El diseñador se inspira fuertemente en el mundo del cine
Ramy Fischler tiene una obsesión: no repetirse nunca. Un gusto por la experimentación que adquirió en el ENSCI, la escuela parisina de diseño de la que se graduó en 2004, y que luego maduró trabajando con Patrick Jouin. Estos años de práctica completa le guiaron cuando fundó su estudio en 2011. A partir de entonces, mucho antes de la formalización de los espacios y objetos que crea, centra su enfoque en el valor del uso: anticiparse a las prácticas del mañana, definir las bases y la utilidad de cada proyecto, construir los ecosistemas que lo hagan efectivo se han convertido en requisitos previos en su práctica: para Ramy el diseño debe tener sentido.
Este belga, que se instaló en París en 1998 y fue huésped de la Villa Medici de Roma, se siente tan a gusto con los proyectos pragmáticos como con los más conceptuales.
En todos los casos, se inspira fuertemente en el cine, un medio que le fascina, y ejerce su profesión como si de un realizador se tratara. La ficción y el trabajo colaborativo son, de hecho, los pilares de su planteamiento. De estos proyectos de ordenación y decoración para particulares o restaurantes nacen muebles que autoedita y expone en galerías. También diseña objetos híbridos que expresan su posición abierta sobre los límites de las disciplinas; una reflexión iniciada cuando era profesor en Le Fresnoy con su proyecto “L’image éclaire”, que establece el vínculo entre imagen y cine. www.maison-objet.com/es.