Car and Driver (Spain)

JUEGO DE TRONOS

- TEXTO: ÁLVARO RUIZ FOTOS: CHRISTIAN COLMENERO

El nuevo Hyundai Tucson llega cargado de argumentos para disputar el trono del segmento SUV compacto al todopodero­so VW Tiguan, recién actualizad­o para seguir dominando el mercado con mano de hierro. La batalla entre juventud y veteranía está asegurada

Corría 2004 cuando Hyundai decidió ampliar su por entonces escasa gama con el Tucson. Volkswagen se tomó tres años más para lanzar el Tiguan. En ese momento, los monovolúme­nes y las berlinas gozaban de una gran popularida­d y apenas se escuchaba hablar de SUV, así que es razonable decir que ambos fabricante­s fueron unos pioneros, tomando la determinac­ión de adentrarse en el segmento de los todocamino­s compactos antes que la mayoría. Eso sí, en esa época las dos compañías jugaban en ligas diferentes y el alemán era sencillame­nte mejor en todo, por lo que enfrentar a esas primeras generacion­es del Tucson y el Tiguan no habría tenido ningún sentido, a pesar de que militaban en la misma clase.

Pero las cosas han cambiado mucho a lo largo de estos años, tanto que Hyundai se ha convertido en una de las marcas más populares en nuestro país, dando tal salto hacia delante –en todos los sentidos– que se ha ganado el derecho de mirar de tú a tú a los de Wolfsburgo.

Prueba de ello es la cuarta generación del Tucson, que vio la luz hace apenas ➥

unos meses mejorando en todo a su predecesor y marcando un antes y un después para la firma coreana. No en vano es su gran apuesta para seguir ganando terreno en un mercado europeo dominado, hoy por hoy por los todocamino­s. Evidenteme­nte, no será tarea fácil, pero cuenta con multitud de recursos para convertirs­e en uno de los SUV compactos más vendidos y poner en serios aprietos a los ‘cocos’ del segmento, entre los que figura el Volkswagen Tiguan.

La actual es la segunda entrega del alemán y llegó en 2016, hace ya cinco años, por lo que podemos considerar­lo todo un veterano, si bien ha sido renovado recienteme­nte para poner al día su diseño, incorporar más tecnología y ampliar la oferta mecánica con alternativ­as electrific­adas, en concreto con una mecánica híbrida enchufable de 245 caballos con la etiqueta CERO de la DGT. Volkswagen, sin embargo, no ha considerad­o oportuno ofrecer el Tiguan con propulsore­s microhíbri­dos como los que monta su pariente cercano el Golf o, sin ir más lejos, el Hyundai Tucson de este cara a cara, beneficián­dose de un distintivo medioambie­ntal ECO del que no disfruta el alemán. Y no es que la gama de motores del Tiguan sea precisamen­te escasa, pero comparada con la del Tucson es menos variada, dado que el coreano puede montar bloques Diesel, gasolina, microhíbri­dos –también Diesel y gasolina–, híbridos convencion­ales y un híbrido enchufable de 265 caballos.

Lo justo y necesario

Más allá de la hibridació­n ligera, los bloques de nuestros protagonis­tas presentan numerosos parecidos y en la práctica también son muy similares. Gracias al turbo, entregan la potencia a un régimen temprano y mueven con soltura a estos dos SUV de

tamaño compacto. Sus 150 caballos son bastante para mover bien ambos conjuntos y desenvolve­rse sin problemas casi en cualquier situación; quizá, a plena carga, se pueda echar en falta algo más de músculo para hacer frente a repechos pronunciad­os o adelantami­entos, pero lo cierto es que tienen potencia suficiente, sobre todo, si tenemos en cuenta que pesan poco más que un compacto convencion­al, puesto que se mueven en la barrera de los 1.500 kilos. Además, el buen funcionami­ento de sus cambios automático­s de doble embrague, tan rápidos como suaves, hacen que sean muy fáciles y agradables de conducir, ya sea en un puerto de montaña o al maniobrar.

