El sofá ideal: calidad, diseño y funcionalidad
La decoración de un hogar empieza en el sofá. A su alrededor orbitan todos los elementos que componen el salón y es la pieza más importante de la casa. Para escoger el sofá ideal se necesitan tres criterios que se cumplen con una oferta amplia y variada: calidad, diseño y una gran funcionalidad. El salón es el espacio de la casa que reúne más funciones. Por eso, se trata del más apreciado por la familia, donde se reúnen los miembros para charlar, descansar, picar algo, leer, navegar por Internet o ver la televisión. Es el lugar que identificamos con sensaciones positivas de relax, que añoramos cuando estamos de viaje o después de una jornada laboral intensa.
La decoración acertada del salón es esencial para conseguir que funcione a la perfección, tanto si estamos solos como en familia o con visitas. IKEA sabe lo importante que es el sofá y por esa razón dispone de una oferta de producto adecuada, pensando en él como centro de gravedad del salón, con criterios orientados a la calidad y la resistencia. Entre las novedades presentadas en el nuevo catálogo de IKEA se encuentran el sofá cama FLOTTEBO (arriba), un modelo que resulta igual de cómodo tanto para sentarse como para recostarse o tumbarse. El modelo de 120 cm, tapizado en gris oscuro, cuesta 549 €. A la izquierda, modelo LANDSKRONA, donde se ha cuidado cada detalle, desde asientos abotonados hasta fundas para las patas a juego. El modelo de tres plazas se encuentra por 499 €.
Una elección decisiva
El sofá es el eje de los elementos que conforman el salón y, por eso, su elección condiciona todo lo que lo acompaña posteriormente. Las dimensiones, la configuración, los tejidos y el diseño del sofá son los primeros elementos que debemos considerar cuando llega el momento de escoger el modelo más adecuado.
¿Cómo asegurarnos de una buena elección? Lo más fácil es acudir a una empresa especializada que posea una gama de modelos amplia y diversa. Los sofás de IKEA presentan versiones de diseño clásico junto a modelos de respaldo alto, con chaise longue, en esquina, tapizados con fundas textiles de calidad desenfundables o de piel. Es fácil encontrar un sofá que se adapte a nuestros gustos y necesidades, teniendo en cuenta que todos se presentan en dimensiones componibles muy flexibles.
Calidad para muchos años
Calidad, diseño variado y funcionalidad son los tres requisitos de un buen sofá. La calidad del sofá está en relación directa con el confort y la durabilidad que proporciona. Es muy importante que esté fabricado con estructura robusta de madera y relleno que se adapte al cuerpo, y que recupere la forma cuando nos levantamos. Debe ser amplio, con espacio de asiento que acoja la parte superior de la pierna. Los almohadones deben ser firmes y mullidos. IKEA cumple estos requisitos ya que la amplia gama de modelos que presenta, se realiza con estructuras reforzadas de madera maciza y tres tipos de relleno: viscoelástica, espuma de alta densidad y de alta resiliencia. Al mismo tiempo, son desenfundables y se presentan en gran variedad de formatos. Están pensados a prueba de niños y también de siestas prolongadas. Y, además, la calidad de estos sofás viene avalada por una garantía de diez años. Vale la pena visitar la página de sofás de la web de IKEA para comprobar la diversidad, calidad y diseño de esta gran colección. Arriba sofá GRÖNLID, una colección que combina sus módulos de distinta manera para crear la forma y medida que mejor se adapte a cada hogar. El modelo de dos plazas, con el tapizado Ljugen en rojo oscuro, cuesta 449 €. Abajo, sofá modular Söderhamn, que se adapta a la forma que necesites. Un módulo de un asiento cuesta 249 €.