Prueba a fondo: Ford Kuga.
Tiene todos los ingredientes para ser uno de los ‘SUVperventas’ del momento.
Titulábamos el artículo en el que te presentábamos el nuevo Kuga como “A la tercera va la vencida”. Es verdad. Esta tercera generación del todocamino tiene todo lo necesario para situarse entre los más vendidos del mercado. Nada más verlo en persona sabes que estás ante un coche top, que va a cubrir todas tus expectativas. Quizá lo que menos llama la atención de todo el conjunto es el diseño, más impersonal que el del primigenio Kuga de 2008, que no tuvo réplica en ningún otro Ford.
Extraordinario
El Kuga se ha vuelto señorial y ha dejado de lado los rasgos deportivos con los que lo conocimos. Sus formas redondeadas, con notas de los Fiesta y Focus, camuflan muy bien el incremento de tamaño. No parece que sea casi ¡20 centímetros más largo que el primer Kuga y alrededor de 10 más que el segundo! Estas mayores dimensiones repercuten directamente en la habitabilidad, ya que todos los pasajeros gozan de espacio para su confort. Especialmente significativa es la amplitud que existe en las plazas traseras. El maletero, de formas regulares, sigue quedándose un poco por detrás de la media, con ‘sólo’ 475 litros. Pero hay truco: este volumen se consigue con la banqueta trasera en su posición más retrasada. Ésta tiene la posibilidad de desplazarse 145 milímetros hacia delante, por lo que ➥
el maletero alcanza 645 litros a costa de dejar prácticamente sin espacio a los pasajeros adultos. Para que te hagas una idea de su capacidad, un Skoda Kodiaq es ocho centímetros más largo y ofrece 650 litros con cinco plazas ó560 con siete asientos. El Kuga sólo está a la venta con cinco plazas y sin 4x4. En el caso de la versión híbrida enchufable PHEV, el cofre reduce su volumen a 411 litros.
Un poco más de ‘chicha’
En el habitáculo, descubrimos un ambiente que nada tiene que envidiar al de modelos más sofisticados y caros. La práctica totalidad de la consola y el salpicadero están rematados en un plástico blando muy agradable al tacto y el conductor tiene a su disposición dos pantallas: la del cuadro de mandos, cuya personalización se limita a variar las vistas en función del programa de conducción elegido, y la del infotainment, que alabamos una vez más por lo bien que funciona –es idéntica a la de los Fiesta, Focus, Puma…–. La primera es de 12,3 pulgadas y la segunda de ocho pulgadas. Existe la opción de añadir una tercera por 500 euros: la del Head Up Display, que recomendamos instalar porque reduce las distracciones.
En cuanto a la motorización Diesel de 150 caballos de nuestra unidad, recurre a la microhibridación para lograr la etiqueta Eco. Un propulsor ruidoso en el exterior y silencioso en el interior. Para que apenas se perciba su rumorosidad y cualquier sonido aerodinámico en general, el Kuga incluye un extra de material fonoabsorbente y hasta ventanillas laterales dobles. Volviendo al propulsor, no es muy brillante para la cilindrada y la potencia que anuncia y solemos echar en falta algo más de ‘garra’. La capacidad de retención es nula y pierde velocidad muy rápidamente para cargar la batería del sistema de 48V. El consumo mixto sí es contenido y ronda los 5,5 litros a los 100.
En marcha, el Kuga es un SUV agradable de llevar, ya sea por autopista como por cualquier carretera revirada de la geografía española. Tiene una pisada firme, contundente que, además, consigue camuflar su exceso de peso. En una conducción más deportiva y en cambios de apoyo sucesivos sí que se muestra más torpe, pero el eje delantero trabaja de forma sensacional para que el todocamino entre por donde le indicamos, con un eje trasero bastante obediente.