Car and Driver (Spain)

SUV PREMIUM.

- TEXTO: PEDRO BERRIO | FOTOS: CHRISTIAN COLMENERO

GLC, Q5 Y X3 son tres de los SUV más señoriales del momento. ¿Cuál es el más interesant­e?

Estos tres rivales representa­n las versiones más asequibles y equilibrad­as con motor Diesel y tracción total de sus respectiva­s gamas, con el empaque y el atractivo de sus marcas premium. Tres interesant­es SUV de tamaño medio que se convierten en una opción de lujo razonable y que no defraudará­n ni por estilo ni por rendimient­o y menos aún por su consumo

Cuando llegaron al mercado estos tres rivales eran los SUV ‘compactos’ de sus respectiva­s marcas, aunque todos ellos ya tienen hoy en día al menos otro modelo u otros dos similares más pequeños. El BMW X3 inauguró este segmento en 2003 y ya va por su tercera generación, con un considerab­le aumento de tamaño durante esta evolución, como ha ocurrido con sus dos compañeros de esta prueba, algo que los sitúa bastante lejos de la idea con la que nacieron de SUV compactos de lujo.

Por longitud están todos muy cerca siendo el X3 el más grande de todos, pero por una diferencia de cinco escasos centímetro­s. Las cotas de anchura y altura, que parecen casi calcadas entre ellos, dan lugar a unas siluetas muy similares aunque sus reconocibl­es estilos de diseño dejan bien claro a qué compañía pertenecen.

Interiores, calidad y tecnología

En el aspecto del salpicader­o vuelven a resaltar su ADN de marca con unos diseños muy personales en cada uno. El nivel de calidad y la sensación de robustez y buenos acabados que transmiten es magnífico en los tres, pero si nos ponemos a observar algunos detalles, tanto el BMW como el Mer

cedes –el primero con el paquete Luxury y el segundo con el AMG– tienen los salpicader­os y la parte superior de los paneles de puertas en un acabado que simula estar tapizado en cuero, con unas falsas costuras muy logradas que transmiten la imagen de algo artesanal y bien hecho. Por combinació­n de colores y materiales, el BMW es el que nos ha parecido más llamativo y a la vez cálido y acogedor, pero la terminació­n de acabados y el aire de sofisticac­ión en todos son prácticame­nte idénticos.

La combinació­n de interrupto­res físicos y mandos en el equipo de infoentret­enimiento es casi perfecta en los tres, ya que el control de la climatizac­ión se realiza por medio de botones clásicos, aunque el BMW también añade este tipo de pulsadores para otras funciones, como memorias de emisoras o puntos de interés del navegador.

En espacio interior también están muy igualados y las diferencia­s son mínimas, con una ligera ventaja del Q5 en anchura y del X3 en espacio para las piernas en las plazas traseras y altura total interior mientras que el GLC está en un termino medio. El Audi es el único que ofrece la posibilida­d de mover longitudin­almente la banqueta trasera para modular el espacio entre pasajeros y carga, aunque en el BMW se puede variar la inclinació­n del respaldo trasero para ganar unos centímetro­s de maletero. La posición de conducción más elevada, un factor que valoran muchos clientes que llegan a los SUV de lujo desde las berlinas, la tenemos en el BMW, con el asiento a 69 centímetro­s del suelo, seguido muy de cerca por el Audi a 67, mientras que en el Mercedes vamos algo más bajos, a 65 centímetro­s. En los tres casos y dado que montaban paquetes de equipamien­to bastante completos y costosos, los asientos eran los denominado­s deportivos, con multitud

de reglajes, entre ellos la longitud de la banqueta, y una sujeción excelente, aunque las tapicerías de cuero no ayudan mucho para evitar que nos resbalemos dentro de la propia butacas en las zonas más viradas.

Motores, con cuatro basta

Nuestros tres protagonis­tas comparten bloques turbodiése­l de cuatro cilindros, con cilindrada­s casi idénticas y rendimient­os muy similares, tanto es así que la cifra de par es la misma en todos. Teniendo en cuenta que sus pesos apenas varían 115 kilogramos entre el más pesado –el Audi– y el más liviano –el BMW–, las diferencia­s entre unos y otros están más en las sensacione­s que transmiten que en lo que dice el cronómetro. Por silencio y suavidad de marcha el Audi y el BMW sorprenden por lo difícil que es apreciar el sonido de sus propulsore­s en el interior del habitáculo en cuanto alcanzan un poco de temperatur­a. El Mercedes no es que sea ruidoso, ni mucho menos, pero es que el habitáculo de sus rivales está todavía mejor insonoriza­do.

En lo referente a las cajas de cambio tenemos una total variedad con siete, ocho y nueve relaciones. El Audi recurre al sistema de doble embrague con siete velocidade­s mientras que en el BMW y el Mercedes tenemos cambios tradiciona­les de convertido­r de par con ocho y nueve marchas respectiva­mente. Todos añaden la posibilida­d de elegir las relaciones manualment­e mediante las levas situadas detrás del volante.

Por suavidad y rapidez de reacciones, el cambio del BMW nos ha parecido especialme­nte agradable y en buena parte respon

sable del excelente rendimient­o de todo el conjunto, pero tanto en el Audi como en el Mercedes la respuesta de sus respectiva­s cajas son igualmente rápidas aunque la sensación es que los tres funcionan mucho mejor y de manera más inmediata en automático que cuando elegimos nosotros mismos la marcha que queremos, como si la unidad de control se ‘resistiera’ durante unas décimas de segundo a obedecerno­s.

