Vértigo: McLaren GT.
La marca británica de superdeportivos abre su mente y lanza un GT, pero más confortable y capaz de lo que imaginas.
Directo desde Woking llega el debutante estrella de la categoría gran turismo, un McLaren que no duda en tomar por nombre las siglas que caracterizan a este tipo de vehículos y que es el primer modelo de la factoría británica con 620 caballos, un diseño propio del último coche de James Bond y un maletero expresamente diseñado para guardar palos de golf. Toda una declaración de intenciones, ¿verdad?
Una marca con más de medio siglo de historia a sus espaldas y un concepto automovilístico tan clásico como el de gran turismo parecían condenados a encontrarse y, sin embargo, mientras Ferrari, Maserati o Aston Martin se marcaban estrechamente en este segmento, en Woking –UK– ni se lo planteaban. Obstinados en conservar su imagen de pequeña fábrica de automóviles de carreras y bien posicionados entre los más puristas, los británicos presumían de no realizar la menor concesión al confort en pro de la máxima deportividad en todos y cada uno de sus modelos. Pero claro, cuando Porsche se consolida como fabricante de berlinas y todocaminos, Lamborghini alcanza su récord histórico de beneficios bien apoyada en el gigantesco Urus y hasta Ferrari confiesa estar desarrollando uno de estos SUV, todo tu mundo se tambalea y así se explica que la McLaren más expansionista nos hubiera citado en su nuevo concesionario de Barcelona entre otras cosas, para probar su inédito GT.
Superportivo de guante blanco
En este inmaculado espacio, con 2.700 metros cuadrados ubicados en el número 81 de la calle Botánica de L’Hospitalet de Llobregat, nuestro protagonista del día descansa y destaca entre los 600LT y 720S Spider. Frente a los habituales
supercars de la casa, el McLaren GT resulta mucho más alto y portentoso pero también más fino y elegante. La sensación que te causa es la de haber detectado a un espía en el expositor de la marca, con sus logotipos de Aston Martin perfectamente escondidos, pero nada más lejos de la realidad. El camino que han seguido en Woking para crear su primer Gran Turismo es diametralmente opuesto al tradicional y no tardamos en descubrirlo, incluso a pie de concesionario. Basta con accionar una de sus puertas –de apertura en tijera– para comprobar cómo los grandes montantes del monocasco de fibra de carbono permanecen en su lugar, eso sí, ahora camuflados bajo un tapizado de cuero y hasta un fino reposapiés que resulta de lo más apropiado para acoplarse en el habitáculo. Se nota que en lugar de mejorar las cualidades dinámicas de un turismo cualquiera y otorgarle un extra de deportividad, McLaren ha preferido conservar tanto el chasis como el V8 central de sus superdeportivos actuales para edulcorar la mezcla hasta crear un vehículo totalmente distinto: cómodo y rápido como un buen GT de uso diario, efectivo y sensacional como un buen McLaren de circuito. El concepto sobre el papel no podía pintar mejor y lo cierto que no era la primera vez que la marca lo ponía en práctica.
Pongámonos en antecedes
En 2016 llegó al mercado el McLaren 570GT, una variante que aportaba un extra de confort y espacio a un deportivo puro y duro como el 570S. ¿Saben cual era su argumento comercial estrella? “La posibilidad de llevar tus palos de golf en su novedoso maletero posterior”, ubicado justo encima del motor y al que por cierto, se accedía abriendo la propia luneta trasera. Ahora, no tardamos en escuchar estas mismas palabras en boca de Christine Thompson, jefa de marketing y comunicación de McLaren Barcelona y es que por supuesto, el nuevo Gran Turismo de Woking cuenta con este particular espacio de carga extra, con un acceso mejorado y un volumen de 150 litros que sumar a los 420 del verdadero maletero, el ubicado bajo el capó. Sí, nos encontrábamos en una presentación de McLaren departiendo sobre las particulares necesidades de espacio y funcionalidad que ahora reportan los clientes a la propia marca y que acababa de borrar de un plumazo nuestra percepción de los mismos. “Mucha de la gente que entrará por la puerta de este concesionario no sabe lo que es la Fórmula 1, no le interesa el deporte de motor en absoluto y por supuesto, no ha oído hablar de McLaren en su vida. Nuestros coches llaman su atención y quieren ver si son mejores que los de otras marcas de lujo.”, sentencia nuestra interlocutora, instantes antes de invitarnos a probarlos. Menudo aviso a navegantes.
