Bienvenido a España
La llegada del Camry a España abre una seria duda a los que buscan una berlina con un tamaño y una calidad a un paso de las premium, y con un precio de venta realmente atractivo… Sin olvidarnos de la etiqueta ECO que luce en su luneta delantera
Aunque las apariciones del Camry en nuestro país hayan sido meramente anecdóticas en su historia, nos encontramos ante una de las berlinas más vendidas en el mundo, que en esta su octava generación llega con la misión de reemplazar al Avensis, que dejó de fabricarse en 2018. La trayectoria del Camry cuenta con hitos de lo más curioso, como que su primera generación –1979– estaba basada sobre el deportivo Celica, sí has leído bien, aunque no llegó a comercializarse en España.
Para ponernos en contexto, este modelo deriva del Lexus ES, automóvil con el que comparte gran parte de su mecánica, es algo así como un Lexus ‘low cost’, que emplea el mismo esquema híbrido del citado modelo pero que ha sido convenientemente ‘abaratado’ en acabados y presencia en general para poder posicionarse como una de las berlinas grandes más económicas del momento, pues por poco más de 30.000 euros accedemos a un verdadero vehículo de representación, con un espacio interior que lo sitúa entre los tres mejores del segmento D y con un tren motriz híbrido que nos permite disponer hasta de etiqueta ECO.
Estética muy particular
La presencia es una de las mejores cualidades del Camry, su carrocería, especialmente el frontal multilámina resulta llamativo tanto por su propio diseño como por lo poco visto que está. El interior es muy japonés –que no soso–, incluso en el acabado superior Luxury –el elegido para nuestro test– prevalecen unos materiales firmes pero de presencia discreta, disponiendo hasta de tapicería de piel en unas butacas grandes y ➥
➥ muy cómodas, que ofrecen hasta función masaje. Por su parte el banco trasero es regulable en inclinación en este acabado superior, lo que reduce la capacidad del maletero en 25 litros, dejándolo en unos funcionales 500 litros que sin ser un dato brillante sí nos parece suficiente. También tenemos detalles más modestos, sobre todo en lo referente al equipo multimedia, con una pantalla central de sólo ocho pulgadas y un cuadro de relojes que mezcla dos grandes esferas analógicas para velocímetro y cuentavueltas con una pantalla central digital para la información de viaje y para el tipo de funcionamiento que hace en cada momento el esquema híbrido..
Homenaje a su espacio
Sin duda el espacio interior disponible es una de sus mejores cualidades, tanto delante como detrás las cotas son excepcionales y sólo podría ser superado por el Skoda Superb, un vehículo que calca en longitud los 4,87 metros que mide el nipón. El nivel general de acabados es correcto excepto en zonas menos visibles como el maletero, donde el tapizado es mejorable y la boca de carga elevada y algo justa.
Mecánicamente contamos con el tradicional esquema híbrido de la marca, que en este caso recurre a una batería de metal hidruro, como en las primeras generaciones híbridas de la firma. El propulsor térmico es un cuatro cilindros con distribución variable que genera 178 caballos que pueden funcionar en solitario o junto a los 120 caballos eléctricos, alcanzando una potencia conjunta de 218 caballos. El motor eléctrico también puede mover por si sólo el Camry, aunque con una autonomía muy reducida.
El tacto de conducción es el tradicional en los híbridos de Toyota de primera generación; el coche anda, porque las cifras están ahí, y tanto en aceleración como en recuperaciones es francamente brillante, pero el cambio de marchas amortigua cualquier tipo de agilidad que podamos percibir. Su funcionamiento es equivalente al de un variador continuo con el que efectivamente el coche demuestra ser rápido pero generando un elevado grado de sonoridad interior.
En carretera prevalece el confort sobre cualquier otra cualidad, especialmente en autopista, y en ciudad pese a medir casi cinco metros se desenvuelve con cierta soltura, saliendo a relucir la suavidad y progresividad del cambio en este entorno. Quizá nos encontramos ante el coche perfecto para servicio de flotas con conductor.