Jeep Gladiator.
La imagen del Wrangler siempre ha estado asociada al ocio y la aventura, pero ahora se convierte en un ‘trabajador’ de lujo bajo la denominación Gladiator. ¿Tu próximo socio?
Un pick up que mide ¡más de cinco metros!
En 1947 el mítico Willys ya tenía una versión pick-up, pero el nombre Gladiator no llegó a la gama Jeep hasta 1962 con otro modelo de este tipo. Ahora por primera vez en la historia, llega a Europa un Jeep con caja descubierta, una configuración pensada para el trabajo, pero a la que Jeep le ha dado otro carácter muy distinto.
El Gladiator aprovecha muchos elementos del Wrangler cinco puertas, pero la distancia entre ejes crece 48 centímetros y la longitud hace lo propio 72 centímetros. La caja tiene 1,53 metros de largo y una anchura máxima de 1,44, con una capacidad de carga de 613 kilogramos. Por dentro el ‘ambiente’ Wrangler se mantiene con el mismo salpicadero y el completo equipamiento que ya conocemos en la última evolución del más mítico de los Jeep.
Solo Diesel
El único motor disponible para el Gladiator es el V6 Diesel que hasta hace muy poco se empleaba también en la anterior generación del Grand Cherokee y en los Maserati de gasóleo, aunque con algo más de potencia. Este bloque va acoplado a un cambio automático de ocho relaciones con el sistema de tracción total que permite circular en tracción trasera o total en asfalto, gracias a su diferencial central bloqueable, y reductora. El chasis es de largueros y travesaños y la suspensión de eje rígido con muelles. El Gladiator emplea los mismos ejes reforzados del Wrangler Rubicon aunque esta versión no está prevista que llegue a Europa en la carrocería de este pick-up, por lo que tampoco equipa los bloqueos
de diferencial delantero y trasero ni el sistema de desconexión de las estabilizadoras, que aumenta el recorrido libre de la suspensión, o los neumáticos de campo.
Preparado para todo
La toma de contacto que pudimos realizar fue en un complicado circuito todoterreno y con un Gladiator equipado con neumáticos de carretera. El excelente rendimiento a muy bajas vueltas del motor y la combinación con el cambio automático obran maravillas en este terreno. La longitud de este Jeep y su voladizo trasero exigen calcular bien a la hora de afrontar algunos obstáculos pero lo cierto es que fue capaz de pasar ‘sin tocar’ por zonas en las que no parecía que lo consiguiera. En el frontal lleva una cámara que se activa desde la pantalla del sistema multimedia y es una excelente ayuda en campo extremo. El Gladiator está a la venta en dos acabados, Overland y Launch Edition, este último con el equipamiento máximo que incluye todas las opciones.