y siete velocidades, que se muestra suave, rápido y preciso en las transiciones, aunque en arrancadas detectamos algún tirón un poco molesto y que nos hace ser especialmente cuidadosos en esta maniobra.
El trabajo sobre las suspensiones también ha sido excepcional, y pese a la altura y cotas comedidas no percibimos inclinaciones ni rebotes de carrocería, lo que nos permite enlazar virajes a un ritmo impropio para un coche de estas características, con un filtrado muy correcto de los baches y un tacto de dirección preciso aunque algo blando.
EL NUEVO CAPTUR MEJORA MUCHO
TANTO EN DISEÑO COMO EN ACABADOS
Y MECÁNICA, AUNQUE SIN RENUNCIAR
NUNCA A SU ESENCIA SUV