Por otro lado, al no tratarse de motores excesivame­nte potentes, es posible lograr un consumo de combustibl­e razonable, teniendo en cuenta el tamaño y espacio que ofrecen los dos coches. A pesar de que el Tucson cuenta con la ayuda de un sistema híbrido de 48 voltios y pesa unos kilos menos, es algo más gastón que el de Wolfsburgo. Circulando al ritmo del tráfico, es decir, sin abusar del acelerador y en un recorrido mixto, arrojó un gasto de 8,1 litros/100 kilómetros, mientras que el Tiguan se conformó con 7,4 litros/100 kilómetros en el mismo trayecto. A cambio, y más allá de la ventaja de la citada etiqueta ECO, la mecánica del Tucson es más silenciosa que la del Tiguan o al menos da la sensación de que el Hyundai está mejor insonoriza­do.

En cualquier caso, ambos ofrecen un nivel de refinamien­to elevado y son muy confortabl­es, tanto en ciudad, donde sus medidas no son un problema, como en carretera. En este último escenario sale a relucir el buen trabajo ➥

que han hecho los dos fabricante­s con sus respectiva­s puestas a punto, principalm­ente con las suspension­es, en las que recae gran parte del mérito de que sean coches muy cómodos, incluso si hablamos de la del Tiguan, más dura por ser la del acabado deportivo R Line. El Volkswagen, eso sí, se desmarca al hablar de la dirección porque resulta más directa y no está tan filtrada como la del Tucson. También tiene una postura de conducción más cómoda, aunque los dos están bien resueltos en este sentido; en el Volkswagen se va sentado un poco más abajo y los asientos de esta terminació­n envuelven mejor el cuerpo.

Infatigabl­e

Está claro que lo de ser uno de los veteranos de la categoría no es un inconvenie­nte para el Tiguan. Y al margen de que siga siendo una de las referencia­s del segmento en lo que a comportami­ento se refiere, tampoco se queda

atrás en el resto de cuestiones, como la calidad interior, incluso comparado con este Tucson, notablemen­te mejor rematado que su predecesor, pero un paso por detrás del alemán, acabado con materiales de mejor factura.

Lo mismo se puede decir de la tecnología. Con su última actualizac­ión, el Tiguan ha ganado en conectivid­ad y asistentes a la conducción, poniéndose al nivel del Tucson, que puede presumir de ser uno de los SUV con mejor equipamien­to/precio de su clase. Al fin y al cabo, no hay que olvidar que este factor es determinan­te a la hora de comprar un todocamino y en este caso, el Tucson gana por goleada porque su tarifa base, con este equipamien­to Tecno casi tan completo como el R-Line del Volkswagen, es casi 7.000 euros más barata y, además, luce la etiqueta ECO, decisiva en caso de circular –y aparcar– con frecuencia por el centro de las grandes ciudades…

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VOLKSWAGEN TIGUAN 1.5 TSI
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Los dos apuestan por la tecnología led en todas sus luces, pero el Tiguan es el único dotado con faros principale­s matriciale­s –serie–, muy útiles para conducir de noche sin deslumbrar a otros usuarios de la carretera. TUCSON 1.6 TGDI HYUNDAI
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En el interior de ambos destacan las enormes pantallas centrales, muy fluidas en los dos casos, y la instrument­ación digital, que es más personaliz­able y vistosa en el Tiguan, que también es el único con techo solar de serie.
DIGITALES. En el interior de ambos destacan las enormes pantallas centrales, muy fluidas en los dos casos, y la instrument­ación digital, que es más personaliz­able y vistosa en el Tiguan, que también es el único con techo solar de serie.
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 ??  ?? AMBOS CUENTAN CON MALETEROS GIGANTES Y MUY APROVECHAB­LES POR LA LIMPIEZA DE SUS FORMAS
AMBOS CUENTAN CON MALETEROS GIGANTES Y MUY APROVECHAB­LES POR LA LIMPIEZA DE SUS FORMAS
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