Atmósfera única
Una bonita ruta de pruebas desde L’Hospitalet de Llobregat hasta Castellet i la Gornal pasando por Sitges, servirá para medir las cualidades de nuestro singular protagonista que de entrada, nos brinda un acceso bastante más sencillo de lo esperado a su habitáculo. El puesto de conducción es realmente bajo, las piernas quedan en una posición bastante estirada y el volante, ergonómico, diámetro generoso y con unas levas fijas situadas tras de sí, nos queda más bien alto.
CÓMODO Y MANEJABLE EN CIUDAD, EL GT MUESTRA UNA CARA BIEN DISTINTA EN CARRETERA
Hasta ahí, todo como en un coche de carreras, pero la atmósfera que se respira en el interior del GT es distinta. Durante los primeros kilómetros, el silencio nos envuelve tanto como los asientos, unos auténticos bacquets que con un mullido especialmente generoso y un tapizado en cuero Nappa, impecable. Este material, la Alcantara, y las zonas de fibra de carbono vista, le confieren un aspecto impecable y valoramos también algún que otro hueco portaobjetos práctico así como la gran pantalla multifunción vertical de siete pulgadas que se combina con un cuadro de mandos digital de 12,3. Si a todo esto le añadimos una suspensión capaz de filtrar cada irregularidad del asfalto de forma sobresaliente, no es de extrañar que solo unos minutos después, estuviéramos tan cómodos y familiarizados con este McLaren que hasta creímos habernos olvidado los palos de golf en casa.
Bromas aparte, las primeras curvas del recorrido nos devuelven a la realidad. Incluso en el modo de conducción más confortable, valoramos su gran precisión de guiado y apreciamos los límites de la dinámica realmente lejos, mucho más de lo habitual pero el trazado nos anima a aumentar el grado de exigencia paulatinamente así que empezamos a alternar los motos Sport y Track. Ahora, la suspensión cambia totalmente su funcionamiento y la sorpresa es otra: el McLaren GT camufla sus 1.605 kilos de peso –111 más que el 720S– para mostrarse realmente efectivo y a la vez, sensacional. En ‘modo ataque’, la electrónica consiente que el motor sea mucho más audible en el interior y claro, cuando tienes un V8 biturbo rugiendo justo detrás de tu cabeza, eso significa que vas a deleitarte con una sinfonía de primer nivel. En este sentido, el nuevo bloque de 4.0 litros de McLaren no defrauda en absoluto y tampoco lo hace por su empuje. Sí, ya sabíamos que desarrollaba 620 caballos de potencia a 7.500 vueltas y que entregaba un par máximo de 64,3 kilográmetros desde las 5.500, pero siguiendo con la comparación del 720S –que pude conducir el mismo día– no notas que te faltan 100 caballos en este GT, en absoluto. Sólo si aceptas la comparación entre este motor y los de Ferrari, Porsche o Mercedes-AMG de potencias similares, cabe apuntar algunas fases de turbolag algo más acusadas, una elasticidad algo inferior y un consumo más disparatado si cabe. Estas áreas de mejora, reales aunque sutiles, son camufladas también en buena parte por la rapidísima transmisión de doble embrague. Y es que el GT tiene un cambio de marchas, una dirección, un chasis y un equipo de frenos tan exquisitos en su funcionamiento, que incluso son capaces de dejar en evidencia a un propulsor como éste, que no imprime un empuje colosal en términos absolutos.
Mentalidad ganadora
En definitiva, McLaren ha llegado por la puerta grande a este segmento con un GT que realmente aporta un extra de deportividad y placer de conducción entre una serie de rivales muy rápidos, esbeltos y sofisticados pero que carecen de unos órganos tan superdotados como los suyos, la mayoría derivados de la competición. Y es que los tiempos cambian pero a menudo, la esencia permanece. Cuando Bruce McLaren fundó esta marca en su grasiento y deslavazado taller de equipo de carreras, el Real Madrid ganaba Copas de Europa con Di Stéfano, Gento y una serie de comprometidos futbolistas que sentían el escudo e iban al campo en metro. Ahora, las gana con otros como Gareth Bale a quien le recomendamos este GT porque es el mejor coche de su clase y además, por motivos obvios...
EN EL EXTREMO OPUESTO A SUS ‘LONG TAIL’, MCLAREN HA CREADO UN COCHE MENOS RADICAL Y MÁS COMPLETO QUE NUNCA