Jeep Renegade 4Xe.
todoterreno de acceso de El popular Jeep estrena una motorización híbrida enchufable con la que consigue la etiqueta 0 de la DGT.
Cando el Jeep Renegade vio la luz en 2014, consiguió conectar mejor que nadie la ciudad con el todoterreno. Ahora, este pequeño todocamino va un paso más allá y recurre a un sistema híbrido enchufable para mejorar su condición de urbano y potenciar sus capacidades off road.
Esta variante electrificada, la primera que comercializa Jeep en nuestro mercado, se denomina 4Xe y llega con dos niveles de potencia: 190 y 240 caballos. En ambos casos, el conjunto híbrido está formado por un bloque de gasolina 1.3 Turbo que desarrolla 130 caballos en la versión menos potente y 180 caballos en la más capaz, una batería de 11,4 kilowatios/hora de capacidad que asegura una autonomía eléctrica de 50 kilómetros y dos motores eléctricos, uno de 60 caballos que mueve las ruedas traseras y otro acoplado al propulsor de combustión que únicamente actúa como generador/arrancador.
Una caja de cambios automática de seis marchas transmite la potencia a las cuatro ruedas motrices y un selector de modos de conducción permite escoger entre los programas Hybrid, Electric y E-Save, que sirve para preservar la autonomía eléctrica.
El primero es el más aconsejable para el uso cotidiano porque gestiona de manera automática el sistema híbrido para reducir el gasto de combustible y ofrecer el mejor rendimiento en cualquier circunstancia, de manera que, dentro de la ciudad, funciona la mayor parte del tiempo en modo eléctrico, mientras que si se demanda más potencia, por
ejemplo, en una incorporación a la autovía, entra en juego la mecánica de combustión para unir fuerzas con la eléctrica.
En los tres modos, el 4Xe es tan fácil de conducir como el resto de Renegade, pero resulta más agradable y, sobre todo, más capaz en todos los escenarios. Primero porque el confort de marcha es más elevado, con un silencio de rodadura total la mayor parte del tiempo y, segundo, porque se mueve con más soltura, brindando aceleraciones instantáneas gracias a la entrega de potencia inmediata del motor eléctrico, así como unas recuperaciones magníficas en carretera, todo ello con un consumo medio real de unos 4 litros/100 kilómetros, siempre y cuando se cargue la batería a menudo, ya sea en un enchufe doméstico de 2,3 kilowatios/hora o en un wallbox de 7,4 kilowatios/hora.
Sigue siendo un Jeep
Por otro lado, la tracción total y sus buenas cotas todoterreno –más aún en el Trailhawk–, le permiten mantener el ADN ‘campero’ de la marca americana; de hecho, es todavía más eficaz que sus hermanos con motor térmico porque dispone de más par a bajas vueltas, por lo que puede presumir de ser el SUV urbano más capaz fuera del asfalto
Es, por tanto, una de las opciones más interesantes de su categoría, pero también una de las más caras, si bien, gracias a las ayudas actuales para cambiar de coche, como el Plan Moves, su precio de partida puede reducirse hasta unos 34.000 euros.