Reinventar la emoción
La historia reciente de Seat ha corrido paralela a la de CAR AND DRIVER pero ha habido un modelo que ha marcado las últimas dos décadas de la marca española: el León. El coche que lo cambió todo
Su lanzamiento en 1999 supuso la entrada de Seat en el segmento de los compactos y consiguió que conceptos como el diseño, la calidad o la tecnología fuesen algo destacado en un modelo de la firma española. Un año más tarde se presentaba el nuevo eslogan de la marca, ‘Autoemoción’, una palabra que definía la imagen que se quería dar al fabricante español y que encajaba a la perfección con el modelo que iba a transformar la percepción de la marca en todo el mundo.
Dos décadas de innovación
Desde su primera generación el León fue un perfecto escaparate de esa transformación de Seat, tanto por su diseño como por su tecnología, además de mostrar un nivel de calidad por encima de la media de su segmento. Motores de hasta 180 caballos o tracción a las cuatro ruedas marcaron la diferencia del León con sus numerosos competidores para convertirlo rápidamente en un verdadero éxito, además de un referente por su excelente relación calidad-prestaciones-precio. Las siguientes generaciones no hicieron más que reafirmar el éxito de aquel primer León, con elementos distintivos como sus puertas traseras ‘camufladas’ o haber sido el primer compacto que, por ejemplo, equipó tecnología de faros Full Led.
Ahora se acaba de estrenar la cuarta entrega de esta exitosa historia con una nueva forma de entender esos valores de calidad, tecnología, deportividad y sostenibilidad con su versión híbrida enchufable. Nada menos que 64 kilómetros de autonomía totalmente eléctrica y unos consumos sorprendentes cuando funciona en modo híbrido, que le permiten una autonomía de hasta 800 kilómetros con sus dos modos de propulsión. Y ha vuelto a ser pionero al convertirse en el primer Seat 100% conectado.