Ford Kuga.
La tercera generación del Kuga apuesta por una habitabilidad referencia en su segmento y un nivel tecnológico muy avanzado, con tres opciones híbridas diferentes, para consolidarse como uno de los SUV compactos más vendidos del momento
Más amplio y mejor acabado, esta nueva generación está completamente electrificada.
Corría el año 2007 cuando llegaba al mercado el Nissan Qashqai, un modelo considerado el precursor conceptual y en volumen de ventas de todos los SUV actuales, si bien con anterioridad otras marcas habían realizado ya tímidas incursiones al segmento. Ese mismo año Ford lanzaba el Kuga, un vehículo desarrollado a toda velocidad a partir de la plataforma del Focus de la época con el que trataban de rivalizar con el citado nipón; comercialmente el resultado no fue malo, pero en ningún caso alcanzó la cota de ventas del Qashqai. En 2012 veía la luz la segunda generación del Kuga, en este caso se convirtió en un apuesta de coche mundial tal y como ocurrió con el Focus, comercializándose en los Estados Unidos bajo el nombre de Escape.
Ahora sí es 100% nuevo
Ahora ve la luz la tercera generación del mismo, una vehículo 100% nuevo que cuenta con la electrificación de gran parte de su gama como una de sus principales virtudes. Frente a su predecesor crece en casi todas las cotas menos en la altura, de hecho es 4,4 centímetros más largo, 8,9 más ancho y dispone de una distancia entre ejes dos centímetros mayor, incrementos que le permiten mejorar la habitabilidad interior y posicionarse entre las mejores del segmento, todo ello a pesar de que la versión convencional es ahora dos centímetros más baja que antes.
La ganancia de espacio interior se centra sobre todo en las plazas traseras, pues ahora el banco desliza hasta 15 centímetros para ganar espacio de piernas o de maletero, que en condiciones normales cubica unos correctos 475 litros –no está entre los mejores de su segmento– pero que puede llegar a alcanzar los 645 deslizando las citadas butacas. ➥
➥ Al volante descubrimos un interior que gana en tecnología, sobre todo gracias al nuevo cuadro de relojes, que recurre a una pantalla completamente digital de 12,3 pulgadas y que ofrece cinco apariencias distintas en función del modo de conducción elegido. Por su puesto disponemos de Head Up Display y de la tradicional pantalla multimedia central, de tipo flotante en este caso y que con ocho pulgadas de tamaño nos parece algo pequeña, quizá la única pega de un habitáculo en el que mejora todo.
Electrificación inicial
Mecánicamente la nueva plataforma permite la completa electrificación del modelo mediante tres tipos de hibridación. Por un lado tenemos la opción Mild Hybrid de 48V, en este caso y para obtener la etiqueta ECO, el motor Diesel de 150 caballos se combina con un pequeño esquema híbrido que no puede mover por sí mismo el Kuga pero sí ayuda a contener los consumos en torno a los 5,0 litros a los 100 al hacerse cargo de gran parte de los órganos eléctricos –la batería se recarga en las frenadas–.
En un escalón superior de hibridación se encuentra la opción enchufable de 225
caballos de potencia. Aquí se combina un motor gasolina de cuatro cilindros con un grupo eléctrico con batería de ion litio de 14,4 kWh. Ofrece cuatro modos de utilización –EV Auto, Now, Later y Charge–, opciones que nos permiten elegir entre hacer uso inmediato de la recarga de la batería con una autonomía de 56 kilómetros, reservar la carga para más tarde, gestión automática o autorecarga.
La gama de motores se completa con dos opciones gasolina de 120 y 150 caballos y dos Diesel de 120 y 190. A lo largo de este mismo año la oferta se completará con una variante híbrida autorecargable desarrollada a partir del 225 caballos, pero que no será de tipo enchufable.
El uso de la citada plataforma más el trabajo de aligeramiento integral han logrado que la nueva generación del Kuga sea entre 70 y 90 kilos más ligera que los predecesores, todo un éxito que permite una reducción de consumo entre el 20 y el 30% en función de versiones. Mecánicamente la oferta queda completada con tracción integral opcional y cambio automáticos de ocho velocidades; todo en combinación con tres niveles de acabado: el inicial Titanium, el deportivo ST Line y el lujoso Vignale, siempre con un notable enriquecimiento del equipo de ayudas a la conducción.
TRES OPCIONES HÍBRIDAS –MILD HYBRID, PLUG IN Y NO ENCHUFABLE– Y CUATRO TÉRMICAS
CONVENCIONALES CONFORMAN UNA DE LAS GAMAS MÁS AMPLIAS ENTRE LOS SUV