Hyundai i30.
Mínimos cambios estéticos, mejoras en equipamiento y las nuevas versiones híbridas de 48V con etiqueta ECO configuran la actualizada gama i30, en el que la deportividad sigue presente con el N Line
Parece un modelo nuevo, pero es un rediseño.
El i30 ha logrado hacerse un hueco entre los mejores compactos del mercado con la calidad y el comportamiento como mejores argumentos; argumentos que ahora afianza aún más introduciéndose de lleno en el mundo de la hibridación ligera de 48V y enriqueciendo su equipamiento con las últimas novedades del segmento. El i30 vio la luz en 2007 y ya en su momento fue considerado como uno de esos modelos estratégicos gracias a los cuales una firma pone un nuevo rumbo en su línea de mercado, en concreto una apuesta por la calidad.
Estéticamente los cambios actualizan algo la imagen, con nuevos paragolpes delantero y trasero, parrilla frontal de mayor tamaño y grupos ópticos rediseñados por la iluminación 100% led. La mayor novedad llega de la mano del Acabado N Line, que ahora además es compatible con las tres carrocerías disponibles: compacto, Fastback y Wagon. Este acabado introduce elementos como una nueva rejilla delantera negra, doble salida de escape posterior, llantas exclusivas y elementos interiores como volante deportivo grueso y mullido, pomo de cambio exclusivo y pedalier en aluminio.
En el interior la calidad es buena, como hemos dicho en otros modelos de la marca, por encima de muchos modelos europeos generalistas, introduciendo además novedades como un cuadro de marcadores con una pantalla de siete pulgadas y otra central táctil multimedia de 10,25 pulgadas que no supone la desaparición de los botones físicos, mucho más rápidos e intuitivos en su manejo.
Objeto muy deseado
Sin modificaciones en sus cotas de habitabilidad, que se encuentran en la media de su segmento, sigue convenciéndo
nos por su comportamiento y su buen rodar sobre el asfalto. Nuestra toma de contacto sobre una versión gasolina N Line de 159 caballos con cambio automático de doble embrague no ha hecho sino recordar las buenas sensaciones que ya teníamos de este coche. Se trata de un automóvil ágil y que trasmite una elevada sensación de confianza al conductor, pero sin caer en extremismos e incomodidades. Destaca el empuje constante del motor, sobre todo en modo Sport de conducción, apoyado además por un cambio fulgurante en su funcionamiento y capaz de mantener siempre la aguja del cuentavueltas en la zona más útil del bloque. El conjunto lo completa un esquema de suspensión de los que cuesta trabajo encontrar en este segmento, con un paralelogramo deformable posterior que logra un equilibrio excepcional entre el rigor en las respuestas y la comodidad de viaje en el interior. Como colofón, en su lanzamiento podemos rondar los 8.000 euros de descuento gracias al plan Renove y las campañas disponibles por financiación, usado…