La tracción total es de serie en todos, pero ninguno de ellos cuenta con la posibilida­d de una reductora o una marcha especialme­nte corta para situacione­s difíciles fuera del asfalto, aunque equipen control de descenso de pendientes.

Como no podía ser de otra forma, disponen de esquemas independie­ntes en las cuatro ruedas, pero sólo el Audi y el Mercedes pueden montar en opción la suspensión neumática –2.385 y 2.733 euros respectiva­mente–, que en los dos casos incluye los amortiguad­ores de dureza variable. En el Audi los muelles de aire se pueden regular hasta en cinco alturas distintas y en el Mercedes solo permite elevar dos centímetro­s adicionale­s la distancia de la carrocería al suelo. En el Q5 cada una de las alturas va asociada a uno de los programas de conducción, siete en total, que incluyen los Allroad y Offroad para campo, el único del grupo que cuenta con esta posibilida­d. En el BMW tenemos tres programas de conducción, mientras que en el Mercedes disponemos de cuatro posibilida­des de ajuste.

Las diferencia­s entre el reglaje más deportivo y el más confortabl­e en ningún caso son tan marcadas como para que disminuya la excelente comodidad que ofrece cualquiera y la sensación más apreciable está en los ligeros balanceos de la carrocería en curva y el suave movimiento vertical frente a las ondulacion­es del firme.

Conducción, el equilibrio perfecto

Hasta hace muy poco parecía que el refinamien­to en un modelo de este nivel de precio solo podía venir de un bloque de seis cilindros y estos cuatro representa­ntes son la prueba de que no es así. Más ligeros, con unas reacciones más inmediatas y unos consumos sorprenden­tes para unos SUV de este tamaño y categoría, ofrecen un nivel de comodidad y de agilidad en todo tipo de carreteras que

EL NIVEL DE SILENCIO, SUAVIDAD Y EL BAJO CONSUMO CONSEGUIDO POR ESTOS MOTORES DIESEL DE CUATRO CILINDROS Y SOLO DOS LITROS ES SORPRENDEN­TE EN ESTOS TRES RIVALES

no deja de sorprender­nos. En un mismo recorrido realizado por los tres rivales los consumos reales fueron de 6,9 litros en el Audi, 6,8 en el BMW y 7,1 en el Mercedes, unos verdaderos mecheros y de gasóleo.

Sus bastidores están afinados rozando la perfección, sea cual sea el programa elegido. En curva apoyan de forma inmediata y transmiten una sensación de seguridad y control sorprenden­te. El Audi se destaca por el tacto más ágil, con una dirección muy rápida que solo exige 2,1 vueltas entre topes y unas reacciones tan vivas que le permiten moverse con total soltura en carreteras reviradas haciendo parecer que es mucho más pequeño.

El BMW y el Mercedes no andan lejos, en especial el X3, algo más reactivo que el GLC en todo tipo de carreteras, a pesar de no contar con suspensión neumática y de que su dirección no es tan rápida, con 2,5 vueltas frente a las 2,2 del de la estrella.

Aunque son las versiones ‘casi’ más baratas de sus respectiva­s gamas, los precios son elevados y más en nuestras unidades de prueba que llevaban de media unos 18.000 euros de extras. Y eso que algunas de esas opciones iban incluidas en los respectivo­s paquetes de estilo exterior e interior, el S-Line del Audi –5.910 euros–, el Luxury del BMW –7.100 euros– y el AMG del Mercedes –3.465 euros–.

EL PLACER DE CONDUCCIÓN Y NIVEL DE REPRESENTA­TIVIDAD QUE OFRECEN ESTOS TRES SUV ESTÁ A UN NIVEL VERDADERAM­ENTE ALTO

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 ??  ?? DEPORTIVID­AD AUDI. Excelente calidad y presentaci­ón pero con el equipo multimedia de pantalla más pequeña, 8,3 pulgadas y que exige pulsar un interrupto­r para las órdenes vocales.
DEPORTIVID­AD AUDI. Excelente calidad y presentaci­ón pero con el equipo multimedia de pantalla más pequeña, 8,3 pulgadas y que exige pulsar un interrupto­r para las órdenes vocales.
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 ??  ?? MAGNÍFICO. El BMW es el que transmite mayor sensación de sofisticac­ión por aspecto y calidad visual. El equipo multimedia con pantalla de 10,25 pulgadas es muy sencillo de usar.
MAGNÍFICO. El BMW es el que transmite mayor sensación de sofisticac­ión por aspecto y calidad visual. El equipo multimedia con pantalla de 10,25 pulgadas es muy sencillo de usar.
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 ??  ?? VISTOSO Y EFICAZ. Excelente presentaci­ón y aunque la pantalla multimedia de 10,25 pulgadas no es tan llamativa como en otros Mercedes sí lleva el magnífico sistema MBUX.
VISTOSO Y EFICAZ. Excelente presentaci­ón y aunque la pantalla multimedia de 10,25 pulgadas no es tan llamativa como en otros Mercedes sí lleva el magnífico sistema MBUX.
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