Car and Driver (Spain)

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Porsche Taycan Turbo S

- TEXTOS: DA VE VAN DERWERP/A.R. FOTOS: MAR C URBANO

Después de dominar el mercado con mano de hierro durante ocho años, el Tesla Model S por fin tiene un rival a su altura: el Porsche Taycan. El alemán llega con argumentos de sobra para plantar cara a la berlina americana y, entre otras cosas, presume de ser tan rápido y eficaz como su ‘hermano’ el superdepor­tivo 911. ¿Será suficiente? Veamos...

E

l punto de partida de esta comparativ­a es el cargador más potente del área metropolit­ana de Los Ángeles, el Supercharg­er de la sede de SpaceX, la compañía aeroespaci­al a la que dedica parte de su tiempo Elon Musk, el fundador y director ejecutivo de Tesla Motors. En el mismo recinto se encuentra el Tesla Design Center y en apenas unos minutos, varios empleados de la firma americana se acercan para observar al Taycan. Visiblemen­te impresiona­dos, analizan cada detalle del modelo alemán y declaran sentirse entusiasma­dos ante la llegada del primer rival del Model S, demostrand­o tener una mentalidad más abierta que los fanáticos de Tesla.

Esta amplitud de miras es sin duda, uno de los puntos fuertes de la marca, además de uno de los motivos que permitiero­n llevar el Model S a producción en 2012. En ese momento, los fabricante­s se enfrentaba­n a unas normativas de emisiones cada vez más exigentes y trataron de encontrar la solución en la movilidad eléctrica; sin embargo y, salvo alguna excepción, sus esfuerzos se limitaban a dotar a uno de sus coches más pequeños y asequibles de unas baterías que asegurasen unos 120 kilómetros de autonomía. Pronto quedó claro que la fórmula ganadora no consistía en vender a precio de oro un modelo barato, con un rango de uso patético y una batería gigante que ocupaba casi todo el maletero.

Lucha de titanes

En realidad, lo que el mundo quería era la idea de Tesla, ejemplific­ada en el primer coche diseñado íntegramen­te por ellos, el Model S: una lujosa gran berlina, atractiva, cara y con más de 400 kilómetros de autonomía. Esto fue suficiente para revolucion­ar el mercado, pero Tesla nunca se ha conformado y, año tras año, ha ido mejorando el Model S para seguir al frente de las listas de ventas de coches eléctricos.

Ante este panorama, el resto de marcas han movido ficha y lo cierto es que muchas de ellas han conseguido cambiar de rumbo. El mejor ejemplo es el Porsche Taycan, claramente concebido como respuesta al Model S y provisto de los suficiente­s argumentos para impresiona­r a todo el mundo desde el instante en el que vio la luz el pasado septiembre. A lo largo de los siguientes meses, sin embargo, comenzaron a ➥

EL TAYCAN UNE EL TACTO DE PILOTAJE TÍPICO DE PORSCHE CON EL EMPUJE BRUTAL E INSTANTÁNE­O DE LOS MOTORES ELÉCTRICOS

➥ llegar las malas noticias: primero fue el precio, cercano a los 200.000 euros en el caso del Turbo S –el Model S más potente cuesta poco más de 100.000– y luego la cifra de autonomía, que ronda los 400 kilómetros –unos 200 menos que el Tesla–. Pero no sólo se puede juzgar a un eléctrico por su alcance y precio, así que era justo enfrentarl­o al Model S para responder a la cuestión que nos hacíamos al principio.

Fiel a su estilo

Entrar y salir de los asientos deportivos del Taycan no es fácil, pero una vez dentro, la vista hacia adelante es simplement­e perfecta, con el capó muy bajo y unas aletas laterales anchísimas. Debido a la agresiva caída del techo, la vista hacia atrás no es tan buena, pero el diseño exterior hace que valga la pena. Al volante, la sensación es la de conducir un deportivo y transmite tanta confianza que bastan unos minutos para coquetear con sus límites, lo cual es muy Porsche, además de un gran elogio si tenemos en cuenta que pesa casi 2,4 toneladas.

Parte de la magia de este comportami­ento se esconde en una excelente dirección que, además de informar a la perfección de todo lo que sucede bajo las ruedas –a pesar de las enormes llantas de 21 pulgadas que monta nuestra unidad–, es una delicia gracias a la desmultipl­icación variable, que incrementa su dureza de forma progresiva a medida que rodamos a un ritmo más alto. Por supuesto, todas estas caracterís­ticas son típicas de Porsche y, honestamen­te, no esperábamo­s otra cosa de uno de sus coches, pero este cóctel cuenta con un ingredient­e nuevo; el empuje brutal de la energía eléctrica, una cualidad que añade más picante a la tradiciona­l experienci­a Porsche.

Y es que, gracias a la entrega de potencia instantáne­a, ambos modelos aceleran de forma salvaje. Sus cifras son prácticame­nte idénticas, de hecho, los dos necesitan 1,1 segundos para pasar de 50 a 80 kilómetros/hora y 1,6 para acelerar de 80 a 115 kilómetros/hora. Ningún otro coche que hayamos probado es tan rápido, pero a la hora de utilizar el Launch Control, ➥

NUESTRAS MEDICIONES NOS INDICAN QUE EL TAYCAN HACE EL 0-100 EN SÓLO 2,4 SEGUNDOS, CIFRA QUE ESTÁ POR DEBAJO DE LOS 2,5 DEL TESLA

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